Testigos de la Fe | Federico Piana
Haití,
Monseñor Dumas: "Sor Luisa, una mártir del amor y la caridad
El Obispo de
la diócesis haitiana de Anse-à-Veau-Miragoâne, Monseñor Pierre-André Dumas,
recuerda la figura de la religiosa asesinada en el país caribeño: "Se
convirtió en un punto de referencia para nosotros. Trabajó con valentía en una
zona peligrosa para llevar ayuda concreta a todos". El asesinato se
produjo en un clima de pobreza e inseguridad.
Toda la
Iglesia de Haití está terriblemente conmocionada por la pérdida de la hermana
Luisa dell'Orto, la religiosa de origen italiano asesinada el pasado sábado
durante un intento de robo. "La consideramos una mártir", dice
Monseñor Pierre-André Dumas, Obispo de Anse-à-Veau-Miragoâne, una de las
diócesis más pobres del país caribeño, que ha llegado a conocer muy bien a la
que ha sido llamada el ángel de los niños de la calle y de los más pobres.
Nuestra pequeña hermana del Evangelio de Charles de Focauld -cuenta el Prelado,
emocionado- trabajaba en una zona difícil y violenta de la periferia de la
capital, Puerto Príncipe. Un área que siempre desaconsejamos. Sin embargo, la
Hermana Luisa no tuvo miedo de ir a la barriada más indigente para llevar ayuda
concreta a todos'.
Punto de referencia
La obra de
amor y caridad de Sor Luisa ha fortalecido a la Iglesia en Haití, la ha fortificado
de manera excepcional, explica Monseñor Dumas: "En primer lugar, porque ha
trabajado muy bien en la educación de los más pequeños, creando, por ejemplo,
hasta clases de danza y sacando a relucir las aptitudes ocultas de los niños y
jóvenes, potenciándolas con profesionalidad. En segundo lugar, porque se puso
en sintonía con los pobres". En esencia, explica el Obispo, "para
nuestra Iglesia local se convirtió en un punto de referencia también porque la
suya fue una existencia vivida en el martirio: una persona discreta que no
hacía ruido, pero que encarnaba los verdaderos valores del Evangelio".
También pudimos apreciar todo esto cuando fue formadora en el seminario mayor,
un trabajo excelente que duró más de veinte años".
Inestabilidad social y pobreza
Monseñor
Dumas también intenta explicar el contexto en el que se produjo este brutal
asesinato: "Hay -asegura- una carencia crónica de productos de primera
necesidad y un clima de inestabilidad social que se vive en Haití desde hace
mucho tiempo. Las relaciones humanas se basan en la inseguridad, porque los
enfrentamientos entre clanes han generado violencia: la gente ya no puede vivir
normalmente. Basta con pensar en todos los secuestros y asesinatos que se
producen con preocupante frecuencia".
La Iglesia, obrera de la paz
En un
intento de curar las tensiones sociales, la Iglesia también ha puesto en marcha
acciones concretas encaminadas a lograr la paz entre las distintas facciones
enfrentadas. Durante demasiado tiempo", concluye Monseñor Dumas, "el
pueblo haitiano ha estado sufriendo, debemos darle una oportunidad real de
redención. Hay algunos signos de esperanza en el horizonte: muchos se están
dando cuenta de que las cosas no pueden seguir así. Los que tienen
responsabilidades deben ser capaces de encontrar soluciones, escuchando también
los consejos de la Iglesia".
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