Convivencia | Giampaolo Mattei/VN
El saludo del Papa a 150 niños testimonios del valor de la
esperanza
Las
páginas de L'Osservatore Romano recogen el encuentro del Pontífice, durante la
audiencia general, con el grupo de padres que vieron a sus hijos ingresados en
la unidad de cuidados intensivos neonatales de San Camilo Forlanini en Roma.
Pues
bien, ninguno de estos 150 niños debería haber estado aquí en la Plaza de San
Pedro esta mañana para abrazar al Papa Francisco. La prematuridad y la
enfermedad no deberían - trágicamente - haberles dado una oportunidad en la
vida. Pero la alianza entre sus familias, los médicos y las enfermeras les
proporcionó esa esperanza y ese coraje que los convierten hoy en verdaderos
"invitados de honor" en la audiencia con el Pontífice, que los saludó
uno por uno. Entre mil besos, caricias, sonrisas.
Los
niños nacidos de la esperanza
Precisamente
de "esperanza" habla, con apasionada insistencia, el grupo de padres
que vio a sus hijos ingresados en la unidad de cuidados intensivos neonatales
del San Camilo Forlanini de Roma. Le acompaña Grazia Cascavilla, enfermera en
primera línea en la frontera de la vida desde hace más de 20 años. Tanto es así
que habla de "esperanza" y "milagros de la vida" para los
recién nacidos que luchan con nosotros desde los primeros momentos, verdaderos
"guerreros" con sus familias". Hoy, dice, hay niños muy pequeños
y chicos de 11 y 12 años con los que nunca se ha roto el vínculo.
Sin
embargo, no siempre todo va bien. Y de la unidad de cuidados intensivos
neonatales algunos salen con graves discapacidades. O no salen vivos:
"Pero la esperanza, es la primera medicina sin la cual todo se
derrumba". A Francisco, esta particular comunidad que gira en torno a una
sala de hospital, le entregó un libro que cuenta muchas de estas historias.
Junto a las familias que se reunieron en el hospital romano, hay otras familias
en la plaza de San Pedro, que enseguida se hicieron amigas compartiendo experiencias
de forma solidaria: es un grupo espontáneo nacido en Facebook, no una
asociación real, que reúne a los padres de bebés nacidos con atresia esofágica.
Una enfermedad que también conlleva otras complicaciones.
Hoy,
aquí en la plaza, el Papa ha recibido a familias del Lacio, las Marcas,
Sicilia, Cerdeña, Piamonte, Apulia... "Hasta hace unos años nuestros hijos
no tenían esperanza de vida, pero ahora hay mucha esperanza", dice
Elisabetta, una madre abrumada. "También vinimos con algunos médicos,
especialmente cirujanos, que están salvando a estos niños. Literalmente".
De nuevo, la alianza decisiva entre las familias y la asistencia sanitaria.
"El estímulo del Papa es fundamental", dicen juntas Grazia y
Elisabetta. Hablan de "niños que nacen dos veces, y el segundo nacimiento
es generado por la esperanza".
Repiten la palabra "esperanza" "a raudales" porque,
añaden, "es el secreto que permite a los niños y a sus padres vivir una
vida que no empezó con alegría".
Pero
este no es el final de la historia. Esta mañana, en la Plaza de San Pedro, se
ha hecho una experiencia de atención concreta a los más frágiles, junto al
Papa. Desde Alba llegaron los protagonistas del Proyecto San Cassiano que,
según explicaron, "genera trabajo para los discapacitados, también con la
ingeniosa intuición de las "tabernas sociales"". Desde Rovato,
en la zona de Brescia, llegó el grupo de la asociación "La giostra a
colori" (El tiovivo de colores), que ofrece un punto de referencia para las
personas con discapacidad intelectual después de la escuela. "Evitar la
tragedia de la soledad", señalan. De Asiago salieron los protagonistas de
la experiencia "Familias abiertas al mundo", que desde hace 45 años
da un presente y un futuro a menores con diversos problemas: hoy son 13 en dos
comunidades educativas residenciales. Historias que se entrelazan en esa
encrucijada de esperanzas que es la plaza de San Pedro.
El
primer "Premio al Perdón" al Papa Francisco
"El
municipio de L'Aquila ha decidido otorgar el primer "Premio al
Perdón" al Papa Francisco, en reconocimiento a su incansable actividad
pastoral inspirada en la reconciliación". Con estas palabras, el alcalde
de la capital de los Abruzos, Pierluigi Biondi, explicó el valor y el
significado de la entrega del premio -que tuvo lugar esta mañana durante la
audiencia general- al Pontífice, que visitó L'Aquila el domingo 28 de agosto.
En
la plaza de San Pedro, junto con el alcalde, estaban presentes, entre otros, el
obispo auxiliar de la archidiócesis, monseñor Antonio D'Angelo, y el escultor
Paolo Mazzeschi, autor del premio simbólico. "El premio fue creado para realzar
el mensaje celestino", dijo el alcalde, "el Papa Francisco, con su
extraordinaria presencia en L'Aquila para la apertura de la Puerta Santa, nos
recuerda que todos podemos trabajar juntos para construir un mundo más
pacífico: empezando por nuestros propios corazones y las relaciones dentro de
la familia, la sociedad y el medio ambiente, y extendiéndose a las relaciones
entre los pueblos y entre los estados. Palabras, como siempre, de gran
inspiración que han cobrado mayor fuerza ante la devastación que está teniendo
lugar en Ucrania. De ahí la decisión del ayuntamiento de otorgar el premio al
Pontífice".
El
significado del premio, "que hace referencia a la historia antigua y
moderna de L'Aquila y al Perdón Celestino, está representado por una estatuilla,
realizada en plexiglás y titanio, que presenta en primer plano la "flor de
la memoria" (la flor del azafrán), introducida el 6 de abril de este año
por la administración municipal, en el aniversario del terremoto, como símbolo
del dolor y la esperanza de la ciudad renacida, coronada por tres arcos que
representan la Puerta Santa de Collemaggio".
Bomberos
de Ucrania
A
continuación, el Papa dirigió un aliento especial a las familias de los 21
marineros fallecidos en el naufragio del pesquero español Villa de Pitanxo el
15 de febrero, a unos 460 kilómetros de la costa canadiense. Sólo tres
sobrevivieron. Y fue con un abrazo fraternal de solidaridad con sus colegas
ucranianos que 13 bomberos de Padua pedalearon durante cuatro días, desde
"su" santuario de San Antonio hasta la Plaza de San Pedro. "Un
simple gesto", explican, "para presentar al Papa, que tanto trabaja
por la paz en Ucrania, el servicio desarmado de los bomberos que
dramáticamente, como hemos visto en la televisión, trabajan para ayudar a la población
civil atormentada por la guerra".
En
este sentido, es significativa la presencia del equipo nacional ucraniano de
skiroll, en Italia para la etapa de la Copa del Mundo programada del viernes al
domingo entre Rieti, Amatrice y Terminillo. Por último, con especial afecto,
Francisco saludó a la hermana Elvira Tutolo, de las Hermanas de la Caridad de
Santa Juana Antida Thouret, que es misionera en África desde hace más de 30
años, primero en el Chad y desde 2001 en la República Centroafricana, donde
fundó la organización no gubernamental Kizito, que se ocupa de los menores
sacados de la calle, de los ex niños soldados y de los presos muy jóvenes
confiados como alternativa a la cárcel. Sor Elvira está en Italia para celebrar
sus 50 años de profesión religiosa.
Publicado
por Vatican News
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