La Iglesia Hoy | Fran Otero/A&O
Diez respuestas de los obispos a la ley trans
Muestran
su inquietud por la nueva legislación, en trámite, y denuncian el uso de
tratamientos prematuros e irreversibles en menores.
La
Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida ha publicado este
lunes una nota titulada A favor de la dignidad e igualdad de toda vida humana
en la muestran su preocupación por las iniciativas legislativas del Gobierno
como la reforma de la ley del aborto, pero, sobre todo, la conocida como ley
trans, actualmente en trámite en el Congreso de los Diputados.
«Expresamos
nuestra inquietud por la posible aprobación de la Ley para la igualdad real y
efectiva de las personas trans y para la garantÃa de los derechos de las
personas LGTBI, ya que cuestiona radicalmente la identidad sexual de las
personas en todos los ámbitos de la vida personal, familia y social,
estableciendo e imponiendo arbitrariamente una única concepción antropológica»,
se explica en el documento.
1.
Consecuencias
«Son
muchos los testimonios de familias, madres, jóvenes y adolescentes que han
sufrido las consecuencias que produce la llamada teorÃa queer o teorÃa del
gender. A todos ellos queremos mostrar nuestro apoyo y ayuda y tenderles la
mano para iluminar la perversión de una legislación ideológica».
2.
Imposición de una visión
«Es
preocupante la implicación directa de la Administración y de los poderes
públicos en la promoción de los postulados de la ideologÃa de género. Un estado
democrático no puede imponer una peculiar y reducida visión antropológica en
todos los ámbitos: educativo, jurÃdico, sanitario, laboral, en los medios de
comunicación, en la cultura, el deporte y el ocio».
3.
Cambio de sexo
«Es
llamativo que se haya incrementado considerablemente el número de adolescentes
que piden cambiar de sexo sin presentar una auténtica disforia de género, sino
como manifestación de inestabilidades afectivas propias de esa edad. Todos los
estudios cientÃficos coinciden en que más del 70 % de los niños que piden
cambiar de sexo, cuando pasan la adolescencia, no siguen pidiendo el cambio».
4.
Despatologizar
«La
despatologización de la transexualidad se identifica con favorecer una
intervención médica, pero sin criterios médicos, sino con criterios subjetivos
del paciente. Despatologizar significarÃa poder solicitar y aplicar tratamiento
médico e incluso quirúrgico de forma arbitraria, obligando al personal
sanitario a obedecer los deseos de los pacientes, aunque ello conlleve graves riesgos
para la persona. Estamos ante un ejemplo claro de irracional dogmatismo
ideológico».
5.
Ni ciencia ni medicina
«Se
regula por ley que la transexualidad es fruto de una elección de la identidad
de género, evitando que la ciencia, a través de la medicina, estudie y
determine el tratamiento más aconsejable. Podemos decir, por tanto, que se
niega la posibilidad de tratamiento psicosexual e incluso la necesidad de
obtener un diagnóstico de las personas con trastorno de identidad de género,
confundiendo el diagnóstico médico con un intento de anulación de la
personalidad».
6.
Tratamiento hormonal y quirúrgico
«No
se puede decir que la reasignación de sexo hormonal y quirúrgico soluciona los
problemas que conlleva los trastornos de disforia. Son muchos los testimonios
de personas que se han sometido a la reasignación y no han visto solucionado su
situación. Igualmente hay que valorar bien los tratamientos y explicar las
secuelas, los efectos secundarios y las complicaciones de los mismos».
7.
Acogida
«La
comunidad cristiana y, en particular, los pastores debemos desarrollar,
siempre, sentimientos de acogida hacia las personas con disforia de género, a
quienes les asiste el derecho a ser respetados y a ser tratados con los medios
lÃcitos puestos a disposición por la medicina para conseguir el nivel de salud
fÃsica, psÃquica y relacional más alto y satisfactorio que sea posible, en los
lÃmites de su condición y en el respeto pleno de la verdad y de la dignidad
humana».
8.
Igual que los demás fieles
«Los
fieles que se encuentran en esta situación son hijos amados del Padre, y como
cualquier otro fiel se han convertido, a través del bautismo, en herederos de
la vida eterna. Ellos están llamados por Jesucristo a la santidad y a realizar,
animados por el EspÃritu Santo la voluntad de Dios en sus vidas, uniendo al
sacrificio de la cruz los sufrimientos y las dificultades que puedan experimentar
a causa de su condición».
9.
Menores
«Hay
que alzar la voz con fuerza y denunciar el uso de tratamientos prematuros e
irreversibles aún más cuando no se está seguro de la existencia de una
auténtica Disforia de Género. Las actuaciones médicas que se lleven a cabo en
los menores, después de una serena reflexión, nunca deben ser de carácter
irreversible dada la incertidumbre sobre los cambios que pueden darse en el
desarrollo de la personalidad durante las fases de la pubertad y la
adolescencia».
10.
Objeción de conciencia
«Hay
que respetar la libertad de conciencia y de ciencia a todos los profesionales
de los diversos ámbitos de la vida social sin condicionar el desempeño
profesional en libertad. Nos preocupa que se quiera imponer un adoctrinamiento
que condicione el desempeño profesional en el campo educativo, sanitario,
función pública, judicatura, cultura, medios de comunicación».
La
nota episcopal concluye afirmando que la Iglesia «acoge en su seno a las
personas que sufren por su disforia de género y a las familias de los niños y
adolescentes que experimentan confusión en su identidad y necesitan
acompañamiento».
Publicado
por Alfa & Omega
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