La Escuela Económica | Esteban Delgado (@estebandelgadoq)
La diferencia entre
reproducir el dinero y vivir de la renta
Hay personas talentosas
para los negocios. Le preguntas que harÃan con RD$10 millones o RD$15 millones
y, de inmediato, responden que pondrÃan un negocio para multiplicar ese dinero
con base en una buena tasa de retorno en un determinado proceso productivo.
Sin embargo, hay otros que
no tienen la vocación de negocios, aunque sà saben hacer dinero o han tenido la
oportunidad de acumular una buena cantidad, pero sin la posibilidad de crear
una empresa para multiplicar esos cuartos más allá de un nivel mÃnimo de
rentabilidad.
En ambos casos, la
condición es buena, sino hay que saberlo diferenciar antes de tomar decisiones
equivocadas, si llega a tener la oportunidad de acumular un buen dinero, ya sea
por un perÃodo de ahorrando, porque se sacó la loterÃa o porque, como
deportista destacado, consiguió un buen contrato profesional (un prospecto de
béisbol o de otra disciplina).
Entonces, saber
diferenciar entre quienes tienen vocación para los negocios y son exitosos y
los que, en cambio, deben elegir vivir de la renta, es esencial, si se está en
la “afortunada” condición de haber acumulado dinero.
Por ejemplo. Si usted
tiene más de 55 años de edad, logra acumular RD$10 millones en ahorros, ya
tiene casa propia, cuenta con un buen vehÃculo, sus hijos están criados y son
profesionales y autosuficientes, entonces lo ideal es que tome ese dinero y lo
coloque en instrumentos financieros para vivir de la renta.
De esa forma, podrÃa
obtener una tasa de retorno suficiente para mantenerse, al ofrecerle, tal vez,
un retorno que puede oscilar entre RD$80,000 y RD$120,000 mensuales, que serÃan
como una pensión.
En ese caso, puede seguir
trabajando y ahorrando hasta cumplir los 65 años, retirarse y “pensionarse” con
el monto acumulado y la renta que el sector financiero (bancos, bolsa de
valores, etc.) le pueden garantizar con su inversión.
Otros, que tienen
“vocación para los negocios”, posiblemente en esa misma condición, edad y con
el mismo monto, decidirán invertir ese dinero en su empresa existente o un
nuevo emprendimiento, porque es lo que le apasiona en la vida.
Es posible que esa
persona, al cumplir los 65 años, acumule mucho más dinero y puede que decida
retirarse o continuar con la pensión, presión, esfuerzo y otros sacrificios que
le exige “atender el negocio”, aunque con placer, porque se trata de algo que
le apasiona.
Ambas condiciones pueden
ser favorables. De hecho, en mi familia están los dos casos, aunque no hemos
acumulado suficiente dinero. Yo me ubico en el primero de los dos ejemplos:
desde temprana edad he trabajado y soy disciplinado para ahorrar y acumular
recursos provenientes de una parte de mi salario. Pero tengan la seguridad de
que, cuando tenga un buen ahorro, lo invertiré en instrumentos financieros
confiables para vivir de la renta, porque no tengo vocación para los negocios y
tampoco me interesa. Mi deseo es retirarme a una edad adecuada y descasar en la
etapa previa a mi postrimerÃa.
Pero mi hermano mayor se
ubica en el segundo ejemplo. Es una persona de poco interés por los estudios
académicos, pero con una capacidad y habilidad impresionante para los negocios.
Su pasión es emprender, hacer inversiones y “multiplicar” el dinero con esos
emprendimientos. Esa es su pasión y estoy seguro de que cuando tenga edad de
retiro, aun habiendo acumulado un buen capital, preferirá seguir en esa
actividad, porque es lo que le apasiona.
Lo importante, para ambos
casos, es la disciplina, dedicación y consciencia de que el dinero no es para
desperdiciarlo, sino, para invertirlo bien, ya sea en un buen negocio o en
instrumentos financieros confiables, a los fines de que ofrezcan buena
rentabilidad.
Hay quienes pierden su
tiempo pensando en que el dinero no les alcanza, mientras dejan de hacer cosas
para obtenerlo y multiplicarlo en procura de tener con qué vivir al llegar a su
vejez. Si bien hay que darse la buena vida, no debe ser con excesos y mucho
menos agotando todo lo que se tiene. Guardar para el futuro nunca es malo y
siempre resulta bueno, cuando se hace de manera disciplinada y, sobre todo,
para su bien, para su conveniencia, la suya en primer lugar.
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