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Audífonos: ¿Cuáles son los riesgos de escuchar música a
volúmenes altos?
Escuchar
una canción forma parte de los momentos más bellos de la vida cotidiana. Evadir
por unos minutos la realidad o bien que suenen de fondo nuestros acordes
favoritos mientras trabajamos o estudiamos son sólo algunos ejemplos de cómo
las melodías pueden salvarnos o acompañarnos.
Sin
embargo, como no todo lo que brilla es oro, hay ciertos cuidados que hay que
tener en cuenta especialmente si usamos audífonos.
No
por nada la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó con preocupación que
más de 1000 millones de personas de entre 12 y 35 años corren riesgo de perder
la audición. ¿Por qué? Por la exposición prolongada y excesiva a música fuerte
y a otros sonidos recreativos.
Según
el organismo, este problema puede derivar en consecuencias “devastadoras para
la salud física y mental, para la educación y para las perspectivas de empleo”.
En
ese sentido, la doctora Bente Mikkelsen, directora del Departamento de Enfermedades
No Transmisibles de la OMS, alertó: “Millones de adolescentes y jóvenes corren
el riesgo de sufrir pérdida de audición debido al uso inapropiado de
dispositivos de audio personales y también a la exposición a niveles de sonido
nocivos en lugares como clubes nocturnos, bares, conciertos y eventos
deportivos”.
En
ese marco, acumular horas, días o años de música a alto volumen puede llevar a
que los adultos jóvenes sufran serias dificultades auditivas que pueden empezar
con acúfenos, que son ruidos o zumbidos en los oídos y en la cabeza que se
sienten sin que exista una fuente exterior que los emita. La persistencia de
este molesto síntoma puede perturbar el sueño y generar ansiedad por el hecho
de no poder reconocer de dónde proviene.
Sólo
en el continente americano, 217 millones de habitantes -el 21,5% de la
población- viven con algún grado de pérdida auditiva. Para el año 2050, de
acuerdo a las estimaciones de la OMS, esta alarmante cifra podría escalar a 322
millones de personas.
Para
prevenir este daño, los especialistas recomiendan mantener lo más bajo posible
el volumen de los dispositivos de audio; utilizar aquellos audífonos que tienen
forma de cascos, ya que son ajustados y no penetran tan directamente en el
oído; y controlar periódicamente la salud sonora con la revisión de un
profesional.
A
su vez, otro método preventivo y cotidiano que podemos llevar a cabo por
nuestra cuenta consiste en evitar la escucha de una canción en niveles
superiores a los 85 decibeles.
Si
bien la mayoría de los aparatos cuenta con notificaciones de advertencia para
cuando se supera este umbral, en general los usuarios las omiten.
Anteriormente,
el doctor Carlos Boccio, jefe del programa de implantes cocleares e hipoacusia
del servicio de otorrinolaringología del Hospital Italiano, le había dicho a
Infobae: “Lo más frecuente es el daño por ruido que se le genera al adolescente
y a los jóvenes que están acostumbrados a escuchar música a altísimos volúmenes
durante muchas horas.
En
ese caso, los audífonos de inserción, los clásicos que se venden en la
industria no son los más adecuados. De cualquier manera, si el joven no lo usa
más de dos o tres horas por día y en los niveles máximos, el daño que debería
generarse es realmente bajo”.
Por
su parte, Ren Minghui, subdirector general de la OMS, advirtió: “Los
fabricantes de dispositivos de audio personales, de sistemas de sonido y de
equipos de videojuegos tienen una importante función que cumplir. Debemos
trabajar juntos para promover prácticas de escucha seguras, especialmente entre
los jóvenes”.
En
2021, la OMS publicó un informe sobre la audición en el que insistió en la
necesidad del control del ruido y en la importancia de reducir la exposición a
sonidos fuertes.
Publicado
por el periódico Hoy
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