Cultura y Vida | Paolo Ondarza
Museos Vaticanos, dentro del arte para vivir la
Navidad
Durante tres sábados consecutivos, los Museos
Vaticanos ofrecen visitas especiales para descubrir la Natividad en el arte. Un
viaje en el tiempo y en el espacio, a través de las colecciones pontificias,
desde el Museo Pico Cristiano hasta la Capilla Sixtina, para admirar lo que el
Papa Francisco llama "el admirable signo del pesebre". Sor Emanuela
Edwards, responsable de las actividades didácticas: "celebramos esta
fiesta para dar gloria a Dios agradeciéndole el don de Cristo al mundo
entero".
Las primeras representaciones de la Natividad de Jesús
son anteriores al belén viviente escenificado hace exactamente 800 años, en la
Navidad de 1223, por San Francisco de AsÃs en Greccio, en el valle de Rieti. De
hecho, los primeros cristianos celebraban la Encarnación de Nuestro Señor. AsÃ
lo atestigua uno de los pesebres más antiguos, procedente de un sarcófago del
siglo IV conservado en los Museos Vaticanos: en la piedra están esculpidas las
figuras del Niño en el pesebre, el buey, la estrella y la Virgen MarÃa.
Una visita
para todos
Ilustra el hallazgo arqueológico conservado en el
Museo PÃo Cristiano Sor Emanuela Edwards, responsable de la Oficina para las
Actividades Didácticas de las colecciones pontificias. La religiosa nos
adelanta el recorrido especial que los museos del Papa dedican por segundo año
consecutivo a la Navidad, exclusivamente los sábados 9, 16 y 23 de diciembre.
Una iniciativa dirigida a todos, sin excluir a nadie: familias con niños,
turistas y peregrinos, personas con discapacidades sensoriales, motrices e
intelectuales.
Una experiencia
de evangelización
"Las visitas especiales de Navidad –explica-
comenzaron el año pasado y recibieron una acogida muy positiva. La mayorÃa de
los visitantes declararon que la visita les habÃa resultado muy útil para
preparar la Santa Navidad. Lo que me conmovió especialmente fue la reacción de
los niños, que aprendieron con entusiasmo el origen de los personajes que
encuentran en el pesebre. Para algunos de ellos, era la primera vez que se
enfrentaban a los relatos bÃblicos del nacimiento de Jesús. La visita fue una
verdadera obra de evangelización".
Nacimiento,
sombra de la cruz y redención
El recorrido, en italiano o en inglés, relata las
diversas formas en que se ha representado el pesebre a lo largo de los siglos.
Además del arte paleocristiano, se dedica un amplio espacio a las obras
maestras de la Pinacoteca Vaticana. Entre ellas, llama la atención la
preciosidad y excepcionalidad de la "Adoración de los pastores" de
Bartolo di Fredi, del siglo XIV: en esta obra, observa Sor Emanuela Edwards,
"el Señor no está acostado en un pesebre, sino en un sarcófago envuelto en
un sudario. La Virgen está vestida de negro, como si estuviera de luto. En la
escena se representa la sombra de la cruz, ya que el Señor nació para morir por
la redención del mundo. Hay, pues, alegrÃa teñida de tristeza en esta
interesante obra. Estamos llamados a meditar sobre el hecho de que este niño
tiene una misión y el cielo, representado por los ángeles, se alegra de este
acontecimiento".
Luz que ilumina
el mundo
La visita continúa en la espléndida GalerÃa de
Tapices, donde se representa otra Adoración de los Pastores sobre un fino paño.
Pertenece a la Escuela de Rafael y fue realizado en el taller del tapicero
flamenco Pieter Von Alst, de Bruselas, en el siglo XVI. La escena es Ãntima,
familiar: "San José -señala la responsable de la Oficina de Actividades
Pedagógicas de los Museos Vaticanos- indica al Niño Jesús a sus humildes
visitantes. Los pastores, por su parte, llevan al Niño sus sencillos regalos.
La luz de Cristo ilumina todo el establo: Él es la fuente de luz de la escena
porque, como leemos en el Evangelio de San Juan, Él es la luz del mundo".
Páginas vivas
de la Escritura
El recorrido, en un crescendo de belleza que culmina
en la Capilla Sixtina, nos ayuda a adentrarnos en el misterio de la Navidad, en
la que Dios se hizo carne en el más bello de los hijos del hombre.
"San Francisco, hace muchos siglos", recuerda la religiosa, "utilizó
una manifestación 'real' o artÃstica de la primera Navidad para ayudarnos a
comprender la realidad del nacimiento de Cristo. Desde entonces, los artistas
han intentado llevarnos al pesebre para que reflexionemos sobre el Evangelio al
contemplarlo ante nuestros ojos en sus obras maestras. Estas obras se
convierten asà en páginas vivas de la Escritura, que nos ayudan a meditar sobre
la historia del nacimiento del Señor".
Participantes,
no espectadores de la Navidad
Es verdad lo que nos dice Sor Emanuela Edwards:
contemplando el arte de los Museos Vaticanos también nosotros nos convertimos
en partÃcipes, no sólo en espectadores del misterio de la Encarnación y podemos
preguntarnos: "¿qué habrÃamos hecho nosotros en el lugar de los
pastores... de los reyes? "Al proponer esta visita, me motiva la
oportunidad de contribuir a anunciar la maravilla de la venida del Señor a los
visitantes de los Museos para que, en esta Navidad, también ellos se sientan
tocados por el Niño de Belén. Además, celebramos esta fiesta para dar gloria a
Dios agradeciéndole el don de Cristo al mundo entero". "A través del
arte, concluye, los acontecimientos del nacimiento del Señor entran en nuestras
mentes y corazones de manera real, ayudando asà a que este misterio sea central
no sólo para nuestra fe, sino también para nuestras vidas".
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