Para Vivir Mejor | Equipo AIRE
Hacia la
reconciliación con tu pasado
El pasado se considera asumido cuando somos
capaces de mirarlo sin experimentar dolor. Si al recordar nuestro
pasado sentimos angustia y dolor, significa que aún no lo hemos asumido. Podríamos
intentar olvidar el sufrimiento, las desgracias, las calamidades… Todos estos
aspectos negativos han dejado una huella en nuestro carácter, en nuestra
personalidad y en nuestras relaciones con los demás.
Olvidar el
pasado
¿Cuáles son los síntomas que indican una posible
necesidad de sanar los recuerdos?
Cuando las mismas imágenes mentales, escenas o
sueños de lo que sucedió en el pasado vuelven una y otra vez a nuestra mente.
¿Hay en tu mente algunas imágenes o escenas que se repiten? ¿Parece que no te
dejan en paz, sino que siguen repitiéndose una y otra vez? ¿O quizá siguen
apareciendo en tus sueños? Son las cosas que sucedieron en el pasado que
todavía hoy nos duelen…
¿Qué es un
trauma?
Todo lo que causa dolor físico o mental y
angustia emocional. Es un “golpe” psicológico. Cuando nos sentimos rechazados,
y cuanto más importante sea la persona que nos rechaza para nosotros, tanto más
grave será el trauma.
Las formas más fuertes de rechazo ocurren durante
los primeros años de la vida. Ten en cuenta que estamos hablando de cuando la
persona se siente rechazada, no significa que sea efectivamente rechazada… Para
intentar superar un trauma emocional, es necesario enfrentarlo con valentía y
realismo, aprender a llamar las cosas por su nombre…
Cuando te
humillaron…
Si los recuerdos que vuelven una y otra vez a
nuestra vida son momentos en los que nos humillaron, puede producir en nosotros
una baja autoestima e incluso la depresión. Es sorprendente ver los efectos
devastadores que causan en los niños algunos padres, maestros y otras
autoridades insensibles con humillaciones públicas de este tipo. Con la mejor
intención del mundo, un adulto usa la humillación como una forma de disciplina
o un método para cambiar el comportamiento. Algunos recuerdos de humillación no
están relacionados con incidentes específicos, sino que son parte de una atmósfera
general durante los años de crecimiento.
Los miedos
Muchas personas están llenas de miedos: a la
oscuridad, a ser abandonado, a estar solos, al fracaso, al sexo, a los
pensamientos, a confiar en los demás…
La mayoría de nuestros miedos se forman cuando
somos pequeños y, en muchos casos, duran toda la vida. Es necesario aprender a
enfrentarlos.
Los rencores
Hay muchas personas que cuando recuerdan el
pasado sienten resentimiento, rencor y odio. Cuando se llega a esta situación,
la persona necesita sanar sus recuerdos…Muchas personas enferman físicamente
por el odio reprimido y llegan hasta la depresión. Hay muchas enfermedades que
tienen sus raíces en resentimientos no curados. Hay momentos en que el
sufrimiento se hace tan grande que la persona piensa que ya no tiene solución.
Todas estas situaciones tienen solución… si tú quieres que se solucionen…
Además, es importante recordar que cada
experiencia, buena o mala, nos ha moldeado en la persona que somos hoy. Aceptar
nuestro pasado, con todas sus imperfecciones, es un paso crucial hacia la paz
interior. No se trata de olvidar o ignorar el dolor, sino de aprender de él y
usarlo para crecer. Al final, la reconciliación con nuestro pasado nos permite
vivir plenamente en el presente y mirar hacia el futuro con esperanza y
optimismo.
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