La Familia | Dra. Rocío Reyna Camarillo*
7 Razones para evitar que tus hijos
usen la tecnología sin control
Desde enfermedades mentales
hasta físicas, dar a los niños dispositivos móviles a temprana edad puede
afectar su vida escolar, adolescente y adulta
Déficit de
atención, trastornos cognitivos, bajo rendimiento escolar, obesidad infantil,
insomnio, dependencia, depresión, ansiedad, e incluso la muerte, son algunas de
las razones por las que los niños y adolescentes no deberían usar la tecnología
sin el control de sus padres.
El mundo ha
cambiado y la tecnología busca cada vez más invadir la atención de las personas
y esto tiene repercusión en los niños y los afecta de muchas maneras.
1.- Afecta
el desarrollo cerebral. Hoy cada vez más pequeños de 2 o 3 años que ya están
frente a una pantalla cotidianamente, incluso los de 8 años ya tienen su propio
celular inteligente. Podemos imaginar las consecuencias que todo esto traerá en
el corto plazo.
El estudio
del año 2019 titulado “El cerebro online, Cómo el internet puede estar
cambiando nuestra cognición”, publicado en The Official Journal of the World
Psychiatric Association, demostró que el internet y las redes sociales son los
responsables de afectar a tres funcionalidades del cerebro: la capacidad de
prestar atención, la memoria y la cognición social. Todas ellas se disminuyen
con el excesivo uso de la tecnología.
2.-
Retrasa el desarrollo del niño. Está comprobado que los primeros
años de vida son fundamentales para el crecimiento y desarrollo, en estos años
cada individuo actualizará las capacidades de recepción, de motricidad gruesa y
fina, aprenderá a caminar, a hablar, y todo esto por observación e interacción
con los demás y su entorno.
La “niñera
electrónica” ha reducido drásticamente el desarrollo de toda una generación de
niños que han crecido con un dispositivo móvil; alejados de los espacios al
aire libre, la natación y andar en bicicleta, han perjudicado la motricidad
fina y gruesa de sus cuerpos.
Un estudio de la Asociación de
pediatría canadiense, realizado sobre una muestra de 900 pequeños, demostró que
un niño entre 6 meses y 2 años que use el celular al menos 30 minutos al día,
tiene un 49% más de riesgo de padecer retrasos del lenguaje expresivo
(Catherine Birken, 2020).
3.-
Produce obesidad infantil. La alimentación desordenada y el
sedentarismo, culpa de las pantallas, están produciendo un gran problema de
obesidad infantil. No moverse y alimentarse de chatarra consumiendo contenido
en móviles tiene repercusión. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud
señaló que la obesidad infantil se multiplicó por diez en las últimas cuatro
décadas.
En el año 2020, 158 millones de
niños y adolescentes padecían obesidad en el mundo, y se proyecta que para el
año 2030 esta cifra aumentará a 254 millones, según el Atlas Mundial sobre
obesidad infantil, publicado por la Federación Mundial de Obesidad.
4.-
Ocasiona cambios negativos de conducta: En el año 2022 se conoció la
noticia de un joven de 15 años que asesinó a toda su familia en España, porque
le habían quitado el PlayStation y cortado el Wi-Fi.
Aunque
parezca un caso aislado, es, sin embargo, alarmante el crecimiento de conductas
violentas y agresivas que se ven en niños y jóvenes asociadas con el uso y
abuso de la tecnología. Los expertos señalan que los videojuegos, las redes
sociales y el uso indiscriminado del teléfono móvil generan conductas adictivas
que traen consigo ese elemento de violencia cuando falta aquello que causa la
dependencia.
La falta de
comunicación entre padres e hijos también es causante de estos comportamientos.
La evidencia señala que no hay suficiente contacto familiar, porque, aunque
viven todos dentro de la misma casa, bajo el mismo techo, frecuentemente no se
conocen los unos a los otros, lo que volverá mucho más difícil establecer y
mantener límites cuando el uso de la tecnología se convierte en una adicción.
5.-
Genera ansiedad, depresión y tecnofobias. En múltiples estudios, como el
publicado en el año 2020 por la revista Cyberpsychology, behavior and social
networking, sobre psicología cibernética y redes sociales, se muestra que las
personas que pasan más tiempo en las redes sociales tienen un mayor riesgo de
sufrir ansiedad social y depresión.
Es normal que las tasas de
depresión y ansiedad aumenten o disminuyan con el tiempo, pero, lo que se ha
observado actualmente es un inédito punto de inflexión a partir del año 2010,
sobre todo en chicas adolescentes y relacionado con el surgimiento de las redes
sociales y la masificación del celular.
De hecho, se acuñó el concepto
tecnofobias para incluir estos y otros problemas, destacando muy pronto la
nomofobia o pánico ante la pérdida, olvido, falta de señal o de batería del
dispositivo, el cual trae consigo: dolor de estómago y de cabeza, taquicardia,
sudoración y falta de aire.
6.-
Aumenta la sobreexposición y la baja autoestima.
Depresión, baja autoestima,
autolesiones y los desórdenes alimentarios en jóvenes, están relacionados
principalmente con la sobreexposición en el mundo digital y las redes sociales.
La búsqueda de autovalidación
personal de los jóvenes, acompañado de una respuesta a través del “like” y de
comentarios de los cuales no se tiene ningún control, pueden lograr un
resultado potencialmente desastroso.
Además, la
sobreexposición de las redes produce principalmente que las chicas se comparen
cotidianamente unas con otras, con famosas cantantes o con influencers. Los
especialistas alertan sobre la siguiente relación, a un mayor uso de redes
sociales sigue un mayor riesgo de padecer un trastorno alimentario.
7.-
Genera trastornos del sueño. Una consecuencia directa del exceso y
persistencia en el uso de dispositivos emisores de luz es la privación crónica
del sueño.
Al respecto, Jean Twinge, profesora
de psicología de San Diego State University, comparte en su libro iGen: por qué
los chicos superconectados están creciendo menos rebeldes, más tolerantes,
menos felices y completamente no preparados para la adultez, los resultados de
su investigación basada en encuestas a 11 millones de jóvenes estadounidenses y
entrevistas en profundidad.
Según esta especialista, la
generación “Smarphone”, como la llama ella, es más susceptible de sufrir
depresión (31% más) y posiblemente una de las causas sea la falta de sueño
motivada por el uso del celular.
De hecho,
debate si es la falta de sueño lo que causa la depresión o es la depresión lo
que causa que una persona no duerma. Puntualiza que en los jóvenes que duermen
menos de 7 horas diarias la probabilidad de tener un factor de riesgo se eleva
al 68%.
La falta de sueño parece estar
relacionada con la adicción al celular, y más de lo que nos gustaría aceptar, a
un bajo rendimiento escolar en miles de jóvenes.
Tomemos
acción
Estos son solo algunos de los
peligros a los que están expuestos nuestros hijos cuando utilizan la tecnología
sin control. Cuando damos un celular a los niños, este es más que un simple
regalo, en realidad es una decisión que marca el inicio de su relación con la
tecnología y el mundo digital.
Proteger la
infancia significa tomar decisiones conscientes sobre su exposición a las
tecnologías modernas. Al limitar el uso de teléfonos móviles y redes sociales
en edades tempranas, no solo preservamos su salud mental y física, sino que
también fomentamos un desarrollo social más saludable y una mejor calidad de
sueño.
Los invito a invertir tiempo en sus
hijos, compartir y tener experiencias en actividades al aire libre, al amor, el
arte, escucha activa, porque esto tendrá repercusiones en la salud familiar a largo
plazo y es mejor que gastar mucho dinero en un celular caro que se desechará en
unos meses o años.
*La Dra. Rocío Reyna Camarillo,
Académica de la Universidad
Autónoma de Guadalajara (UAG), con más de 40 años en la
docencia, es experta en educación, formación y asesoramiento de padres, niños y
jóvenes. Actualmente, es Directora del Colegio Lomas del Valle del Sistema
Educativo de la UAG.
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