Espiritualidad | Alcedo A. RamÃrez
Jesucristo, hasta el Viento y el Agua
le obedecen
Las enseñanzas cristianas nos afirman
continuamente que la Fe es un don de
Dios y, como tal, hay que orar mucho y pedirla, para que nos sea concedida según la Gracia de
Nuestro Señor Jesucristo y la Comunión
con el EspÃritu Santo, por regalo directo del Padre Celestial. Pero también
Dios nos dijo que se habÃa escogido a su Pueblo, dentro de todas las familias
de la tierra, y muchas veces desde el seno materno, a fin de que fuéramos su
descendencia y su herencia, para recibir los beneficios y frutos propios de la
filiación divina.
Hacemos esta introducción para
enfatizar la reacción de Jesús al
llamado de sus discÃpulos cuando, ante la inminencia de ser arropados por
las aguas turbulentas y los vientos violentos que estaban experimentando en el
Mar de Galilea, le imploran al Maestro, “Señor,
sálvanos, que nos hundimos”, mientras dormÃa plácidamente en la barca.
Antes de atender al patético llamado de los amigos, el Cristo los recrimina
duramente, “Cobardes. Qué poca fe”.
Luego se puso en pie, de acuerdo al relato del Evangelio, increpó a los vientos
y al lago, tras lo cual vino una gran calma. Con esta acción, Jesucristo nos
demuestra de manera inequÃvoca que también es Señor de la Naturaleza y del
Universo, además del sábado.
Al Jesús mandar a callar los vientos y
calmar las aguas del lago, tenemos que llegar a la conclusión de que Jesucristo es el Rey del Universo, ya
que los fenómenos y elementos de la Naturaleza responden obedientemente a sus
instrucciones órdenes y pedidos, por lo que estamos seguros de que el Hijo de
Dios, además de Humano, tiene la
condición y naturaleza Divina, la cual los distingue y separa por encima de todos los grandes hombres y
lÃderes que ha tenido la Humanidad, en toda su historia.
Siendo asà las cosas, no podemos menos
que reiterar y resaltar la proclamación que los Católicos hacemos de que Cristo Jesús el la persona divina y humana más
idónea para que todos le sigamos, como discÃpulos fieles, nos convirtamos a
sus creencias y enseñanzas, a la vez de constituirnos
en verdaderos Cristianos Comprometidos con sus Comunidades, a fin de llevar
el mensaje cristiano a todos los rincones de nuestras sociedades y del mundo,
para de esta forma poder fermentar las actividades humanas y los espacios sociales
con la levadura de la Vida Nueva, en una
Tierra Nueva.
Sin embargo, a pesar de todo lo que
hemos presentado hasta el momento, podemos notar y ver que hay un alto número
de personas, en todos los paÃses del
mundo, que no conocen a Jesucristo y mucho menos sus enseñanzas, a la vez
de presentarse la situación, triste y anómala, de que la vida cristiana, en sentido general, ha ido perdiendo impacto, presencia y relevancia en muchas zonas del mundo,
donde antes imperaba el Cristianismo como creencia y religión dominante y
pujante. La República Dominicana no es excepción a esta regla, por lo que es un
tema permanente de atención.
Pero no podemos quedarnos con el
conocimiento cierto de que, a pesar de las nuevas conversiones al Cristianismo
y avances en determinadas regiones y zonas del mundo, la realidad que estamos viviendo es preocupante y requiere de una respuesta efectiva, integral, rápida y
contundente, que permita detener este proceso de deterioro religioso
cristiano, a la vez de sentar las bases de un nuevo amanecer y despertar de las
conciencias dormidas, en todas las áreas, regiones y zonas del mundo. Este debe
ser el objetivo central y estratégico del Plan
o Programa de la Nueva Evangelización y Actividad Misionera AD GENTES, en
todos los Pueblos de la tierra.
Tampoco
debemos dejar a otros la responsabilidad
que hemos delineado anteriormente, sino que cada uno y todos nosotros, tenemos la obligación de enlistarnos en
este gran ejercito voluntario de
Misioneros Católicos y Cristianos, con el fin de unirnos a los trabajos de llevar la Buena Nueva del
Evangelio y de la Vida de Jesucristo, como ejemplo paradigmático de todo el
género humano, para que Cristo se convierta realmente en la Piedra Angular de
una Iglesia activa, dinámica y precursora de una Nueva Sociedad, en todo el
mundo. Que Dios nos bendiga en esta iniciativa, que Jesucristo nos proteja y
que el EspÃritu Santo nos guÃe a un puerto feliz y seguro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...