Papa Francisco | Alessandro De Carolis
Un grupo de migrantes visita
al Papa: "Es como un padre para nosotros"
La tarde de
este martes, el Santo Padre recibió en Casa Santa Marta a un senegalés y un
gambiano que escribieron libros en los que cuentan la odisea que vivieron en
busca de una nueva tierra. Los acompañaron, entre otros, don Mattia Ferrari,
capellán de Mediterranea Saving Humans y el fundador de la ONG Luca Casarini.
No es la primera vez que se produce
este encuentro, de formas muy similares. Y cada vez se repite el "gran
momento de gracia". Don Mattia Ferrari cuenta lo vivido a media tarde de
este 2 de julio, en Casa Santa Marta donde acompañó una vez más a un grupo de
migrantes deseosos de conocer al Papa Francisco, el Papa, o más bien para ellos
"el padre", porque así lo perciben, asegura don Mattia. Todos sin
distinción en su condición de sin tierra, tanto católicos como musulmanes,
"pastor de todos".
Historias entre infiernos y esperanzas
Los protagonistas de este encuentro
esta vez fueron dos jóvenes, Ibrahim Lo, procedente de Senegal y de paso por la
ruta de Libia, y Ebrima Kuyateh, originaria de Gambia, misma trayectoria
dramática. Ambos han escrito libros, uno de ellos en particular Ibrahim, uno de
ellos titulado “Pan y agua. De Senegal a Italia pasando por Libia" y el
segundo "Mi voz. Desde las costas de África hasta las calles de
Europa". Otro relato de sabor similar es el de Ebrimam: título elocuente:
"Tengo los pies descalzos", con el prefacio, entre otras cosas, del
arzobispo de Módena Nonantola y obispo de Carpi, Erio Castellucci, así como el
epílogo de Stefano Croci, director de Migrantes. Al encuentro con el Papa
también asistieron don Mattia Ferrari, Stefano Croci, director de Migrantes
Carpi, Giulia Bassoli, voluntaria de la misma sección, y Luca Casarini,
fundador y jefe de misión de Mediterranea Saving Humans e
invitado especial del Sínodo de los Obispos. Con ellos también estaba la
hermana Adriana Dominici, consagrada de Spin Time Labs en
Roma.
Nuevo abrazo con Pato
Francisco, dice don Mattia, quiso
escuchar sus historias "y agradeció a todos por lo que hacen y lo que
viven y los animó a seguir adelante". Al lado del joven senegalés y del
gambiano estaba también Pato, que ya se había reunido con el Papa en noviembre
de 2023: él, el marido de Fati y el padre de Marie, la madre y la niña que
murieron de sed en el desierto el año pasado, inmortalizados como advertencia a
las conciencias en su abrazo final y desgarrador que dio la vuelta al mundo.
Historias de infierno, pero también
de esperanza, que todos querían entregar en manos de Francisco. Lo vivido,
incluida la acogida de estos jóvenes, comenta don Mattia, demuestra cuán cierta
es "la experiencia que se tiene en el mar y en tierra, es decir, que
cuando ayudamos o acogemos a los pobres, a los inmigrantes, ellos son los que
nos ayudan, ellos nos salvan". Y que "en el amor, en la fraternidad
que se vive con los pobres, con los migrantes, se experimenta realmente la
salvación".
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