Inauguración del Pontificado de León XIV

Actualidad | Alcedo A. Ramírez

 

Inauguración del Pontificado de León XIV

 

El pasado domingo, 18 de mayo de 2025, fue celebrada una Santa Misa para la Inauguración del Pontificado del Papa León XIV, a la que asistieron representaciones de más de 130 países de todo el mundo, lo que sin dudas resalta la importancia estratégica y global que ha adquirido el Vaticano y su Soberano, como un interlocutor de mucho peso en la escena geopolítica internacional. Por tales razones, los puntos y temas incluidos y tratados en la homilía correspondiente adquieren un valor central para toda la audiencia, en vista de que los mismos van a ser unos elementos significativos de la visión general, global, política y social del Santo Padre, claves para el diseño de sus políticas, programas y planes de acción para el futuro.

 

Previamente, sin embargo, habíamos hecho unas averiguaciones preliminares, para poder tener presente algunos de los elementos básicos y constitutivos de su pensamiento, en torno a ser los enfoques estratégicos que podrían adornar sus ejecutorias papales. De acuerdo a las investigaciones realizadas después de la elección papal, hemos podido corroborar que las posibles características que adornarán el Pontificado de León XIV son las siguientes:

 

1.- Iglesia Sinodal y de Comunión Universal

2.- Énfasis en el Discernimiento y la Formación de los Obispos

3.- Cercanía con los Pobres y Excluidos

4.- Misionero Mundial por la Paz

5.- Humildad y Servicio Pastoral

6.- Evangelización Incrustada en la Cultura de la Población

7.- Fraternidad Universal en la Vida Religiosa y la Feligresía.

 

En varios Blogs consecutivos vamos a explicar los detalles y particularidades principales en cada caso, pero ahora tomando en cuenta y teniendo presentes los temas enfocados por el Pontífice en su homilía de inauguración.  Paso de inmediato a resaltar los temas que consideramos fueron los sobresalientes de su bien ponderada alocución.

 

León XIV puso de manifiesto el gran Patrimonio de la Fe Cristiana para el mundo, a la vez de indicar los desafíos relacionados para su mantenimiento, expansión y ayudar en la solución de los problemas de la Humanidad. Su Papado va a estar muy atento y comprometido.

 

La Unidad de Todos los hombres y mujeres constituye un factor importante para poder llevar a cabo las transformaciones que se requieren para un desarrollo y progreso equitativos y justos. La Iglesia Católica es Madre y Maestra de unidad en la diversidad.

 

Para poder acceder a un Mundo Reconciliado, tenemos la obligación de proceder según el Nuevo Mandamiento, de Amar a Todos, y amarse los unos a los otros, tal y como Cristo Jesús nos ha amado, ya que Todos somos hermanos, hijos de Dios. Precisamente su predecesor, el Papa Francisco, nos ha dejado una Carta Encíclica, FRATELLI TUTTI, que bien puede servir de marco de referencia para guiar este proceso vital de amor a los prójimos.

 

El nuevo Papa León XIV mantuvo el hilo conductor del sabio Magisterio de la Iglesia cuando ha destacado la importancia y necesidad de que tenemos que valorar bien la individualidad y particularidad de las personas, que fueron creadas a Imagen y Semejanza de Dios, a la vez de ampliar el radio de valoración para incluir a todas y cada una de las Culturas que existen en todo el mundo, mostrando así la gran diversidad cultural de la Humanidad y la relevancia de todas, sin excepción.

 

Todo lo anterior nos conduce a la obligación de adaptar la Evangelización a las particularidades de cada Cultura, con la finalidad de que la misma sea más atractiva y adoptable para sus poblaciones. Este proceso se ha venido llevando a cabo desde finales del Siglo XX pasado y constituye uno de los grandes retos permanentes de la Evangelización Cristiana.

El Santo Padre León XIV concluyó su homilía inaugural haciendo un llamado a la necesidad que nos acojamos a las influencias y fuerzas del Espíritu Santo, para lograr una Iglesia Misionera, que sirva de fermento para que en la Humanidad reine una concordia general, basada en la Palabra del Evangelio y la mirada puesta en la Historia, a fin de poder captar e interpretar Los Signos de los Tiempos, que es la esencia misma del importante Magisterio del Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro.