Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc
Memoria de San Francisco Javier
Miércoles
3 de diciembre 2025
AquÃ
tienes una meditación sencilla, profunda y bien estructurada en 8 puntos a
partir de las lecturas del dÃa (miércoles de la 1ª semana de Adviento) y
la memoria de San Francisco Javier, misionero incansable.
1.-
El banquete universal (Is 25,6-9)
Dios
no prepara una cena exclusiva, sino “para todos los pueblos”. En
Adviento se nos recuerda que la salvación no es un privilegio de unos pocos,
sino una mesa abierta. San Francisco Javier vivió esto al pie de la letra: dejó
Europa y se lanzó a Asia para llevar la Buena Noticia a pueblos que nunca
habÃan oÃdo hablar de Cristo. ¿Quiénes son hoy los “pueblos” que aún no han
sido invitados a la mesa del Señor a través de mi vida?
2.-
Dios enjugará las lágrimas (Is 25,8)
La
promesa más tierna del Adviento: “Enjugará las lágrimas de todos los
rostros”. Jesús la cumple literalmente en el Evangelio multiplicando panes
y curando enfermos. Francisco Javier, en medio de enfermedades, naufragios y
soledad, confiaba en esta promesa. ¿ConfÃo yo cuando veo lágrimas (mÃas o
ajenas) que Dios las va a enjugar?
3.-
“Aquà está nuestro Dios” (Is 25,9)
El
dÃa de la salvación no será un dÃa de conceptos abstractos, sino de un
encuentro cara a cara. Francisco Javier exclamaba en sus cartas: “¡Cuántas
veces me he sentido morir de amor al pensar en las almas que no conocen a
Dios!”. Adviento es tiempo de enamorarse otra vez del Dios que viene.
4.-
El Pastor que nos conduce (Sal 22)
“El
Señor es mi pastor, nada me falta… me guÃa por el sendero justo”. Jesús en el
Evangelio se sienta en la montaña (nuevo SinaÃ) y actúa como el Pastor
definitivo: cura, enseña, alimenta. Francisco Javier se dejó guiar por
senderos imposibles (India, Malaca, Japón) porque sabÃa que no caminaba
solo. ¿Me dejo pastorear yo en las decisiones difÃciles?
5.-
La compasión que mueve a Jesús (Mt 15,29-32)
Tres
dÃas con Él y la gente no quiere irse. Jesús se compadece: “Me da lástima de
esta gente”. No multiplica los panes por presumir de poder, sino por
ternura. Francisco Javier sentÃa la misma compasión por los pueblos
abandonados. Hoy Jesús sigue compadeciéndose a través de nosotros: ¿dónde
siente Él lástima a través de mis ojos?
6.-
Los siete panes y unos pocos pececillos
Lo
poco puesto en manos de Jesús se vuelve abundante. Los apóstoles solo ven
carencia (“¿De dónde vamos a sacar…?”). Jesús ve posibilidad. San
Francisco Javier llegó a paÃses con casi nada: una cruz, un breviario y un
corazón ardiente… y bautizó a decenas de miles. ¿Qué “siete panes” tengo
hoy que puedo poner en sus manos?
7.-
Todos comieron hasta saciarse
No
hubo raciones mÃnimas ni cupos. Sobraron doce cestos. Dios no reparte migajas,
da hasta el exceso de vida. Francisco Javier escribió: “Muchos no se hacen
cristianos solo porque les falta quien se lo haga”. La sobreabundancia del
Reino sigue esperando nuestras manos.
8.-
Misión y EucaristÃa van juntas
La
multiplicación de los panes es figura clara de la EucaristÃa. Cada Misa
es un nuevo “banquete en este monte” (IsaÃas). San Francisco Javier
celebraba la EucaristÃa en chozas, en barcos, bajo la lluvia… y de ahÃ
sacaba fuerzas para seguir anunciando. Adviento nos prepara para la Navidad,
pero también para llevar al Niño-Dios a quienes nunca lo han recibido. Como
Francisco Javier, estamos llamados a ser “misioneros de la ternura de Dios”.
Oración
final breve
Señor
Jesús, que en Adviento preparas el banquete de tu venida, danos un corazón como
el de San Francisco Javier: compasivo, audaz y enamorado. Toma nuestros pocos
panes, multiplÃcalos y haz que lleguen hasta los últimos rincones del mundo.
Amén.


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...