
Aún los estudiantes meritorios necesitan reubicarse y centrarse nuevamente en sus quehaceres. Por eso los padres debemos mantener la calma. Ser su soporte y darles seguimiento, sobretodo a los pequeños que están en niveles bajos de la primaria.
En ocasiones es realmente una necesidad, si el presupuesto familiar lo permite, buscar ayuda externa en las conocidas “salas de tarea”. Al sacar al alumno de su entorno familiar en el cual existen las tentaciones de los juegos electrónicos, la televisión, el chat y la música; logramos llevarlos a un ambiente propicio para estudiar.
Ahora bien, si el presupuesto familiar no nos permite esta posibilidad es necesario crear un horario inflexible que debe ser cumplido a cabalidad para lograr la necesaria readaptación del estudiante.
La “tarea” de ser padre nunca termina. Por eso retomar el ritmo del estudio es una necesidad tanto para el hijo como para el padre. Por eso los progenitores debemos ser pacientes y compresivos, pero con firmeza.
Existen algunos puntos clave que varios psicólogos y expertos señalan que debemos considerar y transmitirle a nuestros hijos:
1- Motivar al estudiante a: Estudiar todos los días, establecer objetivos a la medida de tus posibilidades, hacer siempre los ejercicios y tareas que te manden;
2- Planificar el estudio: Horario equilibrado, dormir bien, leer los temas que el profesor tratará al día siguiente
3- Mantener un ambiente propicio: Buena iluminación, mesa o escritorio limpio y ordenado, temperatura adecuada, preferiblemente la habitación del estudiante o un área dedicada.
4- Si lo amerita, buscar ayuda: Preguntar a los padres, utilizar herramientas como la web, los diccionarios, enciclopedias… y otros.
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