
La Pascua pone fin a la muerte, al pecado, y da inicio a la vida, a la alegrÃa que no termina, a la fiesta sin fin: Cristo, nuestro hermano, el que es joven para siempre, HA RESUCITADO.
A RITMO DE MISION hemos comenzado la Pascua Juvenil 2010 y con ese mismo ánimo queremos seguir adelante. La presencia del EspÃritu Santo en nuestras vidas nos fortalecerá para seguir respondiendo con decisión al llamado de la Iglesia a sumarnos a la Misión Continental.
El grupo, la comunidad serán para nosotros y nosotras un espacio de crecimiento espiritual, donde conoceremos más profundamente la persona fascinante de Jesús y lo amaremos con tanta intensidad que nos comprometeremos a llevar su evangelio a la juventud y a transformar el mundo que nos rodea. Con Cristo en comunidad, cambiaremos la sociedad.
Esta Pascua nos ha permitido también hacernos conscientes de que somos pueblo sacerdotal y nos ha ayudado a valorar y a amar el ministerio sacerdotal, en el que muchos encuentran su camino de santificación, al tiempo que ayudan a santificar a sus hermanos y hermanas, a través del anuncio del evangelio y el servicio en la administración de los sacramentos.
La figura del Santo Cura de Ars, del cual celebramos los ciento cincuenta años de su nacimiento para el cielo, nos ha permitido descubrir que hay tantos sacerdotes sacrificados y que sirven con humildad y generosidad al pueblo de Dios.
Hemos comprendido también que nuestra fe está puesta en Cristo Resucitado y que su misericordia es infinita. De esa manera, aunque nos entristece las caÃdas de algunos sacerdotes, sabemos que la Iglesia se encamina a puerto seguro, pues es Jesús mismo su Maestro y Pastor.
Aprovechamos para gritar a todo pulmón que ESTAMOS CON EL PAPA y que no nos dan miedo los ataques que en su persona se quieren hacer a toda la Iglesia. Conocemos esos trucos publicitarios y no lograrán hacer flaquear nuestra fe en el Señor y nuestra confianza en quien ha sido llamado por Jesús a realizar el servicio de la unidad. Estamos con el Papa y apoyamos al Papa.
El reconocimiento de la flaqueza humana no sólo no logrará debilitar nuestra fe, sino que hará crecer nuestra confianza en la misericordia infinita de Dios, que imploramos tanto sobre quienes han caÃdo, como también sobre quienes le tiran piedra al árbol seco, olvidándose de sus propios pecados y debilidades: “Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.”
Finalmente, ante la inminencia de las elecciones congresuales y municipales es importante mantener una postura de defensa de los mejores valores y de quienes con mayor transparencia los defienden.
En un sistema democrático como el nuestro tenemos la posibilidad de escoger a quienes defienden la justicia social, la reivindicación de los marginados, el cuidado del medio ambiente, la inviolabilidad de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, la dignidad humana, la familia y tantos otros valores que elevan la calidad humana y espiritual de nuestro pueblo.
No podemos echar un voto a la ligera; nuestro pueblo merece lo mejor. Nuestro voto debe ser por quienes, de acuerdo a nuestra conciencia, aportan al crecimiento humano y espiritual de nuestra patria, no a su destrucción.
Es Pascua y como jóvenes estamos llenos de esperanza, pues Cristo Resucitado nos da vida en abundancia y nos envÃa a ser misioneros y misioneras de la vida.
A RITMO DE MISION queremos que nuestra Pastoral Juvenil, junto a toda la Iglesia, se lance a la conquista de un mundo nuevo, donde el amor tenga la primera y la última palabra, porque Dios es amor, principio y fin de toda la creación.
Jóvenes, CON CRISTO EN COMUNIDAD, CAMBIEMOS LA SOCIEDAD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...