Una Propuesta diferente

Vocacionales | Osiris Núñez, msc.  

Una propuesta diferente: Ser Misionero del Sagrado Corazón  

En la sociedad actual en que vivimos, nos encontramos con un sinnúmero de opciones que nos ofrece la misma sociedad, con las cuales podemos realizar nuestras vidas. Normalmente estas opciones están condicionadas por la dinámica del mercado. Que más o menos se basa en lo siguiente: Tú debes ser una persona exitosa, una persona exitosa es la que gana mucho dinero y consume mucho, que compra lo que ofrece el mismo mercado. Y cuando ya no puedes entrar en esta dinámica, el mercado te desecha, ya no vales, no tienes valor, no produces, no consumes; ya no cuentas. Aun así, la sociedad ofrece un abanico de opciones en donde los jóvenes, ya acercándose al final de los estudios secundarios, deben ir pensando que van a elegir para sí mismos. Y parece ser un imperativo, que si no entras en el sistema, te quedas atrás, no te actualizas, no se abren las puertas en el futuro con tanta facilidad.

También desde nuestra fe encontramos propuestas que nos invitan a elegir una manera de vivir y actuar. Pensemos en la vida matrimonial, como también podemos pensar en la vida religiosa o consagrada. Entre estas opciones de vida religiosa, en nuestra Iglesia encontramos una, que quiero presentar: Ser un Misionero del Sagrado Corazón.

Un Misionero del Sagrado Corazón es una persona que consagra su vida a Dios en la comunidad que lleva el mismo nombre. El ideal es: Ser el Corazón de Dios en el mundo, y el consagrado Misionero del Sagrado Corazón, debe de asumir en su vida las virtudes del mismo Corazón de Jesús, el cual se caracteriza por el amor sin límites.

Ahora quiero presentarles cuatro (4) características o cualidades que debe ir asumiendo en su vida un Misionero del Sagrado Corazón:

Una característica que debe poseer un Misionero del Sagrado Corazón, es la humildad. El que se consagra a Dios no es para engrandecerse, sino para donar su vida a Dios, en la misión que tenga que asumir. No busca pomposidad, ni reconocimientos, ni privilegios, más bien trata de pasar desapercibido, pero dejando una profunda huella por su manera de ser, su manera de testimoniar el evangelio, su manera de ser el Corazón de Dios en el mundo.

Un Misionero del Sagrado Corazón, es una persona que está para servir. Jesús mismo dijo que no vino para ser servido, sino para servir, y en la última cena dio ejemplo de servicio con el lavatorio de los pies a sus discípulos. ¡El maestro se puso a servirles a los discípulos! Eso también deber ser el Misionero: un servidor de los más necesitados en nuestra sociedad. Tratamos de servir en diferentes lugares del país: Santiago, San José de las matas, la zona de Nagua y Samaná, Santo Domingo, la Romana, San Juan, Villa Jaragua; en otros países como Haití, Cuba y Canadá. ¿Te gustaría ser un servidor de Dios en estos lugares?

El Misionero se caracteriza por la comunidad, no vive solo, siempre habrá un compañero para vivir juntos. Somos de lugares diferentes y lejanos, pero por el llamado del Señor, unimos nuestras vidas y aprendemos a vivir en comunidad, reconociendo en el otro misionero no un compañero de misión o de trabajo, sino un hermano, como si fuera un hermano de sangre.

Un Misionero del Sagrado Corazón se caracteriza por la alegría con que asume su ser Misionero. La alegría de poder servir a Dios y a las demás personas. La alegría de poder dar sus energías, su juventud, su talento, su trabajo a los demás, especialmente a los más necesitados de nuestra sociedad. Ahí está nuestro gozo: darnos por completo a los demás, porque los demás son hijos/as de Dios  y por lo tanto, son mis hermanos/as.

¿Y tú joven, te atreverías a ser un Misionero del Sagrado Corazón?

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¡Nuestra vocación ser Misioneros del Sagrado Corazón y también puede ser la tuya!