Para vivir mejor | Dra. Miguelina Justo
Escuchar para entender
Antón Chejov fue un prolÃfico autor ruso,
nacido en el 1860, médico de profesión, quien supo retratar, como pocos, el
alma humana. Escribió cientos de relatos y exquisitas obras teatrales
donde exhibió la gran sensibilidad que le permitió navegar entre lo cómico y lo
trágico, entre lo cotidiano y lo trascendente.
Chejov era capaz de comunicar lo que pasaba
desapercibido, parecÃa escuchar el dolor de la gente de su tiempo, el grito de
injusticia y de incomprensión, tal lo demuestra uno de sus cuentos más
emotivos: La tristeza. En este texto, el autor parece hacer estudio sobre
los obstáculos para la escucha. Chejov narra un dÃa en la vida de Yona,
un envejecido cochero, que espera sin esperanza algo de trabajo, al tiempo que
la nieve cubre su cuerpo entumecido y el de su caballo. Afirma que ambos
han sido arrancados de la vida campestre y arrojados al infierno de la
ciudad. La soledad parece acompañarlos.
Yona logra conseguir, apenas dos
servicios. Intenta conversar con sus pasajeros, quiere contarles que algo
terrible le ha sucedido. Su hijo, su único hijo, ha muerto hacÃa solo unos
pocos dÃas y no habÃa hallado con quien compartir la pena que le inunda el
corazón, perturba sus pensamientos y entorpece su cuerpo. Nadie le
escucha.
Analizando el relato, es posible identificar
cuáles elementos imposibilita se produzca este espacio de conexión humana, que
hace que Yona termine desahogándose hablando con su caballo.
De acuerdo a Chejov, la prisa es una gran
enemiga de la escucha. Las responsabilidades de la vida moderna parecen
imponer un ritmo que termina deshumanizando las interacciones. Prisa por
llegar, prisa por hacer, no hay tiempo para estar ni para ser. ¡Qué bueno
serÃa detenerse un momento! Este espacio, este tiempo crearÃa las condiciones
para que los tantos Yonas que se cruzan por nuestra vida encuentren un
oÃdo y un corazón que les escuche y, sobre todo, que les entienda.
En ocasiones las personas escuchan las palabras,
mas no las emociones que las acompañan, y esto produce una sensación inmensa de
desamparo, de soledad, de ruptura en el necesitado. Eso fue justo lo que
le sucedió a los pasajeros de Yona. Uno de sus ellos le preguntó con más
curiosidad que interés si era casado, el viejo cochero responde: “No,
no tengo a nadie… Solo me espera la sepultura… Mi hijo ha muerto; pero a mà la
muerte no me quiere. Se ha equivocado, y en lugar de cargar conmigo ha cargado
con mi hijo.” Un “por fin, hemos llegado” fue la respuesta
ante estas palabras que desbordan desesperanza y dolor. ¿Cuántas veces sucederá
lo mismo a lo largo de la vida de millones de personas alrededor del
mundo? Las emociones van al aire junto con las palabras y nadie parece
escucharlas. Se escucha el “déjame, no me molestes”, del adolescente
airado, pero no su miedo y su soledad. Las relaciones humanas se
transformarÃan si se escuchara la emoción que acompaña la palabra, para
descubrir lo que se intenta comunicar y que no pocas veces queda desfigurado
entre gritos y silencios.
El minimizar el dolor ajeno, el trivializar su
experiencia, constituye, sin duda, un gran obstáculo para esta escucha
acorazonada, Chejov lo sabÃa. Cuando Yona le comenta a uno de sus
pasajeros sobre la muerte de su hijo, este responde exclamando: “¡Todos nos
hemos de morir!” Bien lo afirma la sabidurÃa popular “Mal de muchos,
consuelo de tontos”. El hecho de que algún evento sea común no lo
banaliza. El no ofrecer validación al que habla lo aleja aún más de la
experiencia de consuelo que necesita. ¡Qué pena que se confunda esto con
la conmiseración inutiliza!
Otro elemento que Chejov presenta como un gran
obstáculo para la escucha es el centrarse en las propias necesidades.
Yona regresa al lugar donde duerme, una habitación repleta de cocheros, los
cuales intentaban descansar acostados sobre el suelo o en bancos, y ahà trató
de hablar con uno de sus compañeros, un joven cochero. Le dice que su
hijo habÃa muerto, pero este permanece impasible. Tiene sueño, asà que
cubre su cabeza con la manta y vuelve a dormir. Su propia carencia,
pareció dificultar que contemplara la necesidad de Yona. Sus pasajeros se
comportaron de igual manera. QuerÃan les llevara a algún lugar, para ello
lo emplearon, los ojos en la meta les hizo pasar por alto la necesidad de
escucha de Yona. ¿Cuáles serán las metas personales que parecen desplazar
las penurias de los demás?
El famoso psicólogo estadounidense Carl Rogers
reconocÃa que el atender y comprender lo que siente el otro puede liberar poderosas
fuerzas de cambio en su modo de ser y actuar. Consideraba a la escucha
comprensiva su arma más poderosa (Rogers, 1961). Estudios más recientes
verifican su importancia en la educación (Sañudo y Susinos, 2018), la práctica
de la medicina (Halpern, 2007) e incluso las ventas (Anaza, Inyang y Saavedra,
2018).
La escena que concluye el relato de La
tristeza, es una dura crÃtica a la capacidad de escucha de los seres
humanos. ¡Un caballo pudo escuchar a quien los hombres ignoraron!
Chejov, en su infinita generosidad, se apiada de los seres supremos de la
Tierra y escribe lo que parecen ser pautas para la escucha dándole voz a los
deseos de Yona:“¡Qué no darÃa él por encontrar alguien que se prestase a
escucharlo, sacudiendo compasivamente la cabeza, suspirando,
compadeciéndolo!”. El inmortal autor ruso parece sugerir que
conviene:
1.
Escuchar
las palabras: “que se prestase a escucharlo”
2.
Mostrar
que se escucha: “sacudiendo compasivamente la cabeza”
3.
Conectar
con la emoción: “suspirando, compadeciéndolo”.
Tres pasos sencillos, sin artificios, pero sin
duda nada simples, porque para seguirlos habrá que dejar espacio y tiempo para
el otro, y eso significa pausar, dejarse conmover, considerar la perspectiva
del otro y sus necesidades. ¡Ojalá asumamos el reto, ya Chejov nos marcó
la ruta! Yona nos espera. ADH 848
Referencias
Anaza, N.,
Inyang, A. y Saavedra, J. (2018), "Empathy and affect in B2B salesperson
performance", Journal of Business & Industrial Marketing, Vol. 33 No.
1, pp. 29-41. https://doi.org/10.1108/JBIM-05-2016-0103
Chejov, A. (s. f.). La tristeza. Biblioteca
Digital Ciudad Seva. https://ciudadseva.com/texto/la-tristeza/
Halpern, J.
(2007). Empathy and Patient–Physician Conflicts. J GEN INTERN MED 22, 696–700 https://doi.org/10.1007/s11606-006-0102-3
Rogers, C.
(1961). On becoming a person. http://freebookbrowser.com/english/Psychology,%20Psychotherapy%20&%20Counselling/Psychotherapy%20&%20Counselling/Carl%20Rogers/Carl%20Rogers%20On%20Becoming%20a%20Person%20%281961%29.pdf
Sañudo, M. y Susinos, T. (2018). ¿Quién
toma la palabra en la escuela?, ¿quién escucha? Preguntas pertinentes desde la
práctica reflexiva. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva,
12(1), 74-94. https://doi.org/10.4067/S0718-73782018000100006
Pie de la fotografÃa que sugiero acompañe al texto:
Retrato de Anton Chejov realizado por Osip Braz en el 1898.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...