Espiritualidad del Corazón | Redacción ADH*
Jesús es el
rostro del Padre Misericordioso, nos dice insistentemente Mons. Valentín
Reynoso (Plinio) msc, en su reflexión sobre la Espiritualidad del Corazón de
Jesús en perspectiva de la Misericordia. Y nos recuerda, citando al P. Mark
McDonald, ex Superior General de los MSC, ya fallecido, que “La misericordia es una
medicina sanadora, no sólo para las heridas físicas infligidas por las muchas
guerras, injusticias y esclavitudes del cuerpo y de la mente que encontramos en
la sociedad moderna, sino que la misericordia también habla de las heridas
existenciales de la gente que vive una cultura...”.
Mons. Plinio nos presenta a Jesús, modelo en el
cuidado de los enfermos y la misión que Él mismo le ha entregado a la Iglesia
para la sanación y salvación.
Jesús es el intérprete por
excelencia del espíritu del Buen Samaritano. En su
ministerio no sólo practicó la predicación y la enseñanza, sino que prestó mucha
atención al encuentro personal con los enfermos que a él acudían o con quienes
se encontraba en su camino.
Haciendo una lectura de los cuatro evangelios, es
impresionante constatar la cantidad de tiempo que Jesús dedica a los
enfermos y sus familiares.
Atiende a enfermos de todo tipo: físicos (los
discapacitados), sociales (los leprosos), mentales y enfermos espirituales (los
poseídos por los demonios).
Jesús es sensible a
distintas situaciones y necesidades:
Cojos: Mt 11,5; 15,30; Sordos: Me 7,32; Ciegos: Mt 7,21; Me
8,22; Paralíticos: Mt 8,5-13;9,17; Mudos: Mt 15,22; Leprosos: Mt 8,2; Le 17,12-19; Enfermos mentales
y epilépticos Me 5,1-20; Me 9,17-29; Enfermos crónicos: Me 25,35; Mt 9,20-22;
Jn 5,1-9; Utiliza diversos recursos para sanar: su presencia (Mt 9,20-22), sus
palabras (Le 7,14), sus manos (Mt 8, 14-16), su capacidad de perdonar y su
actitud (Jn 8,3-11): Sana, además, a la persona en su globalidad (Mt 22,37; Jn
8,3-11). Da la salud integral, de alma y cuerpo. El mismo Jesús es el sanador
herido («por sus llagas hemos sido sanados»: Is53, 5).
La Iglesia tras
las huellas de Jesús
El mensaje de Jesús de anunciar el
evangelio y curar a los enfermos ha sido entregado a la Iglesia llamada a
seguir las huellas del Maestro en su misión de sanación y salvación. Durante toda su historia, la Iglesia ha intentado de distintas maneras
imitar el ejemplo de Jesús, buen samaritano.
Una manera especial que tiene la Iglesia de
interpretar esa misión de salvación es la práctica de las obras de
misericordia, tanto corporales como espirituales.
Un breve recorrido histórico
-
La primera comunidad
cristiana ha testimoniado el ministerio de Jesús a través de la
sanación (Hch 3,1-10; 9,32-35; 9-36-43).
-
Durante los primeros
tres siglos, los diáconos han servido a las necesidades de los
podres y necesitados.
-
En el siglo IV se registra la creación de los hospicios para los peregrinos y el
comienza de la tradición monástica de asumir el cuidado de las personas
enfermas.
-
Durante el siglo XII se asiste al nacimiento de los hospitales para responder a las diferentes
situaciones de enfermedades (las epidemias, la lepra, la guerra...). También se registra el
nacimiento de las primeras órdenes religiosas, como la Orden del Santo Espíritu
o la Orden de San Lázaro, como las Ordenes Hospitalarias, desarrollando estructuras
sanitarias para cuidar a los enfermos y abandonados.
-
Durante el siglo XIII nacen las confraternidades laicales comprometidas en la asistencia a
los enfermos y a los pobres.
-
Durante los siglos XV y XVI se
desarrollan los hospitales públicos y también, dentro de la Iglesia, tenemos
el testimonio de reformadores como San Juan de Dios y San Camilo de Lellis,
cuyos carismas y acciones han ayudado a contrastar la deshumanización que
estaba produciéndose dentro de las instituciones sanitarias.
-
En el siglo XVIII la Iglesia es percibida por el Estado como obstáculo, y se producen
distintos intentos de marginarla.
-
Durante el siglo XVII destaca el papel de figuras como San Vicente de Paúl, que dieron vida a
congregaciones religiosas femeninas como las Hijas de la Caridad, cuya
presencia y valor han sido decisivos en el cuidado y atención de los enfermos.
-
En la actualidad, en
muchas naciones el Estado se ha responsabilizado del cuidado y la asistencia a
los enfermos, y la Iglesia está presente como subsidiaria, es decir, como un
recurso para responder a las necesidades de las personas más pobres y olvidadas
y para asegurar la asistencia espiritual a los enfermos, sus familiares y los
trabajadores de la salud.
* En las reflexiones seguimos la lectura de El Corazón de Jesús: rostro del Padre Misericodioso. Reflexión sobre la Espiritualidad del Corazón de Jesús en perspectiva de la Misericordia, de Mons. Valentín Reynoso (Plinio), msc. Amigo del Hogar, 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...