En Familia |
Zahira Maxwell
Los grandes
desafíos para las familias de hoy
“Yo soy yo y mis
circunstancias” José
Ortega y Gasset
Noviembre. Penúltimo
mes de un año sumamente desafiante para las familias dominicanas y del mundo. Mi
hija me preguntó: Mami, ¿Si pudieras regresar en el tiempo y tener un año sin
Covid-19, regresarías? Luego de pensarlo, le respondí que no. Y, mi realidad o
mis circunstancias, me hacen pensar en que no regresaría en el tiempo. ¿Por qué
no? Porque este ha sido un año de
grandes aprendizajes. Un año en el que, a pesar de haber perdido amigos,
conocidos, familiares, negocios, y hasta la forma de ver la vida, los cambios nos
permiten aprender.
Hemos aprendido a
valorar un abrazo. Poder reunirnos cara a cara con amigos, con clientes y
conocidos. Aprendido a dar valor a lo que realmente importa, la libertad.
Libertad limitada para caminar por donde queremos y cuando queremos. Libertad
que por la salud hemos tenido que ceder ante las autoridades. Recluirnos en nuestros
hogares. Dejar de asistir a congregaciones, misas, centros comunitarios y demás
reuniones.
Sin embargo, aún
nos queda mucho por aprender. Nos queda por aprender valores y educación de la
vida en comunidad. Ayer, manejando, caí en la cuenta de que lo que vemos
reflejado en fotos y muchas veces criticamos, son situaciones que sólo al vivirla
podemos saber cómo reaccionamos. Ver fotos de dos vehículos chocados porque no
cedieron el paso, nos hace exclamar: ¡Qué salvajes! ¡Qué falta de educación! Y
otras exclamaciones similares.
Ahora bien, ¿has
estado en una situación similar? ¿Crees que tus circunstancias son iguales a las
del camionero que va cansado hacia el almacén que cerrará en breve? Sólo la
educación en valores puede ayudarnos a cambiar y dominar las emociones.
Educación en valores domésticos. La escuela del hogar. La escuela de la madre
que responde con dulzura al niño de 3 años que le pide leche o pan. La escuela
del padre que al llegar saluda a la familia y les pregunta cómo estuvo su día.
El padre que se interesa por algo más que llevar el dinero al hogar.
Tener un grado
académico, concluir estudios universitarios puede ayudar a alcanzar un mejor
nivel salarial. Puede elevar la calidad de vida. Pero la verdadera educación es
la educación de la familia. Es precisamente esta educación la que debe verse
fortalecida durante el tiempo de teletrabajo, escuela virtual y distanciamiento
social.
Noviembre en la
República Dominicana es el mes de la familia. Es un mes en el cual los centros educativos realizan
actividades para reforzar los valores familiares. Por esa razón este año me
parece importante evaluar los desafíos a los cuales las familias se han tenido
que enfrentar en este año.
1.
Desafíos económicos
Muchas familias
han visto sus ingresos reducidos a la mínima expresión. Con el proceso de
suspensión a empleados con el sistema Fase1 y Fase2, muchos empleados se han
mantenido fuera de sus labores. Cobrando de 5 a 8 mil pesos. Empleados
con la capacidad de producir y que realizaban sus labores a la perfección hasta
que inició la pandemia. Empleados que se mantendrían laborando sin ningún
inconveniente. Otros que por no ser parte del sistema formal de productividad
no han podido disfrutar de ningún programa de apoyo económico. Ese es el caso
de los trabajadores informales del área de eventos y empresas que no aplicaron
por desconocimiento o porque no estaban al día en sus impuestos.
2.
Desafíos por el trabajo a distancia
Trabajar desde el
hogar es toda una odisea. Al combinar el ambiente familiar con las exigencias
laborales es necesario mantener una gran disciplina. Tener la temperatura
adecuada, contar con acceso a internet de alta velocidad sin interrupción.
Energía eléctrica sin apagones.
Por suerte las
empresas han creado fondos que pueden utilizarse en las videollamadas. Algunas
plataformas permiten integrar fondos institucionales para evitar los ruidos de
los fondos del ambiente familiar.
3.
Desafíos de las relaciones familiares
Los psicólogos han
tenido que trabajar fuertemente con el aumento de casos de depresión a nivel
mundial. La disminución de las actividades deportivas. El cierre de gimnasios.
Las escuelas virtuales. Muchas de las hormonas que causan bienestar y que
permiten mantener una interrelación harmoniosa con las personas que nos rodean,
principalmente la familia, se producen al ejercitarnos, con una dieta saludable
o teniendo un contacto físico, meditar o comiendo chocolate. Estas hormonas: la
dopamina, serotonina, endorfina, oxitocina, entre otras. Nos ayudan a sentir
placer y felicidad. La ausencia o disminución de ellas puede llevar a la
persona a un desequilibrio emocional.
Por eso, uno de
los desafíos más grandes de este año ha sido lograr mantener buenas relaciones
familiares. El estrés fruto del encierro. Así como, la impotencia por la falta
de generar el dinero suficiente para cubrir las necesidades básicas de la
familia, son detonantes que han afectado a muchas familias. Siendo afectadas las
relaciones de las parejas. En algunos casos de manera favorable y en otros
casos ha sido todo lo contrario.
4.
No Violencia contra la mujer
En este punto me
gustaría hacer hincapié en el 25 de noviembre, Día Mundial de la no
violencia contra la Mujer. Precisamente los feminicidios en 2020 aumentaron.
Hemos sido testigos de las noticias que ocupan los medios tradicionales y Redes
Sociales, con asesinatos y agresiones a las mujeres. Esposos y exesposos que
deciden terminar con la vida de la que en un momento dijeron amar. Esta piedra
de tropiezo ha sido difícil de erradicar en la República Dominicana.
Quizás si las mujeres reciben desde niñas una educación y entrenamiento en el
hogar para no aceptar el maltrato, las estadísticas podrían mejorar.
Volvemos al punto
del inicio, la educación en valores. El hombre ser educado para evitar caer en
la misoginia y la mujer ser educada para reconocer el más mínimo indicio de
misoginia. Podría ser esta la base para lograr una disminución en los casos de
homicidios. Educar en el valor del respeto mutuo. Respetar y darse a respetar,
eso es fundamental.
Existe un
movimiento que denuncia los violadores. Un movimiento contra la violencia hacia
la mujer: Y la Culpa No Era Mía (Eduardo McGregor), que proclama:
El Estado es un juez / Que nos juzga por nacer / Y nuestro castigo / Es la
violencia que ya ves / Es femicidio / Inmunidad para un asesino / Es la
desaparición / Es la violación / Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo
vestía. (Bis 4.) / El violador eras tú (Bis 4).
En conclusión, 2020 es un año que recordaremos. Un año
cuyos desafíos nos llevaron a reinventarnos, a conocernos y a valorar lo que
tenemos y teníamos. Saber que todos estamos en botes diferentes en el mismo
mar. ADH 850
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