Meditación | Sandy Yanilda Fermín
Poesía a la Virgen de la Altagracia
100 años de tu Coronación
¡Qué gran Bendición!
Desde
pequeña aprendí con mi abuela a amar a nuestra Madre espiritual. Desde muy
temprana edad, he hablado con ella, había soñado con encontrarme con su imagen
sagrada y bendita, la cual estuvo tan cerquita de mí. Fue un privilegio estar
ahí, presenciar ese momento inolvidable para todo el pueblo dominicano,
presenciar el Centenario de la Coronación de la
imagen de la Virgen de la Altagracia.
Cuánta gracia recibimos. Desde que llegamos al olímpico,
sentí la presencia buena, ese olor a rosas, esa fragancia bonita que nos hizo
por un momento estar abrazando la historia, de un acontecimiento que había
sucedido hace 100 años.
Por eso me inspiró a hacer esta poesía para nuestra
Madre María, la escogida de Dios, la humilde, la Madre del Salvador, la Esposa
de Espíritu Santo:
Qué honor
haber participado en este gran misterio
Cuánta bendición, Cuánta alegría, cuánta devoción,
Cuántas
personas te buscan,
Implorando
de tu amor.
La corona es
símbolo de admiración, de ternura y de amor.
Cuando te
vimos llegar, llena de Esplendor,
Nuestro
corazón, quería llorar, las lágrimas se veían notar,
Virgen de la
Altagracia, que bella estabas,
en el Altar.
Qué gran
bendición, recibir una flor,
De nuestra
Virgen Madre, la madre del Salvador.
Regalada por
María para el alma mía.
Tú nos
inspiras,
Tú nos
bendices,
Esperamos de
tu gracia, con una gran sonrisa.
El Santo
Rosario, lo teníamos en las manos,
Llévales
nuestras peticiones y las de mis hermanos.
Todo el pueblo de Dios en marcha estaba
De diferentes partes del país,
Sólo para buscarte a tí.
Gracias Madre Santa por ser nuestra protectora,
Eres la perla más hermosa,
El regalo de Dios en medio de la aurora.
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