Generaciones | Andrea Safier
La tecnología y la familia
La tecnología está entre nosotros, pero tendremos que aprender a
valorarlas en su justa medida, como medios que contribuyen al bienestar humano,
a las relaciones, al ocio sano, a la educación y más.
No basta con saber “usar” las nuevas tecnologías.
Mucho menos en despreciarlas y hacer opciones contra su realidad. Esos aparatos
que nos atraen o nos alejan están entre nosotros. Y con la pandemia forman
parte ya de nuestra convivencia, de la vida diaria.
Es importante para la familia saber interactuar con
todo el mundo de la pantalla, de la información, de la realidad virtual que, de
paso, nos ocupa bastante tiempo si nos dejamos distraer por ella.
Tenemos informes alarmantes del impacto de la
tecnología sobre niños y adolescentes, que hará saltar a muchos padres.
Adolescentes hundidos en la depresión, incluso el aumento de la tasa de suicidios
en niños de 10 a 15 años. En muchos casos asociados a la falta de seguimiento
de los padres cuando entran en el mundo virtual, o el tiempo que le dedican. La
ansiedad por conseguir “Me gusta” en Facebook, ser tendencia en Twitter o alcanzar
suscripciones en Youtube, para poner ejemplos muy comunes y cercanos a las generaciones
de adolescentes y jóvenes.
¿Cómo podemos acompañar a las nuevas generaciones en
esta realidad? Tengamos en cuenta los siguientes aspectos que ayudarían a
integrar cada miembro de la familia en unas relaciones sanas y en el uso apropiado
de las tecnologías.
1. Los padres tienen que comprender que los jóvenes y
adolescentes están en proceso de crecimiento, deben ser acompañados y
ellos deben aprender a poner límites. Supone un diálogo amistoso, claro y sincero
acerca del uso y tiempo de la computadora o del celular.
2.
No permita que las vidas de estas nuevas generaciones
se desequilibren hacia el lado de relaciones virtuales y sin compromiso, donde
además hay mucho peligro de que sean manipulados y en muchos casos agredidos
psicológica y físicamente.
3. Es importante que haya una responsabilidad real en el
manejo de las redes sociales, para que cumplan sanamente las buenas funciones
que les compete. Hay que ser honestos y asumir a qué se exponen en el abuso de
ellas.
4.
Faciliten en familia los espacios de convivencia sana,
entretenida, lúdica, que no dependan del uso de las tecnologías
comunicacionales. Hay que salir de ese mundo, donde encontramos el mar, los ríos, la mesa de juego, la música, la conversación, etc.
5.
En el hogar los hijos deben tener responsabilidad, así
que es importante que cumplan con al menos una obligación diaria en las tareas
propias de cuidar el hogar común. En las casas hay muchas áreas de cuidado: los
alimentos, las habitaciones, el orden de las cosas, etc.
6. Se recomienda también no permitir que las tecnologías ocupen
un lugar importante en las habitaciones a la hora de dormir. Supondrá pérdida
de sueño, menor rendimiento, y muchas otras molestias que se van añadiendo. Y
que no estén presentes en las horas de comidas.
7.
Y, por último, evite que la tecnología sustituya la
iniciativa y la creatividad para alegrarse, divertirse, estar ocupados… La
tecnología no es la solución al aburrimiento. Muchos padres cuando quieren deshacerse
de los hijos, los mandan a ver televisión o a engancharse en la pc.
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