Experiencias de ser Confirmados

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Experiencias de ser confirmados

 

En nuestro ambiente eclesial al preparar a los bautizados para recibir el sacramento de la confirmación, nos interesa que los participantes puedan responder a la pregunta: ¿Qué es la Confirmación? La primera respuesta será: “Confirmarse es recibir el Espíritu Santo para ser testigos de Jesús en medio de la gente: Hch 1,8”. Luego, estamos interesados en la profundización de esa respuesta, para que el contenido esté involucrado con la vida de cada participante, en la vida eclesial, familiar y social.

 

Por lo anterior, esta afirmación está dicha a lo interno de una comunidad de fe, donde los candidatos y candidatas a la confirmación harán un proceso para meditar, orar, compartir, celebrar, hacer experiencias que den como resultado una respuesta vital a la pregunta que está al principio. Al final de la catequesis habrá en cada confirmado o confirmada una capacidad de responder no solo en teoría, sino hacer que la práctica sea respuesta vital en el compromiso que asumen al confirmar su bautismo y su condición eclesial.

 

Hay una serie de experiencias de donde generan los contenidos a asimilar y las prácticas correspondientes a esa iluminación de la fe. Entre los temas importantes que se comparten, afirmamos siguiendo el plan de la Iglesia los siguientes temas:

 

1. Recibimos el Espíritu de Jesús, el Hijo de Dios. El realizó su misión con la fuerza del Espíritu y nos revela al Padre (somos hijos), nos invita a seguirle y a vivir como hermanos, en comunión y servicio, ocupados de la salvación del mundo.

 

2. La pascua de Jesús es la nueva Alianza.  Los seguidores del Señor son ungidos con Espíritu Santo y enviados a la misión. La resurrección del Señor es garantía y esperanza de la nuestra. Cristo vivo se queda presente en su comunidad y en el mundo.

 

3. Pentecostés es el momento de la Confirmación de los Apóstoles. Por el Espíritu son ungidos y capacitados para la misión que Cristo les confía. El Espíritu anima, guía y fundamenta la comunidad. Hoy nosotros la continuidad de la Iglesia en la historia, para realizar la misión que el Señor nos entrega, como don y tarea.

 

4. Del Pentecostés nace la Iglesia. Ella es la comunidad de todos los que creen y se comprometen con Jesús. Por el bautizo, con agua y Espíritu, Jesús nos incorpora a su vida y misión. La Iglesia tiene un carácter sacramental y no es una organización “más”, tiene una misión que abarca este mundo y lo supera.

 

5. María, la madre del Señor, es el modelo de la humanidad redimida, comprometida con su sí al proyecto de salvación del Padre. Ella acompañó a su Hijo y nos acompaña a nosotros. En María recuperamos el sentido materno, la ternura de la mujer, la alteridad en el respeto y reconocimiento mutuo, la humildad y la sencillez en la libertad humana para responder a Dios.

 

6. La Iglesia tiene la misión encomendada por Cristo, que la convoca, la anima por el Espíritu y la envía para cumplir su tarea en el mundo. La Iglesia tiene su sentido en cuanto evangeliza, humaniza, conduce al Padre de Jesús.

 

7. El mundo es el lugar de invitación a la salvación. Abrirse a la Gracia para hacer presentes los dones de la liberación: Justicia, paz, amor, fraternidad, felicidad. Un mundo reconciliado. En el mundo los cristianos están llamados a ser sal y luz de la tierra.

 

8. Confirmarse es comprometerse. Y se compromete la persona consciente, libre y responsable. Da un sí en libertad. Una respuesta personal, bajo la gracia. Recibimos la fuerza del Espíritu Santo para el compromiso. Él nos da sus dones y carismas.

 

9. La celebración visible del compromiso y los símbolos donde actúa el Espíritu en nosotros, es el espacio eclesial y social que marca nuestra inserción como confirmados. Recibimos la fuerza para ser testigos en la Iglesia y por la Iglesia, celebramos una fiesta de comunión, plenificada en la Eucaristía, como anticipo de la gran fiesta de la vida Eterna.

 

10. Los confirmados habitan el espacio comunitario. Sellada la confirmación, encuentran un lugar específico dentro de la comunidad para ser testigos y realizar su tarea como cristianos. La comunidad ofrece diversos espacios para su realización, manifiesta el ministerio de servicio y celebra la Eucaristía.