Cultura y
Vida | P. William Arias
La fe en Dios es más que un letrero
En uno de los tantos
grupos de estudiantes que he tenido a lo largo de mi vida profesoral en la
PUCMM, hubo un muchacho que nos invitó a todos a un sancocho en su casa. Era
uno de esos cursos de verano, que no eran de muchos alumnos, unos 20 según
recuerdo. El asunto es que aceptamos y fuimos.
Fue una experiencia
maravillosa, todos allí alrededor de una paila a fuego de leña, en el patio de
la casa. En un momento me puse de pie y me dirigí a la sala de la casa y
comencé a ver los cuadros que la adornaban. Uno de ellos llamó mi atención, y
era la famosa placa de la era de Trujillo donde está la imagen del “jefe” y la
conocida frase: “En República Dominicana manda Trujillo, en el cielo manda
Dios”, parece que el dueño de la casa, sin yo darme cuenta, me siguió, y al
verme detenido ante la placaletrero, intervino diciéndome que eso lo tenía como
un recuerdo, ya que él fue juez de paz en esa época, pero nunca tuvo de acuerdo
con la dictadura y que había que guardar las apariencias, que logró salvar a
mucha gente. En fín, aquello no significaba que él todavía suspirase por una
época fatídica como esa.
Lamentablemente, así hay
muchos creyentes en Dios, gente que exhibe cosas sobre Dios, pero en realidad
solo es pura pantalla, por ejemplo hay muchos con letreros acerca de Dios en
las puertas de las casas, en los vehículos.
En días pasados vi en
unos camiones, en unas guaguas y carros de transporte público, con unas grandes
letras acerca de Dios y otros con versículos bíblicos. Así también aparecen
hasta yipetas y demás. ¿Podrá alguien decirme que eso no tiene nada de malo?, y
lo sé, pero el asunto es que la fe en Dios no se puede circunscribir solo en
eso: “Tengo fe en Dios y la demuestro, con un letrero en mi casa o en mi medio
de transporte”. La fe en Dios es más que eso.
Si vemos un camión que
transporta materiales de mina, con un gran letrero: “Dios es amor”, pero va por
la vía de manera imprudente, haciendo rebases peligrosos, creando zozobra entre
conductores y transeúntes, violando las leyes de tránsito, esto no se explica,
ni puede ser el proceder de una persona que públicamente exprese que Dios es amor,
pero ella no tenga amor y respeto por los demás y se convierta en un corrupto a
quien las leyes no le dicen nada.
También un carro de
“concho”, como se le dice: tiene un hermoso versículo bíblico que expresa el
amor al prójimo, y sin embargo, se para donde quiera y como quiera, toma
demasiado tiempo en sus paradas, impide el buen tránsito en las calles, no
tiene los requerimientos que debe tener un transporte de ese tipo.
Entonces, no tiene
sentido tener un bonito letrero con una frase bíblica, cuando su quehacer no se
corresponde con lo bíblicamente expresado. Tenemos y debemos entender que el
fariseísmo del tiempo de Jesús todavía existe entre nosotros (Mat 23, 3. 5),
gente que dice una cosa y hace otra, gente que solo quiere que los vean, pero
su vida y su actuación dista mucho de eso que expresan en nombre de su fe en
Dios.
La fe en Dios es más que
los letreros o frases que podemos presentar ante los demás. No es simple
apariencia. Es la convicción profunda en el Dios de Jesucristo, que me lleva a
asumir un estilo de vida distinto al que mis egoísmos me piden y al que los
intereses del mundo de hoy me motivan.
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