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    sábado, 13 de marzo de 2021

    La vida común en cuarentena


    Actualidad | UNINPSI/Comillas




    La vida común en cuarentena


    La guía sencilla que ofrecemos, contiene orientaciones para el cuidado psicológico durante el tiempo de cuarentena en la vida religiosa y sacerdotal; sin embargo, esta guía puede ser un instrumento útil para la vida común en cuarentena, para cualquier espacio comunitario donde convivamos.

     

    Objetivo

    En estos últimos días estamos haciendo frente a una situación que, para la mayoría de nosotros, resulta nueva e implica un cambio importante de rutinas, trabajo, horarios, tareas, actividad y enfoque de la misión. Toca adaptarse a una realidad que se nos impone de forma relativamente imprevista y no siempre fácil de gestionar; pero que también puede vivirse, desde el Espíritu y la confianza, como oportunidad de crecimiento y creatividad.

    Por eso, el Equipo de Vida Religiosa y Sacerdotal de la Unidad Clínica de Psicología (UNINPSI) de la Universidad Pontificia Comillas quiere ofrecer una guía sencilla con algunas orientaciones para el cuidado psicológico de las comunidades religiosas y la vida sacerdotal.

    Ojalá en este tiempo podamos seguir cuidando con responsabilidad unos de otros –los de cerca y los de lejos–; y que cada cual pueda sentirse acompañado en sus necesidades médicas, psicológicas y espirituales.

    Probablemente a lo largo de estas semanas vas a pasar más tiempo y compartir más espacio con compañeros de comunidad. Esta situación constituye una oportunidad para vivir desde la fraternidad y la unión de ánimos. Pero también requiere estar atentos para que el nuevo escenario de convivencia sea, al mismo tiempo, lugar de encuentro, sosiego, cercanía y libertad.

     

    1. En primer lugar, recuerda que no todos somos iguales y no respondemos de la misma manera ante una situación de tensión o un momento de dificultad. Trata de comprender las reacciones de los demás y aceptar las tuyas propias sin culpabilizaciones innecesarias. Si hace falta, busca momentos de mayor calma y serenidad para poder hablar –con madurez y de forma honesta– de lo que está ocurriendo.

    2.  Genera conversaciones alternativas. Son muchos y diversos los temas de los que se puede hablar. Detéctalos y aprovecha el tiempo para hacerlo con menos prisa que de costumbre. Amplía la mirada a otras realidades y personas de nuestro mundo. Es un buen momento, además, para cuidar especialmente la conversación espiritual. También para ofrecer espacios gratuitos de escucha y reflexión. Y para no abandonar el sentido del humor.

    3.   Colabora en la planificación de la nueva situación de tu comunidad o de la gente con la que vives. Establecer un cierto ritmo ordenado, tanto a nivel de la vida común como de tu propia vida personal, favorece el bienestar psicológico. Es tiempo para la creatividad: piensa posibles actividades de tipo celebrativo, de oración en común y también de ocio compartido (películas, juegos de mesa, recomendaciones de lectura, etc.) que favorezcan un espacio positivo y de cierta distracción. La cocina y otras tareas domésticas también pueden resultarte de gran ayuda.

    4. Trata de mantener horarios comunitarios que favorezcan el intercambio y la conversación guardando siempre las recomendaciones sanitarias. Una organización clara y accesible a todos los miembros de la comunidad, que favorezca la participación de jóvenes y mayores, será beneficiosa para todos.

    5. Presta especial atención a tus encargos y tareas dentro de la comunidad o la institución a la que perteneces. En este momento la diligencia es una forma concreta de cuidado del otro y resulta clave para el buen funcionamiento del grupo.

    6.   Respeta los espacios comunes y los tiempos de silencio. No resulta extraño que ahora te notes más sensible a los ruidos, las conversaciones elevadas u otros sonidos que causen disrupción. Además, quizás te percibes más sensible a la hora de utilizar las zonas comunes. Piensa que a otros les puede ocurrir lo mismo.

    7. Recibe y transmite los mensajes y la información acerca de la pandemia, la cuarentena y otras circunstancias relativas al COVID-19 con prudencia y de forma constructiva. Evita las murmuraciones, los rumores infundados y los comentarios únicos acerca del tema para no favorecer tensiones innecesarias ni situaciones comunitarias de dificultad. Hablar constantemente sobre este asunto puede hacer que crezca el temor y que te distancies de estados de mayor tranquilidad y sosiego. Ponte un horario en el que recibir noticias –máximo dos horas al día en tres momentos diferentes– y, una vez cumplido el tiempo, pasa a realizar una actividad que te genere bienestar o que constituya una afición para ti.

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