Noticias | P. José Navarro, SJ
Cómo la Pastoral Materno Infantil ha
retomado el acompañamiento presencial
La Pastoral Materno Infantil tiene como misión
Evangelizar desde el vientre materno, para que todos tengan vida y vida en
abundancia. Esta misión es realizada por voluntarios que, motivados por la fe y
con espíritu ecuménico, acompañan a las familias que tienen niños y niñas de 0
a 5 años, y mujeres embarazadas de todas las edades, mediante acciones de
salud, nutrición, educación y ciudadanía, procurando:
– Prevenir la mortalidad infantil y la mortalidad
materna
– Prevenir la malnutrición y las enfermedades
prevalentes de la infancia
– Promover el desarrollo integral en la primera
infancia
Las principales acciones comunitarias son: visitas
domiciliarias mensuales, encuentros de gestantes quincenales, encuentros
mensuales de promoción del crecimiento y desarrollo infantil denominados
“celebración de la vida”, y las reuniones de coordinación y seguimiento del
voluntariado comunitario.
Luego de la declaración del estado de emergencia
nacional por la pandemia de la Covid-19, en marzo del 2020, en el contexto del
confinamiento, se detuvieron todas las actividades presenciales, y tanto la
coordinación entre voluntarios como el acompañamiento de las familias pasó a
ser realizado mediante comunicación por WhatsApp, llamadas telefónicas, y
aplicaciones de videoconferencia.
El personal técnico de la oficina nacional de la
Pastoral Materno Infantil, en comunicación constante con el voluntariado
comunitario, estuvo apoyando para los procesos de registro de familias en el
programa “Quédate en casa”, en la canalización de ayudas alimentarias
gestionadas desde las parroquias y en la identificación de casos que
necesitaban acompañamiento emocional.
La misión requería de creatividad y empeño. Se
desarrollaron recursos educativos para ser enviados de manera virtual a los
voluntarios, y éstos a las familias. Las consejeras comunitarias crearon grupos
de WhatsApp con las familias para continuar el acompañamiento y la formación en
prevención de la trasmisión del coronavirus, en temas de salud materno
infantil, prevención de maltrato y desarrollo integral infantil.
Al igual que muchas otras instituciones y agentes
pastorales, el contexto del confinamiento nos llevó a descubrir el gran
potencial que tienen los recursos virtuales para la acción pastoral. Sin
embargo, después de varios meses haciendo grandes esfuerzos en la
implementación de esos mecanismos, constatamos la fuerte limitación de la
brecha digital; no conseguíamos alcanzar más del 50% de las familias
acompañadas. En medio de las condiciones de pobreza, numerosas personas
voluntarias y familias acompañadas, si tenían un teléfono inteligente sólo
ocasionalmente podían colocar un paquetito de internet; muchas de esas familias
tenían que consumir los datos de internet en las tareas de los niños que
estaban en edad escolar. La situación era más limitada en comunidades rurales,
especialmente en el Sur profundo. Junto a esas limitaciones, se reflexionaba
que varias dimensiones, como el contexto de buen trato o de violencia en el
hogar, las prácticas de higiene y de cuidado infantil, eran muy difíciles de
percibir en la comunicación virtual.
Nuevamente, la misión necesitaba de creatividad y
empeño. Tomando en cuenta las limitaciones experimentadas, la Pastoral Materno
Infantil inició desde finales del mes de julio un proceso de retorno al
acompañamiento presencial de las familias. Todavía no había condiciones para
los encuentros grupales con las familias, pero entendimos que un acercamiento a
los hogares, sin entrar dentro de las casas, sí era posible. Se diseñó un
esquema de visitas domiciliarias en el contexto del Covid-19.
Las visitas serían más cortas, de alrededor de 10
minutos, sin entrar en las casas, estableciendo una conversación mediada por
tres recursos preventivos: 1) uso correcto de la mascarilla; 2) distanciamiento
físico de dos metros; 3) uso de gel para desinfectar las manos y alcohol en
spray para el intercambio de objetos como frascos de vitaminas y materiales
educativos. Se insistió en entrenar el distanciamiento. ¿Qué son dos metros?
“Si tú extiendes tu brazo y la otra persona extiende su brazo, debe quedar un
espacio vacío equivalente a otro brazo. Esta regla debía aplicarse en las
visitas de acompañamiento realizadas por los voluntarios, y la familia debía
aplicarla cuando recibiera visitas de otras personas.
El esquema temático se diseñó en tres pasos: 1)
orientaciones sobre medidas preventivas y de atención de la Covid-19; 2)
orientaciones sobre supervivencia y desarrollo integral infantil, seleccionado
temas prioritarios; 3) acuerdos de acción y seguimiento.
Se diseñaron talleres de capacitación con carácter
piloto que se han replicado en diversas localidades. Estos talleres se han
realizado en dos modalidades presenciales: grupal, con voluntarios de varias
comunidades y tutorial con uno o más voluntarios de una misma comunidad. Los
talleres tienen una duración aproximada de 6 horas para la modalidad presencial
grupal y 3 horas para la modalidad presencial tutorial.
Una vez que las consejeras comunitarias participan
de la sesión inicial de capacitación, se realizan jornadas prácticas de visitas
a algunos hogares de la misma comunidad de procedencia de las voluntarias, con
el acompañamiento de algunos técnicos facilitadores de la capacitación, a fin
de reforzar la metodología de realización de las visitas domiciliarias. Al
final de la jornada se realiza un espacio de socialización para compartir los
resultados de la experiencia y afianzar la metodología a seguir para las
siguientes visitas a las familias.
Para esta reactivación de las visitas de
acompañamiento presencial han sido convocados los voluntarios con edad y
condiciones de salud pertinentes para el contexto de la pandemia. Inicialmente
hubo algunas resistencias y temores. En la medida que ha avanzado el proceso,
ha crecido mucho la motivación y la confianza en la seguridad y efectividad de
estas visitas. Ya han sido capacitadas más de 400 consejeras comunitarias, las
cuales están visitando las familias que acompañan, con gran alegría.
Una de las lecciones aprendidas es que si las
personas voluntarias se quedan en sus casas, sin retomar la misión presencial,
permanecen expuestas a la transmisión del virus mediante las visitas de
familiares y las salidas ocasionales, siendo la más riesgosas aquellas para
velorios o visitas para consolar los amigos que han perdido familiares. En
cambio, al entrenarse y salir en misión a los hogares, poniendo en práctica y
orientando las familias en las medidas preventivas, las personas voluntarias
están más preparadas para disminuir los riesgos de transmisión del virus en sus
propios hogares. Un dato que apoya esta reflexión, es que en el segundo
semestre del 2020, seis consejeras comunitarias de la Pastoral Materno Infantil
resultaron positivas a la Covid-19 antes de retornar a la misión de
acompañamiento presencial de las familias, mientras una sola resultó positiva
luego de retornar a las visitas de acompañamiento presencial.
El año 2021 inicia con el desafío de seguir
fortaleciendo, con creatividad y empeño, el acompañamiento de las familias con
niños y niñas de 0 a 5 años y con madres embarazadas, en la misión de
Evangelizar desde el vientre materno, para que todos tengan vida y vida en
abundancia.
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