Humanismo Integral | Ignacio Miranda
La utopía de Tomás Moro y la Economía Solidaria
“Educación continua” es un principio fundamental del
Cooperativismo, el sistema de economía solidaria más conocido y practicado, especialmente
en nuestro país. Este principio es equivalente a educación integral.
Utopía, uno de los
muchos libros escrito por Tomás Moro, contiene un concepto de integralidad que
va más allá de la educación continua. Es
aplicable a todas las variables de los valores de la convivencia humana, de
manera específica a lo social, lo político y lo económico.
Tomás Moro ejemplificó con su testimonio de vida, los principios del
humanismo cristiano del cual fue precursor.
Utopía, para muchas
personas, es una idea irrealizable. Yo creo que es un ideal coherente entre pensar,
sentir, hablar y actuar.
En su Utopía, Tomás Moro idealiza a los
utopianos como los habitantes de una isla con un plan orientado por un programa
basado en una ecología integral animada por los valores de excelencia y la
sostenibilidad. De este libro, extraigo un apretado resumen que amplío en un
decálogo en forma de breviario.
Propongo este Breviario, a los conductores de nuestra sociedad, con la
esperanza de que, igual similar a Tomás Moro, lo asumen como testimonio
vivencial.
I. “Los malos pedagogos prefieren azotar a educar”: La educación integral
trasciende los sentidos de ver-oír-oler-gustar-palpar; como también el tiempo y
el espacio, para instruir especialmente con el testimonio de de vida.
II. “Los habitantes se consideran
más agricultores que propietarios”: La laboriosidad está orientada a producir,
al costo más bajo posible, saludables, sostenibles y abundantes bienes, valorando
el usufructo con primacía sobre el derecho de propiedad.
III. “Al frente de cada grupo de treinta
familias está un filarco (jefe de tribu)”: La estructura de participación comunitaria
y el trabajo en equipo bajo la dirección de un gerente capacitado, garantiza la
productividad en la empresa de economía solidaria.
IV. “Todos los años veinte agricultores
de cada familia vuelven a la ciudad después de haber residido dos años en el
campo”: La aproximación entre los polos opuestos es el medio más eficaz para el
ejercicio de los valores de la equidad, como raíz de la justicia y fruto de la
paz.
V. “…siembran granos y crían ganado en cantidad
muy superior al consumo. El excedente se reparte si es necesario entre los
países vecinos”: El plan de producción de alimentos diversificados se orienta
tanto a abastecer el mercado interno como a crear excedentes exportables.
VI. “Todos los objetos necesarios y que no se
puedan encontrar en el campo, como muebles, utensilios de cocina, etcétera, los
piden a la ciudad. Los consiguen de los funcionarios públicos, sin papeleo y
sin nada a cambio”: El sistema de intercambio está ordenado de modo que se
evite la especulación y la corrupción.
VII. “Hay una actividad común a
todos, hombres y mujeres, de la que nadie queda exento: la agricultura. Forma
parte de la educación del niño desde su infancia”: La educación integral garantiza
la identidad cultural orientada a la ecología integral que valora la vida de
todos los seres vivientes.
VIII. “…que nadie se entregue a la ociosidad y la pereza”: La laboriosidad es el
principio fundamental de la educación integral.
IX. “Han de procurar que todos se apliquen de una
forma asidua a su trabajo”: La justicia, en sus variables distributiva,
conmutativa y social, es el fundamento de la autoridad libre y liberadora.
X. “Los juegos de azar, como los dados, cartas,
tan impropios y nefastos ni siquiera los conocen”: El pueblo usa sus recursos
para satisfacer sus necesidades reales, rechazando las
carencias ficticias por considerarlas enemigas del progreso personal y el
desarrollo integral.
Publicado en Revista ADH 855.
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