La Iglesia Hoy | Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
Parolin: la fraternidad es un mundo que sabe fijarse
objetivos comunes
El
Cardenal Secretario de Estado intervino en el evento web "Fraternidad,
Multilateralidad y Paz" centrado en la Encíclica "Fratelli
tutti": la pandemia, dijo, impulsa a "una reciprocidad de relaciones
que supere el aislamiento e implique a los Estados, a las personas y a los
organismos internacionales". El evento está promovido por la Misión
Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, la Misión de la Orden de
Malta ante la ONU en Ginebra, la Comisión Católica Internacional de Migración,
el Foro de ONGs Católicas, junto con la Pontificia Universidad Lateranense y la
Fundación Caritas in Veritate.
El
trasfondo del discurso del cardenal Pietro Parolin en el evento "Fratelli
tutti, el multilateralismo y la paz" es la voluntad de promover el principio
del bien común de la familia humana, que requiere para realizarlo un
pensamiento y una acción más audaces y creativos. Esto corresponde al
compromiso al que, según el cardenal, están llamados los participantes en el
encuentro, directores generales y altos funcionarios de la ONU en Ginebra, y
varios embajadores, y es el objetivo de la acción diplomática multilateral de
la Santa Sede, a la que Fratelli tutti ofrece una contribución esencial. Para
aclarar el concepto de fraternidad, contenido en la Encíclica, el Secretario de
Estado vuelve al inicio del pontificado del Papa Francisco cuando, apenas fue
elegido, dijo: "Recemos siempre por nosotros: los unos por los
otros". Recemos por todo el mundo, para que haya una gran
fraternidad". Francisco indicó así un "criterio programático"
decisivo, dice el cardenal, para superar la dicotomía, particularmente actual
en este tiempo de pandemia, entre "el código de la eficiencia" y el
"código de la solidaridad".
De hecho,
la fraternidad nos impulsa a un "código" aún más exigente e
inclusivo: "Mientras que la solidaridad es el principio de planificación
social que permite que los desiguales se conviertan en iguales, la fraternidad
es lo que permite que los iguales sean personas diferentes. (...) En la acción
multilateral, la fraternidad se traduce en la valentía y en la generosidad de
establecer libremente ciertos objetivos comunes y asegurar el cumplimiento
mundial de ciertas normas esenciales".
El
destino universal de los bienes
El
cardenal Parolin enumera los temas prioritarios de la Santa Sede en la
declinación del principio de fraternidad: acceso a la salud, refugiados,
trabajo, derecho internacional humanitario y desarme. Sobre el tema de la
salud, el cardenal observa que la humanidad experimentó un sentimiento inicial
de "vínculo indisoluble" debido a la propagación de la pandemia,
sintiéndose una única "comunidad mundial que navega en el mismo
barco", pero que hoy este sentimiento ha dado paso a la "carrera por
las vacunas y los tratamientos a nivel nacional". Es evidente la
diferencia de posibilidades de tratamiento entre los países desarrollados y los
más atrasados.
La Santa
Sede, ante un problema sistémico, como son las barreras para el acceso a la
sanidad, agravadas por la actual emergencia, ha ofrecido una serie de
directrices para abordar esta cuestión, inspiradas en la convicción de la
importancia de la fraternidad. En todo momento, debemos centrarnos en el
principio subyacente del servicio al bien común. Este enfoque está bien
ejemplificado por San Juan Pablo II y por su insistencia en la "hipoteca
social", que insiste en el principio del destino universal de los bienes.
Los
llamados a la globalización de la solidaridad: los refugiados
El
Secretario de Estado vaticano recuerda que los llamamientos a la comunidad
internacional "para una nueva globalización de la solidaridad" son
constantes por parte del Papa y son retomados también en Fratelli tutti y observa que, 70 años después
de la creación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR), el número y el sufrimiento de los refugiados, desplazados y migrantes
siguen representando "una herida en el tejido social" del mundo. Y
continúa:
Esto
implica profundas cuestiones humanitarias y sociales. En este sentido, la Santa
Sede acoge la visión del fondo del Global Compact sobre los refugiados, que
pretende reforzar la cooperación internacional a través de un repartición más
equitativa y previsible de la responsabilidad, recordando al mismo tiempo que
la solución duradera ideal y más completa es garantizar los derechos de todos a
vivir y prosperar con dignidad, paz y seguridad en sus países de origen.
Es
necesario un diálogo social más inclusivo
Una
consecuencia de las medidas de contención de la pandemia, sobre la que se
detiene el cardenal Parolin, es la crisis del mundo del trabajo, con un impacto
negativo en los ingresos de los trabajadores, especialmente de los más
vulnerables. En este contexto, subraya, es necesario iniciar un diálogo social
más amplio e inclusivo con respecto a su forma tradicional.
La
participación de las organizaciones de trabajadores y empresarios es crucial,
pero debe complementarse con actores que representen la economía informal y las
preocupaciones medioambientales. Como recuerda la Fratelli tutti, "tenemos
que pensar en la participación social, política y económica de manera que
incluya a los movimientos populares y anime las estructuras de gobierno
locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que
surge de la participación de los excluidos en la construcción del destino
común".
Promover
el respeto del derecho humanitario
Y hay
otro frente, según Parolin, sobre el que hay que trabajar, y es el derecho
humanitario. A este respecto, recuerda que Henry Dunant, fundador de la Cruz
Roja, había adoptado el grito "Todos hermanos" para incitar a la
ayuda a los heridos, independientemente de que pertenecieran a una u otra parte
en el conflicto. Ese fue el punto de partida de su organización y el cardenal
afirma que hoy en día hay que reforzar la promoción y el respeto del derecho
humanitario, cuyo objetivo es proteger a la población civil en un contexto de
guerra y desterrar las armas "que infligen un sufrimiento tan atroz como
inútil". Cita los Convenios de Ginebra de 1949 que reconocen
implícitamente la fraternidad universal y continua:
La Santa
Sede, asimismo, consciente de las omisiones y vacilaciones, espera que los
Estados sean capaces de llegar a nuevos desarrollos del derecho internacional
humanitario para tener en cuenta adecuadamente las características de los
conflictos armados contemporáneos y los sufrimientos físicos, morales y
espirituales que los acompañan, con el objetivo de eliminar los conflictos por
completo.
Las armas
no garantizan la paz
La
aspiración a la paz y la seguridad, afirma además el cardenal, no puede
"satisfacerse sólo con medios militares y menos con la posesión de armas
nucleares y otras armas de destrucción masiva". Además, los conflictos
siempre causan sufrimiento, en todas las partes:
En este
sentido, la Santa Sede alienta con convicción el compromiso de los Estados en
el ámbito del desarme y del control de los armamentos para lograr acuerdos
duraderos en el camino hacia la paz y, de manera especial, en el frente del
desarme nuclear. Si la afirmación de que todos somos hermanos es válida, ¿cómo
puede la disuasión nuclear ser la base de una ética de la fraternidad y la
convivencia pacífica entre los pueblos?
La responsabilidad
individual y la capacidad de sentirse hermanos
Al
concluir, el cardenal Parolin observó que para invertir la marcha y lograr
realmente una acción adecuada respecto a los procesos en curso en la comunidad
internacional, no basta con una proclamación de compromiso, sino que es
necesario preparar un proyecto eficaz capaz de responder a la post-pandemia.
Parolin subrayó que "el elemento adicional es la responsabilidad
individual y la capacidad de sentirnos hermanos, es decir, de hacer propias las
necesidades de los demás a través de una reciprocidad de relaciones que va más
allá del aislamiento e implica a los Estados, a los individuos y a los
organismos internacionales". Es el camino de la fraternidad para el que el
Secretario de Estado espera que el acto de hoy sea también un paso adelante.
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