Nuestra Señora del Sagrado Corazón
según el Padre Chevalier
En
este escrito y en los dos siguientes extractamos y resumimos la conferencia que
la Hermana Merle Salazar, religiosa de la Congregación de Hijas de Nuestra
Señora del Sagrado Corazón, en Filipinas, pronunció con motivo de la
celebración de los 150 años del titulo de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Es una buena explicación para encuadrar en nuestro momento actual esta
advocación, que queremos que conozcan nuestros lectores, aunque eso suponga
fragmentarla en varias entregas, dada su extensión.
¿Qué
significa hoy para nosotros estas dos devociones, la devoción al Sagrado
Corazón y a Nuestra Señora del Sagrado Corazón? ¿Cuáles son las razones para
hacerlas nuestras, de manera que nuestra “devoción” no se limite a prácticas
piadosas, sino que sea algo que forme parte de nuestra manera de vivir y de
amar, de nuestra forma de ver el mundo de hoy? ¿Cuáles son los desafíos del
mundo actual y que respuestas propone esta devoción? ¿Cómo podemos poner en
práctica estas respuestas?
El
título “Nuestra Señora del Sagrado Corazón” nació de la oración y la meditación
del P. Chevalier y es por tanto a él a quien atribuimos el origen de la
devoción. El titulo llevo consigo, en la iglesia en tiempos del P. Chevalier, a
una mayor devoción: primero, al Sagrado Corazón de Jesús y, segundo, a María,
la madre de Jesús.
Es
evidente que en la mente del P. Chevalier no se trataba de una débil
combinación de dos devociones, sino mas bien de una fuerte unión de la que
nacería una nueva devoción, cuyo objetivo era la fusión del amor entre Jesús y
María. En esta relación es Jesús la fuente de todas las gracias y María,
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, la “intercesora-dispensadora” que lleva a
Jesús las necesidades de la gente y dispensa por tanto los favores del Corazón
de Jesús.
Al
P. Chevalier le gustaba utilizar utilizar la figura de un” tesorero” que
sostiene esa bolsa y dispensa los favores que contiene.
El
P. Chevalier fue un hombre de su tiempo que usaba el lenguaje de su generación.
Como sus contemporáneos, cometía algunas exageraciones, especialmente en lo que
se refiere al papel de María. No obstante, vio muy claramente en Jesús la única
mediación y su primacía y la de su Sagrado Corazón sobre María. Esta es
precisamente la clave del título: a Nuestra Señora no se la presenta nunca sin
el Sagrado Corazón. Este es lo mas importante, es el instrumento y símbolo del
amor de Dios y es el del Corazón de Jesús de donde ha salido la Inmaculada
Concepción.
Actualmente
la “espiritualidad del Corazón”, según yo la entiendo, exige una participación
activa en el establecimiento del Reino de Dios aquí y ahora, a fin de lograr un
mundo donde reinen la justicia y la caridad.
Según
señala Alloysius Pieris, el más elocuente símbolo del amor es la ACCION,
principalmente por la justicia. A la luz de esto, estoy convencida que hemos de
cuestionarnos nuestras ideas acerca de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Y
creo que el hecho de verla principalmente como intercesora y dispensadora de
gracias puede no animarnos a pasar a la acción. ¿Qué quiero decir? (Continuará).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...