Meditación | Sandy Yanilda Fermín
¡El Trabajo de un niño es Jugar!
A veces nos hemos preguntado, si el
juego para un niño implica trabajar, y al realizar varias conversaciones con
algunas madres, decimos que sí. Imagínense a los niños del mundo trabajando en
equipo en busca de estrategias, tales como:
Oficializar a través de una ley, que
se realice el trabajo con el juego y con todos los demás niños de su comité, buscar
un objetivo en común: La diversión, siempre y cuando priorizando el tipo de
juego que decida la asamblea.
Su casa Matriz, es el hogar, sin
embargo, en ocasiones, para recrear la imaginación y liberación de estrés, se
trasladan de vez en cuando a los parques, la playa, piscina, el campo, etc.
También realizan funciones como
outsourcing, desde una casa matriz, adivinen cuál: La Juguetería, son
excelentes asesores de los padres para comprar juguetes. Pero cuidado, en
ocasiones, por estar en búsqueda constante de nuevas estrategias de juego, te
forman sindicatos: ¡con el slogan: ¡Cómpranos Juguetes!, y si no se atiende a
su llamado, realizan la función de negociadores, si me compran juguetes, me
porto bien.
En otro ámbito, no hay que realizar
inversión en entrenamiento, ellos siempre están concentrados en el juego y es
difícil que fallen.
No habría inconvenientes con el horario de trabajo, el jugar implica un
horario extendido, 24/7. No se cansan, y por lo regular sacrifican el sueño
para jugar. El juego para ellos, no tiene límite. Ellos se auto motivan, no hay
que motivarlos.
Se toman riesgos que están dispuestos
a afrontar. Si sucede un accidente durante el juego, lo pasan por alto, se dan
su golpe y continúan con su objetivo de continuar jugando. Nada los detiene. En
el libro “La Ciudad Corazón” de Paulo Herrera Maluf encontramos el cuento "El vuelo del Piojo", en este personaje el Piojo, vemos
como los niños no tienen miedo a jugar, a experimentar lo que pueden y quieren realizar,
los retos que se imponen para poner en alto, la esencia del juego. Hay que
dejar volar su imaginación para que sean ellos mismos.
Otras veces, si tienen juguetes
nuevos, juegan con ellos, pero no desperdician, siempre guardan sus juguetes
viejos, aunque le falte un brazo a una muñeca o una rueda a un avión. Juegan
siempre para no afectar la calidad de su labor.
Les fascina innovar, siempre buscan
las mejores alternativas de cómo inventar un nuevo juego. Su creatividad supera
las expectativas de cualquier imaginación, por ejemplo, jugar con jabón es como
jugar con plastilina. ¿A cuáles madres no les han roto los collares?
Simplemente, para ser usados por sus muñecas.
Le gusta que sus supervisores jueguen
con ellos, demandan mucha atención, ya que ellos entienden que el trabajo de un
padre, es hacer feliz a los niños. Jugar a las escondidas, llenar vejigas con
agua y jugar al quemao mojado. Eso es fabuloso.
Hay que hacer simulacros con los
niños, los padres vuelven a ser niños al jugar de nuevo con ellos en el piso, les
sirve para aprender, para obtener más inteligencia, y sobre todo jugando a
ganar más amigos y más conexión familiar.
Podríamos estar un buen rato
escribiendo sobre las aventuras de los niños, su trabajo y el juego, más lo
invito a recordar, a imaginar sus juegos de niñez, lo arriesgados que eran y
cómo influyó sus vidas. Comenten en la página de la revista Amigo del Hogar o
en las redes sociales nuestros artículos.
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