Humanismo Integral | Renato Martinez/VN
Día
Mundial de la Pesca. Cardenal Turkson: No a la violación de los derechos
humanos
En vista del Día Mundial de la Pesca, a celebrarse este 21 de noviembre,
el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral,
invita a centrar nuestra atención en el sector de la pesca, que está enredado
desde hace demasiado tiempo en una red de problemas y desafíos relacionados con
las violaciones de los derechos humanos en el mar.
“En este Día Mundial de la Pesca, nuestra indignación por las numerosas
violaciones de los Derechos Humanos en el mar, debería transformarse en una
nueva fuerza que influyera en la industria pesquera para poner en el centro de
sus intereses, el respeto de los derechos humanos y laborales de los
pescadores”, lo escribe el Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para
el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en su Mensaje para
el Día Mundial de la Pesca, a celebrarse este domingo, 21 de
noviembre de 2021.
Destacar la forma de vida del sector pesquero
En su Mensaje, el Prefecto recuerda que, el Día Mundial de la Pesca fue
celebrado por primera vez en 1998 por las comunidades de pescadores, que
querían destacar la forma de vida del sector pesquero, que emplea al mayor
número de trabajadores y genera uno de los productos alimentarios más
comercializados en todo el mundo: el pescado. Por ello, cuando hablamos de la
pesca, los pescadores y de la industria pesquera, es como si nos aventuráramos
en un mar tan amplio y profundo como el que navegan barcos pesqueros tratando
de llenar sus redes de peces para satisfacer el insaciable apetito de nuestro
mundo.
Desafíos relacionados con violaciones de derechos
humanos
En este sentido, el Cardenal Turkson evidencia el objetivo de este año
para la celebración del Día Mundial de la Pesca. “Nos gustaría centrar nuestra
atención en el sector de la pesca industrial/comercial, que está enredado desde
hace demasiado tiempo en una red de problemas y desafíos relacionados con las
violaciones de los derechos humanos en el mar, cuyas consecuencias – advierte –
se han visto exacerbadas por la pandemia del Covid-19 y han hecho más
problemática la vida de los pescadores y sus familias”. Asimismo, a pesar de
los continuos esfuerzos realizados por las organizaciones internacionales para
aplicar los distintos Convenios y Acuerdos relativos a las condiciones de
trabajo, la seguridad en el mar y la pesca INDNR, señala el Purpurado, tenemos
que admitir que los pescadores se convierten en rehenes de circunstancias que
son extremadamente difíciles de controlar debido a que la tripulación está
incapacitada para venir a tierra con regularidad.
Obligados a trabajar en interminables turnos
El Cardenal Turkson también afirma que, los pescadores mientras están en
la zona de pesca sufren amenazas e intimidaciones por parte del patrón y los
oficiales, y se ven obligados a trabajar en interminables turnos de día y de
noche, con cualquier tipo de clima. Debido a la sobre fatiga, son frecuentes
los accidentes laborales. Con más de 24.000 muertes en un año, podemos definir
la industria pesquera, una industria mortal. En muchos de los casos, señala el
Prefecto, a las familias se les ofrece poca o ninguna indemnización y a los
familiares de los fallecidos a menudo no se les da ni siquiera el consuelo de
una tumba donde rezar y depositar una flor, porque los cuerpos son rápidamente
enterrados en medio del mar.
La falta de seguridad un problema frecuente
Una de las preocupaciones principales que señala el Cardenal Turkson en
el sector pesquero es lo que respecta a la seguridad dentro y fuera de las
embarcaciones pesqueras. Las condiciones a bordo son inhumanas, ya que las
cocinas y las despensas están sucias, los depósitos de agua están oxidados, el
agua potable es restringida, la comida es de mala calidad e inadecuada. Los
camarotes para la tripulación son pequeños, sin ventilación y sin espacio
suficiente para moverse. Debido a la falta de recursos pesqueros en las aguas
internacionales y a la expansión de los nacionales, los buques pesqueros de la
ZEE tienden a embolsarse en aguas nacionales. Y esto produce enfrentamientos
armados con los militares que patrullan las fronteras nacionales y, si se les
atrapa, el barco es arrestado, se confiscan la pesca, la tripulación es
encerrada en la cárcel y abandonada en un país extranjero por el propietario
que se niega a pagar para su repatriación y los salarios atrasados.
Garantizar y promover los derechos humanos
Por ello, como Iglesia Católica, aunque reconocemos algunas mejoras en
las condiciones humanas y laborales de los pescadores, reconocemos, sin
embargo, que todavía hay demasiadas violaciones de los derechos humanos en el
mar y, una vez más, hacemos un llamamiento a las organizaciones
internacionales, a los gobiernos, a las sociedades civiles, a los diferentes
actores de la cadena de suministro y a las ONG para que unan sus fuerzas para
detenerlo. Los problemas que afectan a la industria pesquera están
interconectados. Si no llamamos la atención sobre estos continuos abusos y
violaciones en el mar y trabajamos juntos para crear una industria pesquera en
la que se garanticen y promuevan los derechos humanos y laborales de los
pescadores.
“Queremos hacer un llamamiento a los capellanes y voluntarios de Stella
Maris, para que continúen con su misión compasiva de acoger a los pescadores y
ver en sus rostros el rostro de Jesucristo sufriente y proporcionarles apoyo
espiritual y material”.
Publicado por Vatican News
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...