Actualidad Mundial | A&O
Aung San Suu Kyi, exlíder de Myanmar,
condenada a cuatro años de cárcel
«Las duras
sentencias por estos cargos falsos son el último ejemplo de la determinación
del Ejército de eliminar cualquier oposición», denuncia Amnistía Internacional
La exlíder birmana depuesta y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu
Kyi, ha sido condenada este lunes a cuatro años de prisión en la
primera sentencia por los diversos juicios a los que se enfrenta bajo la junta
militar que tomó el poder en un golpe de Estado del pasado 1 de febrero
en Myanmar (antigua Birmania).
Según informa EFE, fuentes cercanas al juicio, que
no pueden identificarse por miedo a represalias por parte de la junta,
precisaron que Suu Kyi, de 76 años, fue sentenciada a dos años de cárcel por el
delito de incitación contra los militares y otros dos años por vulnerar la
normas frente a la COVID-19.
El delito de incitación, según el artículo 505(b)
del Código Penal, se refiere a varios comunicados enviados por el partido de
Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia (LND), para oponerse al
reconocimiento de la junta militar poco después del golpe.La violación de las
normas por la pandemia se debe a varios actos electorales celebrados por Suu
Kyi antes de las elecciones de noviembre de 2020.
La exmandataria fue sentenciada en una vista en la
capital por un tribunal que impuso la misma condena por cargos idénticos al
presidente depuesto, Win Myint, y una pena de dos años de cárcel para el
exgobernador de Naipyidó, Myo Aung, por vulneración del artículo 505(b). El
tribunal no precisó a qué prisión serán enviados los detenidos, que durante el
proceso han estado aislados por los militares y han tenido acceso limitado a
sus abogados. La sentencia también implica la inhabilitación política de los
detenidos en el hipotético caso de que la junta celebre elecciones, algo que ha
prometido sin fijar una fecha aún.
«Cargos falsos»
«Las duras sentencias contra Aung San Suu Kyi por
estos cargos falsos son el último ejemplo de la determinación del Ejército de
eliminar cualquier oposición y suprimir las libertades en Birmania», indicó el
subdirector de Campañas de Amnistía Internacional en Asia, Ming Yu Hah.
«La decisión absurda y corrupta del tribunal es
parte del patrón devastador de castigos arbitrarios que han provocado más de
1.300 personas muertas y miles de detenidos desde el golpe de Estado en
febrero», agregó Ming. La activista recordó que hay miles de detenidos sin el
perfil de Suu Kyi que se enfrentan a la «terrible posibilidad» de años en la
cárcel por ejercer pacíficamente sus derechos a la protesta y disentir con la
junta militar.
Contra la premio Nobel de la Paz penden una decena
de casos presentados tras la toma de poder por los uniformados. Entre ellos,
acusaciones de corrupción, saltarse regulaciones de telecomunicaciones y violar
la ley de secretos oficiales, todas castigadas con penas de cárcel. Los
abogados de Suu Kyi, a los que la junta militar ha prohibido hablar con los
medios de comunicación, señalan que su representada niega todas las acusaciones
presentadas en su contra.
Aislamiento de la junta birmana
El Consejo de Seguridad de la ONU, numerosos
gobiernos como los de Estados Unidos, Reino Unido y Japón y la Unión Europea
han pedido la liberación de Suu Kyi y otros detenidos por la junta militar
liderada por el general Min Aung Hlaing. El líder militar ha sido excluido de
las últimas cumbres y reuniones de la Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático (ASEAN) por no cumplir con unos acuerdos del pasado abril para sobre
el cese de la violencia y abrir un proceso de diálogo. El primer ministro de
Camboya, Hun Sen, cuyo país preside en la ASEAN en 2022, afirmó el lunes su
intención de viajar a Birmania para entrevistarse con los militares, que se
encuentran cada vez más aislados del exterior, excepto por los contactos
diplomáticos con Rusia y China.
El golpe de Estado sumió a Birmania en una profunda
crisis política, social y económica y abrió una espiral de violencia con nuevas
milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país
desde hace décadas. El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude
masivo durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado ha
sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015,
con el aval de observadores internacionales.
Al menos 1.303 personas han muerto a raíz de la
brutal represión ejercida por policías y soldados desde el golpe, que han
disparado a matar contra manifestantes pacíficos, según los partes diarios de
la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos, que también cifra en más
de 10.000 los opositores detenidos, entre ellos Suu Kyi.
Publicado
por Alfa & Omega
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