Matrimonio y Familia | LaFamilia.info
Diez problemas que debilitan a un matrimonio: al conocerlos,
podemos prevenirlos y vencerlos
¿Qué
pareja no tiene problemas? ¡Todas tenemos! MentirÃamos si dijéramos que la
convivencia en el matrimonio no pasa por momentos difÃciles, sin embargo, la
forma como afrontamos esas situaciones y lo que hagamos para prevenirlas, sÃ
con claves para construir un buen matrimonio.
Un
matrimonio feliz no sale sin trabajo ni sin tomar decisiones acertadas...
Los
expertos del Movimiento Juan Pablo II para la Familia y de Encuentro
Matrimonial Mundial, elaboraron esta lista de 10 problemas que afrontan los
matrimonios:
1.
Falta de preparación
"CreÃ
que ya con casarnos serÃamos automáticamente felices…”
Es
común observar en los recién casados una falta de preparación para asumir el
compromiso conyugal. Y es que, si bien en el noviazgo todo era complacencia, el
matrimonio provoca cambios profundos y una serie de conflictos que si no se
enfrentan sabiamente pueden romper la relación. Para asumir los deberes del
matrimonio se requiere, además de madurez y disponibilidad, información.
Acercarse
a su parroquia o acudir a un retiro espiritual puede brindarles la ayuda e
información necesaria para poder decidir de forma responsable si son o no
capaces de cumplir con todo aquello que se esperará de ellos en el Matrimonio.
2.
Falta de solidaridad
“¡Ni
siquiera lavó mi ropa… hasta crees que voy a lavar la tuya!”
Muchas
personas se casan esperando que su cónyuge responda a determinadas expectativas
o pueda satisfacer ciertas necesidades, y si por algo falla, no está dispuesta
a comprender, ayudar, aportar lo que al otro le falta. Esto impide edificar el
matrimonio como comunidad de vida y de amor en la cual no debe interesar sólo
el propio bien, sino el de la pareja. Es indispensable que cada uno esté
dispuesto a compartir las inquietudes y preocupaciones del otro, apoyarlo
cuando lo necesite y buscar satisfacer las necesidades del cónyuge antes que
las propias.
3.
Falta de tiempo
“Todo el dÃa estoy trabajando, ¿a qué hora quieres que te atienda?”
El
ajetreo de la vida cotidiana provoca que muchas personas se olviden de su
pareja; por ello, una manera de fortalecer el vÃnculo matrimonial es dedicar
tiempo a la relación para mejorar el diálogo, compartir experiencias laborales,
recreativas y situaciones propias del hogar. Planear con anticipación momentos
para estar juntos ayuda a mantener viva la relación con el cónyuge.
4.
Falta de expresiones de amor
“¡Ya
nunca me hace sentir que me quiere, dice que yo ya lo sé…!”
La
falta de expresiones de amor es campo de cultivo para muchos conflictos. No
basta con decirlo o con expresarlo a través de regalos, aunque ayuda, se trata
de tener todos los dÃas detalles que hagan que el cónyuge sienta que se le
valora, se le escucha, se le toma en cuenta, se le ama.
5.
Falta de diálogo
“¡Tiene una semana que no hablo con ella!”
Los malos entendidos suceden cuando no hay comunicación y cada uno supone o imagina lo que siente el otro. Hay que partir de que el cónyuge no es telépata, por lo cual el diálogo es un elemento determinante para enfrentar los conflictos.
Gracias a él los esposos exteriorizan y comparten lo que piensan, sienten y desean. Esto permite ubicar en su justa dimensión los hechos que motivaron tal o cual situación difÃcil. Ello presenta un reto, porque quien descubre ante otro lo que hay en su corazón se vuelve vulnerable, pero precisamente ahà está el desafÃo del amor, que es entregar la propia vida al otro de forma incondicional, con amor y confianza. Al respecto hay que mencionar que quien recibe el obsequio de la confidencia, debe asumir una actitud de respeto, pues de lo contrario, puede provocar una interrupción desastrosa del diálogo.
6.
Falta de respeto a su modo de ser
“Yo
lo voy a cambiar…”
Hay novios que se casan pensando que podrán cambiar a sus cónyuges a su gusto. Sus expectativas son falsas y además expresan que no valoran la individualidad y dignidad de su pareja. Pero parte de la riqueza de la vida conyugal radica en aceptar que hombre y mujer puedan tener puntos de vista diferentes: sentir, pensar y amar de modo distinto. Lo importante es valorar y respetar las cualidades, aptitudes y fortalezas del otro, sin ignorar sus limitaciones y defectos, y siempre renunciar a la tentación de querer que sea de cierta manera.
7.
Falta de acuerdos en lo económico
“¡Este
dinero es mÃo, yo lo gané con mi trabajo!”
Cuando
dos personas se unen en Matrimonio surge una nueva forma de pertenencia, pues
lo que se tiene ahora se posee en forma comunitaria. Se elimina lo mÃo y lo
tuyo para que surja lo nuestro. De hecho, la forma jurÃdica de contraer
Matrimonio por “bienes separados” es una contradicción para el Matrimonio como
Sacramento, que es signo y expresión de total comunión y total participación de
bienes y recursos. Los cónyuges deben ser conscientes de que lo que tengan
–poco o mucho- es para toda la familia y debe destinarse a lo que -en conjunto
y mediante el diálogo y el entendimiento- se consideren prioridades.
8.
Falta de perdón
“¡Ni
creas que se me olvida lo que me hiciste!”
Pocas
cosas afectan más negativamente a un matrimonio que la soberbia y el
resentimiento. Albergar rencores va creando un ambiente hostil, en el que a la
menor provocación se sacan a relucir conflictos pasados, se agrede al otro, se
busca el desquite.
El
perdón es el único camino para resolver las heridas y lastimaduras que llegan a
provocarse los cónyuges en su convivencia cotidiana. Perdonar implica no juzgar
ni condenar al otro sino comprenderlo. Perdonar significa también renunciar a
las venganzas, grandes o pequeñas. Es un acto de liberación que beneficia tanto
al que perdona como al perdonado, y que despeja el camino de todo obstáculo
para que la pareja afiance su relación y edifique un matrimonio sólido y
estable.
9.
Falta de paz y de respeto
“¡No
me grites!”
La
violencia en la pareja es un problema gravÃsimo que afecta a muchos
matrimonios. Violencia verbal, emocional y desde luego fÃsica. Nada justifica
que los cónyuges se agredan. Deben aprender a dialogar con serenidad y a
expresar su enojo sin lastimarse mutuamente. Si no lo consiguen es
indispensable que soliciten ayuda profesional.
10.
Falta de Dios
“Nos
casamos por la Iglesia, pero no vamos a Misa”.
Esta
es la falla más importante. Muchas parejas desconocen que el Matrimonio por la
Iglesia no consiste sólo en casarse de blanco en una iglesia, sino que es un
Sacramento que les da una gracia divina muy especial para que tengan la
capacidad de amarse mutuamente con un amor como el de Dios, generoso,
entregado, total; abrirse al don de la vida y recibir los dones y virtudes que
vayan necesitando para poder superar todos los obstáculos que se vayan
presentando. Si un matrimonio camina sin Dios se atiene a sus propias pobres
fuerzas, pero si invita a Dios a su hogar, tiene garantizado que Él los
mantendrá unidos en Su amor.
Publicado
por LaFamilia.info (original de DesdelaFe)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...