Actualidad Mundial | Fausta Speranza/VN
FIDA: Hay margen de actuación para salvar a los países más
pobres
Ante
las consecuencias económicas mundiales de la guerra en Ucrania, el Fondo
Internacional de Desarrollo Agrícola promueve una iniciativa concreta para
proteger los medios de vida y los mercados vulnerables. Al menos 22 países son
los más afectados, comenzando por Somalia. Lo explica la experta del FIDA
Federica Cerulli, quien denuncia una paradoja: cuanto más pobres y endeudados
son, más difícil es intervenir
En
un contexto en el que la guerra en Ucrania está causando el aumento de los precios
de los alimentos, el combustible y los fertilizantes a niveles récord,
amenazando la seguridad alimentaria en muchos de los países más pobres del
mundo, el Fondo Internacional de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Agrícola (FIDA) ha lanzado recientemente la Iniciativa de Respuesta a la Crisis
para permitir que los pequeños agricultores de los países de alto riesgo
produzcan alimentos para sustentar a sus familias y comunidades en los próximos
meses, reduciendo al mismo tiempo las amenazas a las futuras cosechas. Hablamos
de ello con Federica Cerulli, experta del FIDA para la movilización de recursos
financieros.
“Cuanto
más pobres y endeudados son, más difícil es intervenir”
La
revuelta de los mercados mundiales está sacudiendo los sistemas alimentarios
hasta la médula, advierte Cerulli, y afirma que es especialmente alarmante para
los países ya afectados por los impactos del cambio climático y el COVID-19,
donde un mayor número de personas luchan contra la pobreza y el hambre. La
nueva iniciativa del FIDA – explica – ayudará a proteger los medios de
subsistencia y los mercados para que los más vulnerables puedan seguir
alimentando a sus familias y comunidades.
Acción
concreta e inmediata
El
papel del FIDA es fundamental para mitigar cualquier choque en los sistemas
alimentarios y, con ello, proteger el progreso del desarrollo a largo plazo.
Cerulli señala que la comunidad internacional debe estar preparada para
afrontar las profundas y desestabilizadoras consecuencias de este conflicto en
Europa. La iniciativa del FIDA es concreta: el Fondo de la ONU pide a los
Estados miembros que aporten los importantes recursos necesarios para cubrir a
los 22 países que figuran en la Iniciativa como prioritarios según las
necesidades. Y –señala Cerulli – en particular para los tres primeros, incluido
Somalia, exige un compromiso inmediato.
Las
áreas más afectadas
Las
repercusiones de la guerra – recuerda la experta – se están sintiendo con más
fuerza en partes de África, Oriente Próximo y Asia Central, pero otros países y
regiones también se ven afectados a diario. Muchos países son vulnerables a las
crisis de los precios debido a su gran dependencia de las importaciones de
alimentos y energía de Rusia y Ucrania. “Otros países, especialmente de Asia
Central – aclara – están experimentando un deterioro del comercio junto con una
importante reducción de las entradas de remesas”. La lista completa incluye:
Somalia, Afganistán, Yemen, Mozambique, Haití, Etiopía, Burundi, Eritrea,
Madagascar, República Centroafricana, Malawi, Chad, Níger, Malí, Uganda,
Liberia, Guinea-Bissau, Gambia, Comoras, Sri Lanka, Bután y Benín.
Recursos
esenciales para la agricultura
Las
poblaciones rurales vulnerables se ven muy afectadas por el aumento de los
precios de los insumos agrícolas esenciales, especialmente ahora que comienza
una nueva temporada de siembra. “Los pequeños agricultores – es el primer
ejemplo de Cerulli – tienen dificultades para pagar el combustible para las
maquinarias, los costes de los fertilizantes y de los transportes para llegar a
los mercados, y la mayoría no tiene capacidad para absorber las subidas de los
precios.
Cerulli
explica que, basándose en la reciente experiencia del FIDA en su respuesta al
COVID-19, la Iniciativa está orientada a garantizar que los pequeños
agricultores tengan acceso a los principales insumos agrícolas, combustible,
fertilizantes, financiación para las necesidades inmediatas y acceso a los
mercados y a las informaciones referentes al mercado. La iniciativa también
contribuirá a reducir las pérdidas posteriores a la cosecha invirtiendo en
infraestructuras a pequeña escala.
El
caso de Somalia
En
Somalia, uno de los países prioritarios para la Iniciativa de Respuesta a la
Crisis, los costes de electricidad y transportes se han disparado – denuncia
Cerulli – desde que comenzó el conflicto en Ucrania. Los pequeños agricultores
que dependen del riego con pequeños motores diesel se han visto afectados. Este
shock agrava las preocupantes perspectivas de hambruna en un país que ya está
inmerso en una grave sequía. La mayoría de los agricultores locales no pueden
comprar combustible y han sufrido pérdidas por ello. Se puede sentir el efecto
de espiral en el coste de los transportes, de la comida y de todos los demás
bienes esenciales.
“La
cuestión es que la espiral de los precios de los alimentos y la energía podría
acabar provocando disturbios sociales y desestabilizando a los países,
especialmente a los Estados más frágiles. Está en juego la estabilidad a largo
plazo”
La
paradoja de la deuda
Con
la crisis del COVID-19, el endeudamiento ha aumentado, por supuesto, de forma
notable en todas las regiones del mundo; para las economías africanas ha
supuesto un aumento de los temores sobre la sostenibilidad de la deuda o, en
algunos casos, ha marcado una rendición en este sentido. También está el caso
de Somalia, que no ha cumplido su objetivo de entrar en los parámetros. Y,
desgraciadamente – este es el factor que Cerulli quiere denunciar – en la
crisis actual todo esto lleva a un callejón sin salida: no se pueden asegurar
fondos de ayuda a estos países que no están en línea con la deuda.
El
FIDA es una de las instituciones financieras acreedoras y, por tanto, no puede
proporcionar más fondos ni incluir a Mogadiscio en determinados programas. Lo
único que se puede hacer – explica Cerulli – es trabajar con los socios que
prestan ayuda en el territorio. El FIDA se esfuerza por garantizar de diversas
maneras que la ayuda llegue a los agricultores en este contexto tan difícil, pero
explica que, mientras tanto, el organismo participa activamente en el apoyo a
la causa de la cancelación de la deuda.
Italia
pide una alianza mundial para la seguridad alimentaria
Entretanto,
y al margen de la reunión de ministros del G7 en Alemania, el ministro italiano
de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, declaró que "Italia expresa su gran
preocupación por lo que está ocurriendo en el Mediterráneo con respecto a la
crisis del trigo, por ejemplo". Y ha hecho saber que como Italia y como Ministerio
de Asuntos Exteriores están organizando un diálogo a nivel ministerial con
todos los países mediterráneos junto con la FAO, que verá "la primera
iniciativa en Italia el próximo mes". Federica Cerulli añadió al concluir:
“Trabajaremos
junto a los países mediterráneos para que puedan diversificar sus fuentes de
abastecimiento de productos de primera necesidad con el fin de evitar una
crisis alimentaria, que puede provocar hambrunas y flujos migratorios cada vez
más masivos”
El
titular de la Farnesina dijo que "acoge con gran satisfacción la
iniciativa alemana, bajo la presidencia del G7, de establecer una alianza
mundial para la seguridad alimentaria". Di Maio también habló de
colegialidad para decir: "No podemos pensar en alcanzar un acuerdo de paz
a través de iniciativas aisladas, necesitamos colegialidad para construir una
verdadera vía de negociación".
Publicado
por Vatican News
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...