Nuestra Fe | Vatican News
Peña Parra: Cristo es el cimiento de la Iglesia y de la
sociedad
El
enviado del Papa Francisco para la celebración del centenario de la dedicación
del Santuario de Nuestra Señora de la Altagracia en Santo Domingo, monseñor
Edgar Peña Parra recordó que estamos llamados a construir la Iglesia según el
plan de Dios y, con su gracia, a transformar la cultura de la muerte en una
cultura de la vida.
Monseñor
Edgar Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado y enviado del Santo
Padre para la celebración del centenario de la dedicación del Santuario de
Nuestra Señora de la Altagracia en Santo Domingo celebró a las 19.00, hora
local, la última Misa de esta misión pontificia. Dirigiéndose, al inicio de su
homilía, a sus hermanos en el episcopado, a las autoridades civiles,
sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos, religiosas, y a todos los
hermanos en el Señor afirmó:
“Llegando
al final de mi visita como Delegado Apostólico al amado pueblo dominicano,
deseo transmitirles, una vez más, el cálido saludo que su Santidad, el Papa
Francisco, les dirige a todos ustedes como Padre y Pastor, hoy especialmente
con ocasión del primer centenario de la dedicación de este Santuario bajo el
patronazgo de Nuestra Señora de la Altagracia”
Sentirnos
abrazados por la gracia del Altísimo
Recordando
las conmemoraciones de los días pasados el prelado dijo que “fue una Alta
Gracia la que le concedió Nuestro Señor a la Virgen María al elegirla como
Madre del Hijo de Dios. Por eso repetimos las palabras del ángel y la llamamos
‘llena de gracia’ al rezar la bellísima oración del Ave María, que nos invita
también a nosotros a sentirnos abrazados por la gracia del Altísimo”.
“La
gracia de Dios es como el agua dulce que refresca y transforma el alma de los
fieles. La gracia convirtió a María en templo viviente, en donde habitase el
Señor como su morada, pues supo y quiso acoger siempre en su vida la voluntad
de Dios, contribuyendo así a la edificación de la Iglesia sobre el cimiento,
que es Cristo”
Cada
uno debe estar atento a cómo construye
De
estos cien años de historia se celebran, destacó que “muestran que han sido
otros los que, conforme a la gracia que Dios les dio, pusieron el cimiento de
esta Iglesia dominicana, pero al mismo tiempo nos recuerdan que ésta es nuestra
hora”.
En
efecto, con San Pablo que advierte:
“¡Cada
uno debe estar atento a cómo construye!”, destacó que “la mundanidad nos
impulsa a edificar estructuras que muchas veces contradicen el proyecto de
Dios, que lastiman a la familia, que atentan contra la vida, que hieren a los
jóvenes y sus sueños”.
"Sin
embargo, no hay que perder la esperanza, sino más bien hay que estar atentos,
buscar al Señor con recto corazón, dejar que se hospede en nuestra humilde
morada, que es nuestra conciencia, y sea Él el cimiento sobre el que
edifiquemos la Iglesia y la sociedad".
El
amor vence siempre
Con
el ejemplo de Zaqueo, que era de baja estatura, invitó a confrontar la propia
vida como seres humanos, que “experimentamos siempre la limitación, y a veces
no alcanzamos a ver con claridad los designios de Dios, e incluso llegamos a
confundirnos entre el tumulto de ideas y formas de pensar que no siempre están
de acuerdo al Evangelio”.
También
recordó que san Juan Pablo II, al dirigirse a los jóvenes en Chile, en el año
1987, les había dicho:
“El
amor vence siempre, el amor vence siempre, como Cristo ha vencido; el amor ha
vencido, el amor vence siempre. Aunque en ocasiones, ante sucesos y situaciones
concretas, pueda parecernos impotente, Cristo parecía impotente en la Cruz.
Dios siempre puede más”.
También
manifestó que la fortaleza de esa construcción “se encuentra en el punto focal
de la imagen: Jesús”. Y dijo que “Él ha de ser nuestra fuerza como Iglesia.
Nuestro cimiento es Cristo, columna basilar que mantiene en pie todo el
edificio”.
"Además,
la imagen nos da la idea de que nuestras comunidades han de tener siempre las
puertas abiertas para acoger a todos, para que quien nos mire, pueda
experimentar la presencia de Dios en medio de nosotros, y quede transformado
por el Agua Viva que brota de su templo, la Iglesia".
Por
último, al recordar las gracias a Dios porque este Santuario dedicado a Nuestra
Señora de la Altagracia ‘es signo viviente de la Iglesia y en él nos saciamos
del Agua de Vida”, añadió que deseaba, “de parte del Santo Padre, depositar a
los pies de la imagen de Nuestra Señora un santo Rosario, bendecido por él
mismo, como signo de su amor y devoción a esta advocación mariana, y también
como prenda de su cariño y oración constante por todo el pueblo dominicano”.
Y
concluyó su homilía afirmando textualmente: “Que, por intercesión de Nuestra
Señora de la Altagracia, este bendito pueblo siga brindando frutos buenos y
abundantes”.
Publicado
por Vatican News
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