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STRAAT, un
espectacular museo de arte urbano en Ámsterdam
Mi fascinación
con el arte urbano empezó hace casi 30 años durante una visita a
Ámsterdam en la que vi mis primeros murales. No recuerdo de quién
eran; no recuerdo ni si intenté ver quién los había hecho. Pero tengo claro que
plantaron algo en mí que hace que hoy en día cuando planeo un viaje me informe
del arte urbano que se puede ver allá a dónde vaya a ir. Así que me encantó
descubrir y visitar el museo de arte urbano STRAAT durante
una de mis últimas visitas a la ciudad.
Sí, sé que lo
de museo y arte urbano es una combinación quizás un poco rara; también lo saben
las personas que lo llevan. Pero para mí funciona muy bien lo que han
hecho.
La exposición
de STRAAT muestra unas 150 obras de algo más de 130 artistas de
todo el mundo repartidas en 8.000 metros cuadrados de exposición. Aunque sus
fondos tienen más obras, así que van rotando. De hecho, el vídeo https://youtu.be/AaBshCqQo9k
de arriba está grabado poco después de mi visita y en él salen algunas obras
que no vi –o no recuerdo haber visto– cuando estuve allí. Así que el museo
siempre merecerá una nueva visita.
Las obras están
agrupadas en cinco áreas temáticas:
§
Estética, que explora
la búsqueda de formas perfectas en el arte callejero.
§
Persona, que
considera el arte callejero como un reflejo del universo del artista.
§
Empatía, que se
centra en la forma en que el arte callejero se comunica con su público.
§
Enraizamiento, que revela
la conexión entre el arte callejero y su entorno.
§
Conciencia, que muestra
el poder del arte callejero para concienciar sobre causas sociales y
medioambientales.
Además, hay un
área central que cuenta la historia de esta forma de arte.
Son obras de
gran formato creadas expresamente para el museo. Y que dentro de él
quedan protegidas de lo peor de la intemperie, aunque el edificio dista de ser
un entorno controlado. Quedan también libres del maltrato –malintencionado o
no– al que están expuestas cuando están en la calle. Cada una tiene una placa
que la acompaña en la que habla de su autora o autor y de la obra en sí. El
catálogo está disponible en línea.
Pero yo sólo lo consultaría a posteriori.
El edificio
que alberga STRAAT también mola mucho. Es un antiguo taller de
soldadura de NDSM, Nederlandsche Dok en Scheepsbouw Maatschappij,
los astilleros nacionales holandeses creados tras la Segunda Guerra Mundial
pero que llevan muchos años cerrados. Recuperar el edificio –aunque con una
intervención comedida– es parte del esfuerzo que se está llevando a cabo para
reclamar esa antigua zona industrial para las personas.
De hecho, el
edificio tiene su historia: desde 1999 se celebra en la zona un mercadillo
llamado IJhallen. En esa época muchos
artistas urbanos trabajaban en la zona, el exterior del edificio incluido. Al
propietario no le emocionaba, aunque sí le gustaba el trabajo de algunos de
ellos, así que les pidió que trabajaran en el exterior del edificio para
que tuviera una apariencia mejor. Una cosa llevó a otra, y en noviembre de
2020, con algo de retraso sobre los planes iniciales, se inauguraba STRAAT.
Aunque en su exterior y alrededores aún siguen apareciendo obras espontáneas
que, si bien no forman parte de la colección del museo, en general también
merecen la pena.
Así que, por
si no ha quedado claro, recomiendo encarecidamente visitar el STRAAT.
Yo llegué poco después de la hora de apertura y tuvieron que echarme casi ocho
horas después porque tocaba cerrar. Disfruté como un enano de la visita, hice
cientos de fotos –algunas están ya en mi Instagram– y sin duda pienso volver.
Por cierto,
que en Ámsterdam hay otro museo de arte urbano más. El SAMA, Street Art Museum Amsterdam,
Museo de arte urbano de Ámsterdam, sí está en la calle y también mola. Otro día
os cuento.
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