Evangelización | Sandy Yanilda Fermín
Evangelización
en la Comunidad de Yaco
“Llévame
donde los hombres necesiten tu palabra”
La parroquia San José y la Renovación Carismática Católica,
representada por el señor Francisco Beltrán, recibimos la invitación para ir a
evangelizar a una comunidad humilde de nombre Yaco, a encontrarnos con Jesús,
el Señor. A
vivir un nuevo comienzo, que
no tendrá final, sino gracia eterna de amor sin igual.
La comunidad de Yaco, es símbolo inminente de la presencia de Dios en la vida de cada uno de
sus habitantes. Es ver nacer, todos los
días a un Jesús en medio de un pueblo donde no hay lujos, no hay apego a lo
material, simplemente ser hijos de un
Dios que nació en medio de la pobreza, para demostrarnos que, la vida es
hermosa, y no diferente, para los viven en las afueras de la ciudad.
Es la sonrisa
de un niño, que se mezcla con el lodo y, juegan
en calles tristes sin asfalto, mirando al cielo, a un Dios que vive en medio de
ellos, aunque esté en lo más alto. Es ver un padre bueno, que mira a sus hijos desamparados y ofrece sus palabras y, su agrado.
Pienso en cada hogar que visitamos, en cada niño que se
sentó a escucharnos, como cuando Jesús se detenía en la orilla y en las aldeas cada
mañana.
Mis hijos y otros niños de la comunidad nos acompañaron a la
Evangelización y preguntaban: ¿Por qué en ese lugar había lodo y por qué
repetíamos lo mismo en cada hogar? Eso me llevó a la reflexión de que nuestro Señor
Jesús nos inspira a mostrar a nuestros hijos la realidad de humildad y sencillez
que viven muchas comunidades, ellos teniéndolo todo.
Alguien nos dijo que continuáramos conquistando almas para el cielo y que, si no hubiera sido por
nosotros, personas como él, no se salvarían. El reconoció el poder del Espíritu
Santo entre nosotros.
Tomamos como referencia la cita bíblica del profeta Isaías
43, 1-3. “Dios nos salva”, no importa
por lo que estés pasando, él está contigo”. No importa, cuán repetida esté
tu vida de hacer lo mismo, él pone música a tus oraciones y melodías a tus
canciones.
El ministerio de intercesión tuvo su fruto, el Espíritu Santo
nos acompañó a cada hogar y se sentía grandemente, ellos y nosotros agradecíamos
a Dios, y recibíamos su bendición, al igual que en algunos negocios que
visitamos.
Jóvenes, adultos, niños, evangélicos, personas jugando
dominó, tomando bebidas alcohólicas, bajaban la música para escuchar la palabra
del salvador, del Rey de Reyes, del gran Señor.
Había lugares donde nos dijeron que, por lo regular, las
personas nunca llegaban donde ellos estaban, por la lejanía donde se hallaban y
les dije: “Hoy Jesús tocó esta puerta”
y quiso que nosotros llegáramos hasta aquí. Eso hubiera hecho Jesús, buscar sus
ovejas hasta el confín de la tierra.
Oremos por
los ministros asignados: Felipe Belén y Félix Núñez, a
esta hermosa comunidad naciente, por el reto que tienen ambos, para que nuestra
madre María los cubra con su manto santo y el Señor Jesús este siempre a su
lado.
Cuando concluimos volvimos cantando y felices porque
cumplimos la misión de nuestro Señor Jesucristo, diciendo: Estamos dispuestos a lo que él quiera, no
importando el lodo que tuviéramos que pisar, el cansancio, el calor, lo
importante es que nos llamara a servir, donde necesiten las ganas de vivir, a
esa comunidad que faltaba la esperanza, la alegría, simplemente por no saber del
Señor.
Al final
cantábamos todos juntos en unidad y no nos dio vergüenza gritar fuerte y a viva
voz: “y así en marcha iré cantando, por calles
predicando lo bello que es tu amor Señor, tengo alma misionera,
condúceme a aquellas comunidades que tengan sed de Dios y que nos ayuden a
contar su historia entre toda la gente, y que nos den fuerza
en la oración.
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