Vida Humana | Paulo Aido y John Pontifex/Z
Islamistas queman viva a monja que servía en hospital africano
En
cuanto la hermana Marie-Sylvie se dio cuenta de que el hospital estaba siendo
atacado, llamó a la parroquia local para que los sacerdotes y las religiosas
pudieran huir.
Una
monja de la República Democrática del Congo ha sido quemada viva después de que
unos islamistas prendieran fuego al hospital donde trabajaba como médico.
La
hermana Marie-Sylvie Kavuke Vakatsuraki y un paciente sin nombre murieron al
producirse el incendio en un hospital de la aldea de Maboya, cerca de la ciudad
de Butembo, en el este del país, en el centro de África.
El
grupo yihadista ugandés Estado Islámico-Provincia Centroafricana, también
conocido como Fuerzas Democráticas Aliadas, reivindicó la autoría del atentado.
Al
parecer, en cuanto la hermana Marie-Sylvie se dio cuenta de que el hospital
estaba siendo atacado, llamó a la parroquia local para que los sacerdotes y las
religiosas pudieran huir.
En
declaraciones a la organización benéfica católica Ayuda a la Iglesia
Necesitada, que apoya a los cristianos perseguidos y a otros que sufren, el
padre Marcelo Oliveira, jefe de los misioneros combonianos en la República
Democrática del Congo, describió el «terror» de la noche del miércoles (19 de
octubre): «Los rebeldes del ADF atacaron el pueblo, y más concretamente el
hospital. Saquearon todo lo que encontraron, se llevaron las medicinas y al
final incendiaron el edificio. Una monja, que también es médico y estaba de
guardia nocturna, fue quemada viva, junto con un paciente».
El
padre Oliveira dijo que, una vez destruido el hospital, «los rebeldes siguieron
su camino y prendieron fuego a otro hospital cercano».
Además
de las dos víctimas, hay muchas otras que siguen sin aparecer y que fueron
obligadas por los yihadistas a cargar con los bienes saqueados, sustraídos de
hospitales, farmacias y tiendas.
En una declaración a ACN, el obispo de Butembo-Bemi, Melchizedec Sikuli Paluku, condenó el ataque, diciendo: «No hay palabras, es tal el horror que supera todos los límites tolerables».
El
padre Oliveira dijo que el ataque era el último acto de una guerra «oculta» y
«silenciosa», de la que los medios de comunicación no informan.
Dijo:
«La gente tiene miedo, todo el mundo intenta escapar. Es una guerra oculta,
silenciosa –o silenciada– para que nadie haga nada y la población siga
sufriendo».
El
sacerdote dijo que un factor clave en los numerosos ataques armados y
conflictos tribales del país es la lucha por minerales como el oro, los
diamantes, el cobalto y el coltán, un componente clave en las industrias de la
informática, los ordenadores y los teléfonos inteligentes.
El
Papa Francisco tenía previsto viajar a la República Democrática del Congo en el
marco de una visita a África en julio de 2022, pero unas semanas antes tuvo que
posponerlo debido a problemas de rodilla.
Publicado
por Zenit
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