Vida Religiosa | María Martínez López/A&O
Las autoridades de ocupación rusas detienen a dos sacerdotes
en Berdyansk
Ivan
Levystky y Bohdan Geleta están acusados de poseer armas y libros de historia,
«historias inventadas para justificar el terror», asegura el obispo Maksim
Ryabukha.
Dos
sacerdotes de la Iglesia grecocatólica ucraniana fueron detenidos por la
administración de ocupación rusa en Berdyansk, al oeste de Mariúpol. Se trata
de los padres redentoristas Ivan Levystky y Bohdan Geleta, párroco y vicario,
respectivamente, de la iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María de
la ciudad del mar Negro. Ambos detenidos fueron acusados de actividades
subversivas contra los representantes de las tropas rusas en Berdyansk por
poseer, supuestamente, armas, municiones y libros sobre la historia de Ucrania.
Las
acusaciones fueron rápidamente desmentidas por el exarcado de Donetsk de la
Iglesia grecocatólica ucraniana, que en un comunicado pidió su «más rápida
liberación». Habló de «una completa negación de los principios fundamentales de
los derechos humanos» para los dos sacerdotes, que habían ejercido su
ministerio de forma «absolutamente legal» durante más de tres años, informan
medios vaticanos.
«Los
detuvieron y luego registraron su casa religiosa y su iglesia y después, para encontrar
una excusa, se inventaron la historia de los libros y las armas escondidas bajo
tierra». Así lo explica Maksim Ryabukha, nombrado obispo auxiliar del exarcado
del arzobispado de Donetsk, en la entrevista concedida a Svitlana Dukovych.
Permanecieron
en zona ocupada
«Se
trata de historias inventadas para justificar el terror hacia los religiosos y
la población, porque la noticia, obviamente, también afecta a todos los fieles
católicos del Dombás». Los dos sacerdotes detenidos —añade Ryabukha— permanecieron
en la zona ocupada por los rusos incluso en estos tiempos tan difíciles. «En
esta terrible guerra siempre han acompañado al pueblo, han mantenido el cuidado
paternal y maternal de la Iglesia por todos los fieles que, lamentablemente,
permanecen en esta dramática situación de ocupación de los militares rusos en
territorio ucraniano».
En
un comunicado oficial, la Iglesia grecocatólica ucraniana ha denunciado que «en
el momento del registro de la iglesia y la casa parroquial», los sacerdotes ya
estaban detenidos. «No pueden asumir ninguna responsabilidad por las armas y la
munición supuestamente encontradas». Esto subraya el hecho de que se trata de
«una acusación falsa».
Además,
desde el comienzo de la guerra, estos clérigos «no hicieron ningún comentario.
Sus actividades no fueron más allá de sus deberes pastorales y estuvieron
sujetas a una información detallada por su parte a las autoridades eclesiales».
Parroquia
cerrada
Su
parroquia está ahora cerrada a los fieles, lo que dificulta aún más la reunión
de los grecocatólicos de Berdyansk. «Nos queda rezar por los sacerdotes y por
todas las víctimas de esta injusta y terrible guerra, para que el buen Dios
vele por todos ellos y los ayude a superar estos difíciles momentos», subraya
el obispo. «Aquí te encuentras con la culpa de ser fiel a tu Iglesia y a tu
Dios, y de ser un buen pastor para su rebaño».
En
los últimos días, otro sacerdote había sido apresado por los rusos en Melitopol
y unas horas después fue liberado en Zaporiyia. «Hay otros sacerdotes que
trabajan no solo en los territorios controlados por el gobierno ucraniano, sino
también en los territorios ocupados por el ejército ruso, tratando de mantener
la presencia y la atención pastoral en todas aquellas parroquias en las que
ahora no hay otros pastores», explica Ryabukha.
De
esta forma, donde «todavía es posible, tratamos de mantener viva y activa la
vida religiosa y espiritual. Los fieles comprenden que, en este tiempo duro, de
fatiga y de prueba para nuestro pueblo, Dios no ha abandonado a nadie, sino que
sigue estando presente».
Publicado
por Alfa & Omega
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