Reflexión | P. José Pastor Ramírez/LD
Por qué elijo la persona equivocada
En
una ocasión una joven mujer, frustrada por las múltiples relaciones toxicas que
había tenido, me preguntó con lágrimas en los ojos y labios temblorosos ¿por
qué elijo a la persona equivocada? Es un cuestionamiento que seguramente asalta
a muchas personas. Al elegir se sienten confiadas y claras en lo que desean
encontrar en una pareja, pero a la hora de elegir ponderadamente no se acierta.
Por
lo regular, cuando se presentan a terapia personas con este perfil les hago la
siguiente propuesta: busca una hoja en blanco y un lápiz, anota los nombres de
las parejas con las que has sostenido una relación estable. Debajo de cada
nombre anota sus cualidades más negativas que más te disgustan. Una vez
terminado el ejercicio lee todas las cualidades y encierra en un círculo las
que se repiten. Posteriormente, realiza una lista de las cualidades negativas
más comunes en esas personas. Concluida la lista, le formulo las siguientes
preguntas: ¿Qué tipo de pareja estás atrayendo? ¿Existe alguna pauta o patrón
de conducta del que debes ser consciente? ¿De quién has aprendido estas pautas?
¿Qué beneficios obtienes de ello?
En
una ocasión acompañé una persona que elegía parejas alcohólicas, violentas, con
personalidad dependiente, con dificultades para tomar decisiones, que
necesitaba ser movida y motivada. Al analizar fríamente el perfil que se elige,
la persona queda impactada.
A
continuación, le invito a elaborar el propio anuncio emocional con las
cualidades negativas de las personas que elige. Así se expresó la persona,
anteriormente citada: “Deseo entablar relación con una persona alcohólica,
violenta que al llegar a casa me golpeé, que me haga caminar en puntillas por
el miedo que me genera. Ha de ser un dependiente emocional, que pueda
manipular, incapaz de tomar decisiones por sí mismo, que posea un historial
laboral inestable y que me mienta continuamente”. Cuando la paciente leyó
varias veces el enunciado terminó escandalizada. El impacto negativo le ayuda a
reaccionar y a tomar la decisión de elegir parejas sanas para romper con el
patrón de conducta introyectado de su sistema familiar.
La
propia programación emocional se descubre pasando revista a experiencias
desagradables que se vivieron en la familia, en la escuela, en la iglesia y en
la sociedad. Si experimenté el hogar como caos, es posible que se elijan
parejas inestables para crear relaciones dramáticas y caóticas. Esto es así
porque el ser humano busca lo que conoce, aunque ello le genere dolor y
sufrimiento.
Definitivamente,
se elige lo que la mente, de manera inconsciente conoce y necesita. Por
ejemplo, cuando se tiene la necesidad de dominar, se buscan parejas con un
perfil similar al presentado anteriormente, para seguir el patrón de conducta:
salvador, víctima y perseguidor. Lo que el Análisis Transaccional denomina: el
triángulo perverso. Hay que romper con esa programación emocional que envuelve
decisiones y creencias enfermas sobre sí mismo, acerca de los demás y del
mundo. Tal programación emocional se forja cuando se es aún muy joven, para
combatir esta dinámica se requiere de un profesional de la conducta.
Publicado
por Listín Diario
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