Meditación | Sandy Yanilda Fermín
Aguinaldos
Navideños
¡Dios
es alegría en Navidad!
Pastores
a Belén vamos con Alegría. El sábado pasado, 10
de diciembre, nos convertimos en los pastores, que llevamos alegría a cada hogar que se convirtió en un
pesebre, para que Jesús pueda hospedarse en cada corazón. Llevamos a un
niño que nacerá de una virgen llamada María. Éramos los pastores que andábamos
buscando a Jesús y la estrella nos guio a cada calle que recorrimos. Llego la
mañana, y volvimos a nuestro hogar regocijados en el señor, para encontrarnos
con un Niñito Jesús, en un pedacito de alma de cada una de nuestras familias.
La tradición de los Aguinaldos, se ha perdido un poco
y sería bueno retomarla, para despertar a los vecinos y amigos, llevar la
música, con güiras y maracas y en el frente de su casa decirle a viva a voz: Traigo una trulla para que te levantes.
Muchas personas nos escuchaban a lo lejos y nos abrían
sus puertas, cantaban y añoraban esta
tradición, la cual contagia, estaba dormida y es tiempo de que despierte, no debemos dejar que se quede en el olvido.
Fue remontarnos a nuestras vivencias de
juventud. Algunos niños, llegaron a preguntar a sus padres qué significaba
un Aguinaldo, ¿qué era eso? Y se levantaron a ver, nos encantó verlos sonreír y
grabarnos.
Qué bueno fue
convertir cada hogar en una Navidad, qué lindo fue que muchas personas nos
esperaban alegres a recibir nuestros cantos. Qué lindo fue cambiar tristezas en armonía y qué lindo fue ver
jóvenes, unirse a nuestro caminar.
Con la sensibilidad de la Navidad, recuerdo que el año pasado, le cantamos las mañanitas a
una señora que cumplía sus 90 años. Nos fascinó llevar el aguinaldo a
personas enfermas y les decíamos:
“Alegre
vengo de la montaña de mi cabaña y alegre estoy,
a
mis amigos les traigo flores de las mejores de mi rosal”.
Sintieron que Jesús mismo los visitaba. Cuando
enviamos los videos y audios, a algunos de nuestra familia y amigos, tanto en
el país como fuera, sintieron nostalgia, deseos de llorar porque se vieron en
su infancia cantando con potes en las manos, calderos y palos en las tamboras.
Muchos no se levantaron, y nos preguntaron por qué no
les avisamos, les dijimos, el Aguinaldo es sorpresa. Y estamos seguros que inspiramos a muchas personas a cantar y
pasar un día feliz, tanto a los que iban a trabajar como aquellos que se
quedaron en casa, donde recitábamos todo el día, nuestros villancicos:
“Con
mi burrito sabanero, voy camino de Belén,
sí me ven, si me ven voy camino de Belén”.
Nosotros como cristianos, tenemos la esperanza, de que
Dios se hizo presente en nuestras vidas. Por eso anunciamos con nuestras
canciones, que Jesús nacerá. Pero para esto, tenemos que preparar nuestro
corazón para recibirlo, como muchos de nosotros preparamos nuestro hogar,
cuando va a nacer un hijo, o cuando viene algún familiar de fuera del país. Esperábamos
a uno que te ama profundamente, quien se
llama Jesús, quien junto a su madre es el protagonista de la Navidad. La
alegría misma.
Cantar
es alimento del alma, por eso: “¡Cantemos, cantemos, cantemos a María!
Cuando el niño Dios nazca, debemos dejarlo crecer en
el pesebre de nuestro corazón, para que nuestro servicio, esté disponible a
nuestra Iglesia, en nuestra comunidad y lo más importante, en nuestras vidas.
Me quedo con la siguiente pregunta: ¿Cómo transmitimos la Navidad en esta
época? ¿Soy Navidad para los demás?
A la salida, compartimos un rico té, chocolate,
galletas, pan y volvimos a cantar: A las
Arandelas, a las Arandelas, a las Arandelas de mi corazón... Si no lees este
artículo, y no abres el link, estaré cantando hasta que amanezca.
Demos gracias a Dios por habernos cuidado, bendecido y
guardado, a la vez, ponemos en sus manos el Nuevo Año 2023.
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