Nuestra Fe | Sebastián Sansón Ferrari/VN
Influencers católicos celebran la Navidad en el continente
digital
Es
la segunda parada en el camino que recorren jóvenes evangelizadores de
distintos países luego de haber finalizado el sínodo digital. La primera fue la
oración por las misiones en el mes de octubre.
“Una
luz brilla en la oscuridad”. El versículo 5 del capítulo 1 del Evangelio según
San Juan articuló la celebración prenavideña de los evangelizadores digitales
que han participado de la iniciativa "La Iglesia te escucha”. A través de
la plataforma Zoom se conectaron centenares de jóvenes de los cinco continentes
en la tarde de este sábado 17 de diciembre, exactamente una semana antes de la
Nochebuena.
La
sede del encuentro, organizado por el Dicasterio para la Comunicación, fue el
Aula Pablo VI que, junto con la Plaza de San Pedro, es el lugar donde el Papa Francisco,
con las palabras y el abrazo de un Padre, reúne a los peregrinos de todo el
mundo. Lo explicó Monseñor Lucio Adrián Ruiz, Secretario del Dicasterio. “Lo
hemos elegido para simbolizar, también esta vez, la universalidad de la Iglesia
que nos acoge y nos reúne en la fe, porque uno es el Señor, uno es el Bautismo,
uno es el Dios y Padre de todos”, añadió.
Fue
presidido por Monseñor Rino Fisichella, del Dicasterio para la Evangelización y
encargado de la preparación del Año Santo 2025. Junto a él participó el Doctor
Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación. La actividad contó
con traducción simultánea en inglés, francés, portugués e italiano.
Se
trató de un momento en el que los jóvenes se reunieron como comunidad orante
para esperar juntos la Navidad y para seguir preparando un pesebre en sus
corazones, y, así, acoger al Niño que viene a salvarnos, con el deseo de
anunciarlo hasta los confines de la tierra, como reza el librillo electrónico.
Sigan
adelante con creatividad y sin miedo
En
su mensaje introductorio, Ruiz aclaró que “el Continente Digital se presenta como
ese ‘espacio donde hay muchos hombres y mujeres buscando una razón para vivir,
donde muchos aún no conocen a Jesús. Es un lugar donde la verdad y la bondad
son tantas veces difíciles de encontrar... y por eso debemos llevar a Jesús,
con nuestro testimonio, con nuestras palabras, sembrando esperanza, y, como en
el camino de Emaús despiertos, hacerles presente al Señor, explicarles las
Escrituras, en su lengua, para que puedan entenderlas, para que puedan llegar a
reconocerle y alegrarse en la ‘Fracción del Pan’”.
Por
consiguiente, Ruiz exhortó a no olvidar nunca las palabras del Santo Padre
sobre las que han caminado a lo largo del proceso del Sínodo Digital: ser una
“Iglesia en salida”, llegar a las periferias existenciales y cumplir la misión
con creatividad y sin miedo, teniendo en cuenta que es mejor estar herido yendo
a la misión que estar enfermo y encerrado.
Una
ofrenda al Niño Dios
En
el chat de Zoom, el equipo organizador invitó a cargar, en un enlace, una foto
representativa de la vida y la misión de los evangelizadores digitales. De este
modo, combinando más de 100 imágenes, se formó una pieza gigante, un auténtico
collage que condensa rostros, nombres e historias.
Cuatro
velas, un camino
La
liturgia siguió el camino de la corona de Adviento e incluyó el encendido de
las cuatro velas. El deseo es que manifiesten la esperanza que Cristo, Luz del
Mundo, viene a traernos.
Al
encender cada una de ellas, se presentaban las denominaciones con las que se la
conocen (“del profeta”, “de Belén”, “de los pastores” y “de los ángeles”), con
la iluminación de un texto de las Escrituras.
La
oración por el Pastor de la Iglesia universal
Se
intercalaron cantos con la lectura de intenciones; entre ellas, pidieron al
Señor que sea luz para que los jóvenes descubran el sueño que Él tiene para sus
vidas; que guíe los pasos misioneros en el areópago digital; que iluminara los
corazones de los familiares que no aún no conocen a Dios. Se elevó una petición
especial por el Papa Francisco, quien ese mismo día, sábado 17, cumplía 86
años. Un momento especialmente significativo fue el canto del “Feliz
cumpleaños”, cada uno en su idioma, hacia el final de la reunión. Cabe precisar
que, al cerrar el evento, se mostraron 12 estatuillas del Niño Jesús, que
fueron bendecidas por el mismo Romano Pontífice y serán regaladas a algunos
jóvenes evangelizadores.
La
tarea primordial del profeta es escuchar
Utilizando
el relato de la vocación del profeta Jeremías (cf. Jr. 1,4-10) como disparador
de su reflexión, Fisichella planteó que el texto es importante porque permite
entender, al mismo tiempo, “una doble novedad: por una parte, quién es el
profeta; por otra, cómo podemos ser nosotros en este período de cultura digital
de los profetas testigos del amor de Dios”.
Dejó
claro que “el profeta no es un clarividente” y que “tiene la gran tarea de
escuchar”. “Para que esto suceda, acotó, es necesario el silencio que permite
captar la voz de Dios, que a menudo es delicada. Pero como bien sabemos por la
vida de otro profeta, Elías, Dios habla en el silencio: "cuando se oyó el
susurro de una ligera brisa" (1 Reyes 19, 12) el profeta se cubre el
rostro porque comprende que está en la presencia de Dios. Dios no estaba en el
fuego, ni en el viento ni en el terremoto, sino en el silencio”. “El profeta,
por tanto, paradójicamente es el hombre del silencio porque ha elegido escuchar
para poder relatar con coherencia la Palabra de Dios”, dijo.
Compartir
es la palabra clave
Con
el deseo de una Feliz Navidad “que viene en un tiempo oscuro, en un tiempo
confuso”, Ruffini reivindicó el desafío de los comunicadores de recordar la Navidad
que ya llegó: “En un tiempo que no es el nuestro, pero que entonces como ahora
ha cambiado y está cambiando la historia. Y nos invita a no tener miedo. Porque
Dios verdaderamente se hizo hombre, y por lo tanto también niño”.
“Hoy
también nosotros, y también ustedes, bienaventurados porque sin haber visto
creímos, como los pastores, podemos testimoniar este encuentro que nos pide ser
compartido a nivel global, a través del gran mundo de la red”.
El
Prefecto apuntó que “compartir es la palabra clave”, es decir, “compartir lo
bueno, lo bello”, “compartir una perspectiva de salvación”.
“Compartir
un acontecimiento que nos trasciende, y por eso mismo traspasa las tinieblas;
disuelve el riesgo idolátrico de la auto referencia construye la comunión a
través de la comunicación”.
“Comunión
es la palabra cristiana para comunicar la Navidad que ha llegado y está por
llegar. Y anunciar la certeza de la luz más allá de las tinieblas. De la
resurrección más allá de la muerte”, afirmó.
Publicado
por Vatican News
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