Un Momento | Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio/LD
Dios y agua
Nadie
duda de la importancia vital que tiene el agua para nuestra existencia, para
nuestra sobrevivencia. El agua no limpia, nos purifica, nos refresca, da
vitalidad a nuestros cuerpos hidratando cada parte de él. Tan importante es el
agua, que en toda la revelación de Dios vamos a ver este elemento como signo
del Dios que lava, que purifica, que nos limpia del pecado. Por eso Jesús, el
Dios encarnado, se presenta frente a nosotros como el agua viva, única que
puede saciar la nuestra sed de eternidad, nuestra sed de felicidad.
La
pascua que viviremos próximamente volverá a recordarnos el valor espiritual del
agua. Ojalá que, en medio de la sequÃa que nos arropa, también entendamos el
valor de ahorrarla haciendo uso racional de este vital recurso.
Publicado
por ListÃn Diario
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