Meditaciones | Sandy Yanilda FermÃn
La despedida
Cada vez que
mi familia viene al paÃs de vacaciones y nos tenemos que despedir de ellos, es
como ver un pedacito del alma mÃa,
irse con ellos. Se sienten pinchazos en
el corazón, se convierte en un adiós, pero con dolor.
A todos de
una manera u otra nos ha tocado despedirnos de alguien. ¿Verdad que uno siente
una tristeza profunda? ¿Es preguntarse si lo que sucede es real?
Despedirnos de
nuestra familia y amigos, es ver terminar la magia de largos, pero largos años
de travesÃa juntos. Es dejar de compartir gustos, alegrÃas, tristezas… El sólo
hecho de saber que no las veras tan a menudo, se convierte en un momento de silencio profundo. Unas lágrimas
que salen en automático, unos recuerdos bonitos, pero con sentimientos.
Los
recuerdos te llegan del pasado, pero mirando al futuro. Te miras sin esos
amigos y sin tu familia. Es reflejar como serÃa cada mañana, el dÃa a dÃa, los
dÃas festivos como el dÃa de la amistad, su cumpleaños y hasta navidad. Nos
sentimos volar con el viento, pensando en su recuerdo, que nos llena de anhelo,
al recordar sus sueños, y nos preguntamos, cuándo
será nuestro reencuentro.
Despedirse
de alguien amado, es vivir un de tiempo con
desvelo, sin poder conciliar el sueño. Despedirse de alguien, es jamás
imaginarnos cuán importantes eran para nosotros. Nunca pensamos que se irán,
nunca pensamos que no estarán.
Con el tiempo
entendemos, que, si se fueron, un propósito
grande tiene Dios con su vidas, y ver las grandes oportunidades que estarán
por llegar.
Con el
tiempo entendemos, que las personas, no
son árboles que se quedarán siempre al lado nuestro, sino que ellos se
mueven con el objetivo de volar a nuevos horizontes que han de buscar.
Con el
tiempo entendemos que moverse, es buscar
una nueva aventura. Es creer en lo incierto, pero saber que llegarás a un
puerto seguro, donde encontrarás un camino que deberás construir sin grietas.
A nivel
personal y laboral, debemos movernos
para no quedarnos atrás, siempre adelante hasta el final. Debemos
de tratar de no quedarnos estáticos y aprender cosas nuevas.
Jesús es un vivo ejemplo, se despidió de nosotros,
sin embargo, no nos dejó tristes, nos mantenÃa al tanto, por eso nos dejó su EspÃritu
Santo.
En este tiempo de Cuaresma, vamos a despedirnos de todo aquello que nos impida vivir una Cuaresma digna. Vamos a despedirnos de todo lo que implica una tentación y no permitir que este tiempo sea un invierno, sino darle paso al sol, y la resurrección que nos espera, se convierta en primavera, que es, lo que todo cristiano anhela y espera.
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