Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín
Fiesta
de Corpus Christi y Primera Comunión
Qué honor y bendición, que nuestra capilla lleve por patrón al mismo
Jesucristo: Santísimo Sacramento. Nuestro
párroco Edvaldo, quien, en procesión con todos los niños de la primera
comunión, los catequistas, camino junto a toda una feligresía que cantaba bendito,
bendito sea Dios y donde la hermosura
del Espíritu Santo revoloteaba mientras caminábamos.
Durante la homilía, el P. Edvaldo, nos decía que la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es donde celebramos la
presencia de Cristo en las especies del pan y el vino. Se cambia la
sustancia del pan por el cuerpo de Cristo y el vino por la sangre de Cristo.
Ese es el misterio de nuestra fe.
Nos explicó, como en la multiplicación de los panes, Jesús se proclama pan de vida, el que come de este pan vivirá
para siempre. Yo soy el pan que ha bajado del cielo y eso la gente no lo entendía
y pensaba que Jesús estaba loco. Él podía explicarles todo, pero no lo hizo y
dejó que la gente se fuera, no lo iban a entender. No iban a entender, que quien
comía el cuerpo y la sangre de Jesús, viviría para siempre, ya que su carne es
verdadera comida y su sangre es verdadera bebida.
Es impresionante, nos decía el P. Edvaldo, adoramos a Jesús y nos arrodillamos ante su presencia santa. Los niños
son sagrarios vivos, al recibir su primera comunión y al encender la vela y así
nos parecemos un poco más a Cristo hasta que se complete la obra de salvación
en nosotros.
Nos decía también, como san Pablo, decía: No vivo yo, sino que es Cristo que vive en mí. A eso debemos llegar
todos los cristianos, a entrar en comunión con Dios. El pan se transforma en
Jesús mismo.
También nos decía, de cómo Jesús entra a la historia de la vida de cada
uno de nosotros, en especial en su vida de una manera concreta y solo Dios es
quien encamina nuestra historia. Sin el nosotros no somos nadie.
Al escuchar al padre hablarnos, recordaba la canción: “porque yo he sido comprado con la sangre de
Jesús y mi vida tiene el precio de su cruz”.
En el primer día de nuestro triduo, el P. José Altagracia nos decía, que
“si te acercas al Señor prepárate para las
pruebas”, y que el Señor permita que nada nos aleje de Dios.
El segundo día del triduo el P. Dorian, nos enfatiza acerca del nombre
que lleva nuestra capilla, y que todas las capillas llevan el nombre de un
santo, donde ese santo está lleno de tesoros
para derramarlos sobre todos los que lo invocan y que nosotros somos más
que privilegiados por llevar por patrón al mismo Jesucristo. Tenemos un gran
santo, nos augura muchas felicidades.
Nos invitó a que seamos oradores
del Santísimo y la Eucaristía, ya que en el Santísimo hay poder, es algo real,
está su presencia. Nos invita también, a que nos dejemos enamorar y seducir del Señor, para que así, nos pueda revelar
su secreto y conquistarnos. Lograremos, eso con la oración, ya que la oración,
es un grito al Señor y que salga de lo más profundo del alma y Dios al final nos dará más de lo que pidamos.
Fue hermoso, celebrar rodeados de los niños que realizaron la primera comunión, ellos estaban muy motivados en recibir
a Jesús en sus cuerpos y en su sangre. Ese es el motivo que debemos tener
cada uno de nosotros, al recibir Jesús, entregarnos en cuerpo y alma a aquellos
que nos necesiten.
Los niños terminaron con una canción muy motivadora: Moviste mi corazón, hacia su hijo Jesús,
alegre mi canto doy como muestra de gratitud…
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