Jueves de Cine | Juan Orellana
Upon entry. Historia kafkiana con moraleja
Diego
(Alberto Ammann) y Elena (Bruna CusÃ) son una joven pareja que deciden
abandonar Barcelona para intentar abrirse camino en Estados Unidos, la tierra
de promisión, la del sueño americano. Diego es venezolano y no consigue un
trabajo satisfactorio como urbanista. Elena es española y de profesión es
bailarina de danza contemporánea, pero se gana la vida dando clases a niños. El
dÃa del viaje están nerviosos, pues dan un paso muy importante en sus vidas:
van a dejar todo atrás y a comenzar una aventura incierta. Su destino es Miami,
pero tienen que hacer escala en Nueva York, en cuyo aeropuerto tendrán que
hacer todos los trámites de inmigración. Y es precisamente allÃ, en el
mostrador de la PolicÃa donde se enseñan los pasaportes y visados, donde va a
surgir un inesperado y grave problema.
Los
venezolanos Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez debutan juntos como
directores en esta pelÃcula española, aunque el segundo tiene cierta
experiencia como director de fotografÃa, función que también desempeña en este
filme. Se trata de una pelÃcula low cost: cuatro
personajes y unos 75 minutos de metraje al servicio de una puesta en escena
casi teatral. La gracia está en la historia, un hallazgo de guion muy sencillo
pero resultón. Cuando una pelÃcula tiene estos mimbres tan mÃnimos, casi
esquemáticos, todo el peso del éxito —o del fracaso— cae de lleno en la
interpretación de actores, algo que en este caso ha resultado muy
satisfactorio, como atestigua el premio recibido por Alberto Ammann en el
Festival de Málaga. Un Ammann que, además de adoptar convincentemente un acento
venezolano —el actor es hispanoargentino—, maneja muy bien sus registros de persona
vulnerable superada por los acontecimientos.
La cinta
plantea cuestiones muy interesantes. Por un lado, pone sobre la mesa un asunto
real del que se habla poco: ¿cuál es la calidad del conocimiento mutuo de
muchas parejas jóvenes que empiezan a salir? ¿Hasta qué punto comparten
verdaderamente su intimidad, los asuntos más decisivos de sus vidas? En la
sociedad de las relaciones fluidas y del poliamor, cada vez sabemos menos sobre
quién es realmente la persona con la que estamos saliendo, sus verdaderas intenciones
y si nos oculta algo decisivo.
Pero la
pelÃcula también juega con otros elementos muy propios de nuestro momento. Por
ejemplo, la capacidad que tienen los grandes poderes de usar el big data para introducirse en los recovecos de
nuestra biografÃa personal y rastrear nuestra vida privada. O cuestionar la
polÃtica migratoria de Estados Unidos, según la cual el inmigrante es
sospechoso mientras no se demuestre lo contrario.
Al final
tenemos un filme que, gracias a un guion muy estudiado, mantiene en vilo al
espectador, no solo por la tensión dramática de los diálogos y situaciones,
sino porque a partir de un determinado momento empieza a dudar de lo que daba
por sentado y a no saber a qué atenerse. Sin duda estamos ante unos directores
con talento para el guion y la puesta en escena, que con más presupuesto podrán
dar que hablar.
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