Jóvenes | Francesca Sabatinelli
Francisco: Detengámonos
para levantar a los que caen en la esclavitud de la droga
El Papa, en un mensaje enviado a
los participantes en el 60º Congreso Internacional de Toxicólogos Forenses, que
se está celebrando en Roma, expresa su preocupación por el aumento del consumo
de drogas entre adolescentes y jóvenes.
El abuso y el crecimiento del
consumo de drogas entre adolescentes y jóvenes, y el aumento de la venta de
estupefacientes en los "mercados digitales" de la dark web causan
cada vez mayor alarma, y el Papa confía su preocupación a un mensaje enviado a
los participantes en el 60º Congreso Internacional de Toxicólogos Forenses, que
se celebra en Roma del 27 al 31 de agosto, a quienes Francisco agradece el
"compromiso, el tiempo y la energía" dedicados a prevenir y combatir
la drogadicción.
El peligro
de las nuevas sustancias psicoactivas
La delicadeza de las fases de la
adolescencia y la juventud, sumada a las fragilidades e inseguridades de las
sociedades actuales, son factores -es la indicación de Francisco- que pueden
arrastrar a la búsqueda de nuevas experiencias. Medirse con lo inédito,
explorar lo desconocido, el miedo a sentirse excluido y la necesidad de
socializar con los iguales son elementos de riesgo, que pueden llevar a los
jóvenes "a elecciones y comportamientos peligrosos, como el uso de
sustancias psicoactivas y el abuso del alcohol, o a la posibilidad de
encontrarse con situaciones extremas, tanto virtuales como reales".
En el mensaje, el Pontífice
señala el peligro de las nuevas sustancias psicoactivas (NPS) que, además de
estar en rápida expansión, son químicamente fáciles de modificar, tanto que
permiten al crimen organizado escapar al control. "Muchos adolescentes
-escribe Francisco- abusan de las NSP sin conocer su peligrosidad", por lo
que es necesario desarrollar "técnicas de análisis", poner en marcha
intervenciones de prevención y "favorecer planes terapéuticos
adecuados".
La obsesión
por la eficacia y la productividad
Otro punto planteado por el Papa
en su mensaje es la difusión de sustancias dopantes en el ámbito competitivo y
deportivo, que "manifiesta la obsesión por obtener metas importantes y
rendir a toda costa". Un fenómeno que debe hacernos reflexionar, continúa
señalando Francisco, sobre la sociedad actual "impregnada por una cultura
de la eficacia y de la productividad, que no admite vacilaciones ni
fracasos". Querer parecer a la altura de las expectativas, darse una
imagen de rendimiento y de ganador, desterrando la fragilidad y la debilidad,
se convierte, es la advertencia del Pontífice, en "un obstáculo
insuperable para la búsqueda del desarrollo humano integral".
Escuchar el
grito de los más frágiles
La alarma es por la
desorientación de los jóvenes que, en busca de puntos de referencia, recurren a
la droga para frenar la angustia y la falta de sentido, para superar la fatiga
"de ser y de existir". Detrás de las adicciones, recuerda Francisco,
hay "experiencias concretas, historias de soledad, desigualdad, exclusión,
falta de integración", ante las que "no podemos ser
indiferentes", y siguiendo el ejemplo de proximidad ofrecido por Jesús,
"también nosotros estamos llamados a actuar, a detenernos ante situaciones
de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y de la
angustia, a inclinarnos para levantar y devolver a la vida a quienes caen en la
esclavitud de la droga".
Debemos, por tanto, pide el
Papa, animar a los jóvenes a "buscar razones para vivir", a través de
itinerarios educativos, terapéuticos y de rehabilitación, y favoreciendo
modelos culturales alternativos.
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