In Memoriam | Sergio Parra*
22 años después del 11-S: Un legado tóxico que persiste
El colapso de las torres gemelas el 11 de
septiembre de 2001 liberó una columna de humo que contenía 400 toneladas de
asbesto pulverizado y otros materiales peligrosos en todo el bajo Manhattan.
En el 22 aniversario de los ataques del 11
de septiembre a las Torres Gemelas en Estados Unidos, es crucial recordar
no solo las vidas perdidas en ese trágico día, sino también las secuelas a
largo plazo que aún afectan a muchos.
Entre las tragedias menos discutidas del 11-S está
el impacto duradero de la contaminación por toxinas en el sitio de los ataques.
Bomberos, policías y muchos otros que participaron en las operaciones de
rescate continúan enfrentando graves problemas de salud debido a la
exposición a diversas sustancias tóxicas.
El aire tóxico que contaminó la zona cero
Después de los ataques, el sitio donde una vez se
erigieron las Torres Gemelas se convirtió en un hervidero de actividades de
rescate y recuperación. Sin embargo, lo que muchos no advirtieron en ese
momento fue que el aire estaba lleno de una mezcla tóxica de polvo, escombros y
productos químicos peligrosos.
Partículas de asbesto, metales pesados, y otras
sustancias tóxicas llenaban el aire, creando una nube de peligro invisible que
amenazaría la salud de los rescatistas en los años venideros.
Concretamente, el colapso de las torres gemelas el
11 de septiembre de 2001 liberó una columna de humo que contenía 400
toneladas de asbesto pulverizado y otros materiales peligrosos en todo el bajo
Manhattan. Se estima que entre 410.000 y 525.000 personas, incluidos más de
90.000 trabajadores, estuvieron expuestas al polvo tóxico durante los esfuerzos
de rescate, recuperación y limpieza que siguieron al ataque. El polvo del World
Trade Center estaba formado por aproximadamente:
- 50% materiales de construcción no fibrosos
- 40% vidrio y otras fibras
- 9,2% celulosa procedente de papel desintegrado
- 0,8% amianto
Desde entonces, ha quedado claro que la exposición
a estas toxinas ha tenido un efecto duradero en la salud de aquellos que
trabajaron en el sitio. Muchos han desarrollado enfermedades respiratorias
crónicas, cánceres y otros problemas de salud graves.
Por ejemplo, un estudio de 2011 en
el que participaron bomberos expuestos al polvo del World Trade Center demostró
que este grupo tiene un 19% más de probabilidades de desarrollar cáncer
que la población general.
Según la última encuesta de salud que el registro
realizó en 2016:
- Al menos 352 personas han sido diagnosticadas con asbestosis.
- Además, al menos 444 personas fueron diagnosticadas con fibrosis
pulmonar. La exposición al asbesto y otras fibras en el polvo del 11 de
septiembre puede haber contribuido a estos casos.
- Casi el 16% ha sido diagnosticado con cáncer. En comparación,
alrededor del 8% había sido diagnosticado con cáncer en 2007.
- Aproximadamente el 35% informa que busca atención médica por
dificultad para respirar.
- Casi el 70% del personal de recuperación ha sufrido problemas
pulmonares, incluido el síndrome de tos del World Trade Center.
Apoyo y
recursos para los afectados
En 2021, a casi 24.000 personas se les había
diagnosticado un cáncer relacionado con el 11 de septiembre. Otros registros de
efectos sobre la salud informados incluyen enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, apnea del sueño, síndromes musculoesqueléticos, sarcoidosis (una
enfermedad inflamatoria), trastorno de estrés postraumático, ansiedad y
depresión.
En total, más de 63.000 personas han sido
diagnosticadas con una afección de salud relacionada con el 11 de septiembre.
Afortunadamente, no se ha dejado a los afectados
enfrentar estos desafíos por sí mismos. A lo largo de los años, se han
establecido varios programas y fondos para proporcionar apoyo médico y
financiero a aquellos que enfrentan problemas de salud relacionados con el
11-S.
Además, se ha fomentado la investigación continua para
entender mejor los impactos a largo plazo de la exposición a las toxinas y para
desarrollar tratamientos más efectivos. Una catástrofe que, no por invisible,
ha sido tan dramática para el conjunto de la población como la que todos
pudimos ver desde los programas de televisión.
*(Periodista especializado en temas de ciencia, naturaleza, tecnología y salud)
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