Actualidad Mundial | Silvia Giovanrosa/VN
Más de seis mil víctimas confirmadas por el ciclón Daniel
Aterradora
cifra de muertos por las inundaciones en el país norteafricano. Más de diez mil
personas están desaparecidas. Derna sigue siendo la ciudad más afectada, pero
la cifra está destinada a aumentar. De momento es imposible calcular los daños
en las infraestructuras. Ofertas de ayuda y mensajes de condolencia llegan de
todo el mundo, mientras la ONU trabaja junto a sus socios locales e
internacionales para apoyar a la población.
La
tempestad que azotó Libia sin piedad el pasado domingo 10 de septiembre provocó
una auténtica matanza. Las zonas más afectadas fueron las costeras de Jabal
al-Akhdar y Bengasi, donde se impuso el toque de queda y se cerraron las
escuelas.
En
la región, que sufrió las consecuencias de las lluvias torrenciales durante
varios días consecutivos, hay cientos de casas e infraestructuras destruidas
por las violentas inundaciones. Los aluviones dejaron cuerpos sin vida a lo
largo de las carreteras, coches volcados, edificios devastados y carreteras
bloqueadas hacia las zonas más afectadas.
Devastada
la ciudad de Derna tras el derrumbamiento de dos presas
La
situación en Derna es catastrófica. Una cuarta parte de la ciudad fue arrasada
por las aguas después de que las inundaciones provocaran el colapso de la presa
de Wadi Dernah bajo la presión de las aguas. El número de fallecidos en la
ciudad ronda los cinco mil trescientos, pero se siguen encontrando cadáveres de
los desaparecidos en diversos lugares.
Tariq
al-Kharraz, representante del gobierno oriental de Cirenaica, informó que
cientos de cadáveres se amontonaban en los cementerios y que pocos
supervivientes podían reconocerlos. Algunos testimonios informan de que el agua
ha subido hasta tres metros. Las infraestructuras de la ciudad, ya
especialmente desgastadas, no pudieron resistir la furia de la tempestad.
Libia:
un país dividido
La
furia del huracán Daniel encontró terreno fértil en un país dividido por
desavenencias políticas. Libia está dirigida actualmente por dos
administraciones rivales.
Los
aluviones afectaron principalmente la región oriental, en la actualidad bajo el
gobierno del general Haftar, no reconocido por la comunidad internacional. El
primer ministro libio aceptado intencionadamente es Abdul Hamid Dbeiba, cuyo
gobierno tiene su sede en Trípoli y administra de modo formal la zona
noroccidental del país.
Es
evidente que la ausencia de un gobierno central perjudicó e impidió la
construcción y el mantenimiento de infraestructuras sólidas capaces de resistir
la furia de la tempestad, y también dificultó las operaciones de rescate.
Solidaridad
internacional
Se
multiplican los mensajes de solidaridad y cercanía tanto al primer ministro de
Trípoli, Dbeiba, como al hombre fuerte de Cirenaica, el general Haftar. La
comunidad internacional se moviliza y organiza el envío de personal y ayuda. La
posición de todos los países se resume en las palabras del secretario general
de la ONU, Antonio Guterres, que expresa su cercanía al pueblo y a las
autoridades de Libia en estos difíciles momentos.
Las
Naciones Unidas – dijo – están trabajando con socios locales, nacionales e
internacionales para proporcionar la ayuda humanitaria que necesita
urgentemente la población de las zonas afectadas.
Publicado
por Vatican News
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