Jueves de Cine | Julio Pernús
Sly o un mensaje encriptado de Sylvester Stallone para las familias
“Nadie golpea más fuerte que la vida”.
Con esta frase Sylvester Stallone dibuja su biografÃa visual dirigida por Thom
Zimny disponible en Netflix desde hace una semana. Stallone -quien en 2012
perdió un hijo, Sage, que tenÃa 36 años- describe como mensaje encriptado en
los momentos finales de la reconstrucción de su vida, una idea que no por
rápida debe de pasar desapercibida para la audiencia y es que él, vuelto un
“adicto” al trabajo en su triple rol de director, guionista y protagonista,
descuidó según sus palabras, “el pasar tiempo de calidad con el que serÃa su
producto mejor elaborado: su familia”.
Sly nos reafirma si lo oscultamos desde
su posicionamiento de valores, la crisis que afronta nuestro modo de entender la realidad y de
relacionarnos. El protagonista de Rocky, Rambo y Los indestructibles, a sus 80
años le dice a sus seguidores que el éxito se consigue más estando cerca de la
gente que te importa que persiguiendo la fama. Fue duro para Stallone el poder
perdonar a su padre, pero al menos la historia termina con él reconciliándose
con esa figura violenta que vivÃa haciéndole creer que él era un tipo sin
futuro.
El protagonista de Rambo deja ver
pinceladas que le ayudaron a triunfar, por eso, se refirÃa a que “podemos
aprender mucho desde una ventana” para hablar de su experiencia de aprendizaje
en el sórdido barrio Hell's Kitchen de Nueva York. Como un momento grande de su
carrera o esa estrella que tienen las estrellas, resalta la moción de cuando se
enfrentó a los turbios manejos de Hollywood y las negativas de los estudios que
querÃan comprar el guion elaborado por él para el personaje de Rocky para poner
a Burt Reynolds o Ryan O'Neal como protagonistas y a pesar de ser pobre no
aceptó los 200 mil dólares que le ofrecÃan para apostar por un sueño más grande
que le llevo al estrellato.
Es una alegrÃa inmensa el poder
descubrir en la obra el Stallone escritor, también la participación de Quentin
Tarantino (quien hace una apasionada defensa de su carrera), su
"archienemigo" Arnold Schwarzenegger, su hermano Frank y amigos y
colaboradores como Talia Shire, Henry Winkler y John Herzfeld, son algunos de
los personajes que hacen de esta obra también un entramado disfrutable. El
final no dejará a sus expectadores indiferentes por el mensaje filosófico que
plantea: sale un grupo de trabajadores llevándose arrastrada y cubierta la
famosa estatua tamaño natural que Stallone tiene de Rocky en su oficina,
mientras que él se despide acompañado de su esposa e hijas como metáfora de que
en la familia y el tiempo que le dedicamos, radica la verdadera felicidad.
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