Ecología Integral | VN
¿Estamos educando a los jóvenes en favor de la
Casa Común?
Es la pregunta de Emilce Cuda, secretaria de la
Pontificia Comisión para América Latina, en el XXVIII Congreso Interamericano
de Educación Católica.
Tal como informa ADN CELAM, las situaciones que además de generar dolor y solidaridad, deben
motivar la reflexión y, por ende, nuevos estilos de vida entre las comunidades
rurales y urbanas promovidos desde el ámbito formativo. De ahí que la ponencia
inaugural del 28º Congreso Interamericano de Educación Católica hecha por
Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina,
estuviera centrada en un llamado a la acción a partir de la situación actual
del planeta.
Mensaje del
Papa Francisco
Trayendo a la memoria el reciente mensaje del Papa
Francisco al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, Emilce Cuda
indicó a los 1.200 participantes del evento que “el punto de partida siempre es
la realidad” y la tarea de la Iglesia en esta gran comunidad internacional de
naciones, es en primer lugar, ser una voz profética. Luego, está su rol de
llamar a una verdadera toma de conciencia”.
Al respecto la catedrática advirtió que en este tiempo
es imposible no considerar como referencia la existencia de la guerra que pese
a desarrollarse en Europa o Medio oriente, es decir, en regiones alejadas de
Latinoamérica, plantea un desafío y la necesidad de trabajar por instrumentos
claves que permitan alcanzar los objetivos del Desarrollo Sostenible que trazó
la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2015.
Una vida
amenazada
“El Papa Francisco es muy claro, estamos viviendo una
tercera guerra mundial a pedazos y tristemente esa guerra también la estamos
viviendo en las calles de América Latina y el Caribe,” afirmó Emilce Cuda.
“Es ahí, donde tenemos que escuchar el llamado de la
tierra y los pobres explotados”. Se trata en palabras de la delegada de la
Santa Sede de “las víctimas de una economía extractivista que tiene
consecuencias terribles en lo social, una guerra que el Papa nos dice, obedece
a unos intereses económicos representados por ejemplo en actividades como la
venta de armas».
“Una guerra que amenaza la vida” y que de acuerdo con Emilce
Cuda debe combatirse con tres elementos fundamentales: diálogo, educación y
cuidado”. De hecho, afirma la investigadora “la encíclica Laudato si’ tiene
un subtítulo que hace referencia al cuidado de la casa común y este debe ser el
rol de la educación.
Formar para
cuidar
Para Emilce Cuda es imprescindible “educar a nuestros
jóvenes para cuidar, porque quizá estamos formando profesionales en diferentes
disciplinas: médicos, ingenieros o físicos, pero hemos de preguntarnos si lo
hacemos para que entren en la dinámica de una economía extractivista y de
explotación o si por el contrario, estamos educando para que estos
profesionales entren en la dinámica del cuidado”.
Una cuestión que surge desde su misión en la Santa
Sede y plantea uno de los aspectos de mayor importancia desde el quehacer de
maestros y rectores, es decir, el cómo lograrlo o traducirlo a la realidad de
la Iglesia católica.
En este sentido Emilce Cuda, recuerda que el Papa
Francisco afirma en documentos como la Constitución Praedicate Evangelium que
el camino es “tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo,” lo que para
la escuela católica implica ir un paso adelante.
Los planes de
estudio
“Vamos a los jóvenes, aquellos futuros universitarios,
esta es la responsabilidad de todos los educadores en los sectores primarios y
secundarios,” afirma, porque considera necesario tomar conciencia para que
“nuestros planes de estudio estén atravesados por toda una pastoral. Todas las
materias y todas las disciplinas tienen que estar atravesadas por el cuidado de
la creación,” señala.
Este es el mensaje del Papa Francisco en sintonía con
la agenda 2030 de la ONU que no podemos olvidar hace una advertencia según la
cual, de no llevar adelante los Objetivos de Desarrollo Sustentable peligra la
vida del planeta. Entonces “urge poner al centro la persona del trabajador, la
persona humana y todos los jóvenes y niños de nuestro planeta,” concluye.
Un camino que para los educadores se convierte en una
invitación a descubrir y valorar el magisterio social de la Iglesia que a
través del Papa Francisco nos lleva a detenernos para responder desde la
vocación a la enseñanza que propone Emilce Cuda:
“¿Quién llama?, ¿Por qué es urgente?, ¿Cuáles son las
acciones que debemos promover?”
Es posible que las respuestas pasen por la
consideración de los derechos de los descartados de este tiempo y el
empoderamiento que solo puede garantizar la educación.
Fuente: ADN Celam
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