Vida Religiosa | Tiziana Campisi
Nuevos santos: destaca un sacerdote polaco
asesinado por el régimen comunista
El Papa Francisco ha autorizado la promulgación de los
Decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos que reconocen un milagro
atribuido a la intercesión de la beata María Leonia Paradis, canadiense,
fundadora del Instituto de las Hermanitas de la Sagrada Familia, el asesinato
in odium fidei del padre Michał Rapacz, que será proclamado beato, y las
virtudes heroicas de dos religiosos capuchinos, un sacerdote español y una
monja que ofreció sus oraciones por la unidad de los cristianos
Mary Leonia Paradis, fundadora del Instituto de las
Hermanitas de la Sagrada Familia, que vivió en Canadá a finales del siglo XIX y
principios del XX, será canonizada. Durante la audiencia concedida al cardenal
Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa
Francisco autorizó la promulgación del Decreto por el que se reconoce un
milagro ocurrido por intercesión de la religiosa y también los Decretos
relativos al martirio de Michał Rapacz, sacerdote asesinado por odio a la fe el
12 de mayo de 1946 en Cracovia, que será por tanto beatificado, y a las
virtudes heroicas de los siervos de Dios, ahora venerables, Cirilo Juan
Zohrabian, obispo titular de Acilisene, y Juan María Chiti, religioso
capuchino, Sebastián Gili Vives, sacerdote fundador de la Congregación de las
Agustinas Hijas del Socorro, y Magdalena de Santa Teresa del Niño Jesús,
religiosa de la Congregación de las Hijas de la Iglesia.
Una mujer
dedicada al apoyo de los presbíteros
Beatificada por Juan Pablo II el 11 de septiembre de
1984 en Montreal, Marie Leonia Paradis será contada entre los santos porque a
su intercesión se atribuye la curación milagrosa de una "asfixia perinatal
prolongada con fallo multiorgánico y encefalopatía" de una recién nacida
en Saint-Jean-sur-Richelieu, Quebec, en 1986. Marie Leonia nació el 12 de mayo
de 1840 en L'Acadie, Canadá, e ingresó a los 13 años en la Congregación de las
Hermanas Marianitas de la Santa Cruz, dedicadas al servicio doméstico en las
casas de los "Sacerdotes de la Santa Cruz" y a la educación de los
jóvenes. Fue enviada a varias casas en Canadá y en 1862 a Estados Unidos,
donde, siete años más tarde, vivió la separación de las religiosas de la
Provincia de Indiana de la casa madre francesa, a la que se unió poco
después. De regreso a Canadá por invitación del Padre Camillus Lefebvre,
para formar a algunas jóvenes a la vida religiosa que pudieran desempeñar su
labor en el Colegio de San José, la Hermana Marie Leonia aceptó entonces la sugerencia
del Arzobispo de Montreal de crear una nueva comunidad para las necesidades de
sus colegios. El 31 de mayo de 1880, se funda la Congregación de las
"Hermanitas de la Sagrada Familia", con el objetivo específico de
prestar servicio en las comunidades religiosas, los colegios y los seminarios.
Se abrieron nuevas comunidades, en las que la Madre María Leonia recomendaba
ayudar material y espiritualmente a los sacerdotes, y así, en las rectorías y
seminarios, se respiraba el ambiente propio de la Sagrada Familia de Nazaret,
hecho de transparencia y paz, orden y discreción. La Madre María Leonia murió
el 3 de mayo de 1912 en Sherbrooke, a la edad de 72 años. El Instituto que
fundó se difundió no sólo en Canadá, sino también en Honduras, Italia y Estados
Unidos.
Un sacerdote
mártir en la Polonia comunista
El P. Michał Rapacz nació el 14 de septiembre de 1904
en Tenczyn (Polonia). Ingresó en el seminario de Cracovia en 1926 y fue
ordenado sacerdote cinco años más tarde. Enviado a Płoki como vicario
parroquial de la parroquia de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María,
ejerció después su ministerio en Rajcza, pero en 1937 regresó a Płoki como
administrador parroquial. Como consecuencia de la ocupación alemana, se vio
obligado a reducir su actividad pastoral, ya que se prohibieron la enseñanza de
la religión católica, los matrimonios entre polacos y alemanes y todas las
celebraciones y actividades vespertinas de las parroquias e instituciones
católicas. Al terminar la guerra, se instauró en Polonia el régimen comunista,
bajo el dominio de la Unión Soviética de Stalin, que declaró abiertamente la
guerra a la religión y a la Iglesia. En la noche del 11 de mayo de 1946, un
grupo de hombres armados entró en la rectoría de Płoki, secuestró al padre
Michał y lo asesinó en un bosque cercano. El sacerdote, consciente del riesgo
que corría y dispuesto a afrontarlo y dar su vida por permanecer fiel a Cristo
y a la Iglesia, fue asesinado a causa de su actividad pastoral, que no gustaba
al régimen, y su ejecución no fue un hecho aislado, sino parte de la actividad
gubernamental encaminada a "liberar" a Polonia de la influencia de la
Iglesia y de sus representantes más significativos.
Un religioso al
lado del pueblo armenio
Originario de Erzerum (Turquía), Cyril John Zohrabian
era una personalidad polifacética, caracterizada por el humor, la humildad, el
espíritu de servicio y un profundo sentido de la justicia. Se cree que nació el
25 de junio de 1881 en el seno de una familia pobre y profundamente cristiana,
posteriormente exterminada en el genocidio armenio. Ingresó en el convento
capuchino de Estambul en 1894. Ordenado sacerdote, diez años más tarde fue
destinado a la misión de Trebisonda, en Erzerum, donde se dedicó al ministerio
pastoral, la dirección espiritual, la enseñanza y el cuidado de los enfermos.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, estando en Estambul, se le impidió
regresar a su misión y se instaló en el convento de San Luis. Terminada la
guerra, el religioso se hizo cargo de los cientos de niñas armenias huérfanas
por el genocidio y, en 1920, en Trebisonda, puso la iglesia y el convento a
disposición de los griegos de la región del Ponto expulsados de su tierra. Por
este motivo, fue expulsado de la ciudad y detenido en
Estambul. Sometido a tortura durante tres días, es condenado a
muerte por una acusación falsa, pero, en el último momento, es liberado y
sacado de Turquía. Llega así a Grecia, donde atiende a miles de refugiados
armenios. Adscrito a la provincia religiosa capuchina de Palermo, el 21 de
noviembre de 1938 es nombrado vicario patriarcal de Alta Gezira, en Siria, y el
8 de junio de 1940 es elegido obispo titular de Acilisene. Sin embargo, sus
actividades molestaron a las autoridades griegas, que decidieron vigilarle e
impedirle ejercer su apostolado, hasta el punto de negarle el visado de entrada
y estancia en Grecia. Cirilo Juan llegó así a Siria, donde llevó a cabo una
intensa labor pastoral y caritativa, construyendo escuelas, iglesias y casas
para sacerdotes e impartiendo clases particulares a numerosos estudiantes.
Debido a problemas de salud, renunció entonces al obispado de Alta Gezira y se
instaló en Roma, continuando sus actividades caritativas y apostólicas en favor
de los armenios. Murió el 20 de septiembre de 1972.
Un soldado con
alma franciscana
Otro religioso capuchino reconocido por sus virtudes
heroicas es Gianfranco Maria Chiti, hombre de gran fe, con una profunda
devoción mariana y eucarística, nacido el 6 de mayo de 1921 en Gignese,
provincia de Novara. De niño se sintió atraído por la vida y la espiritualidad
franciscanas, pero emprendió la carrera militar. En 1942, fue enviado al frente
esloveno-croata, y después se ofreció voluntario para el frente ruso. Participó
en la batalla del Don, donde resultó herido, y después afrontó la dramática
retirada de Rusia. En el contexto de los trágicos acontecimientos bélicos y
políticos que siguieron al 8 de septiembre de 1943, Gianfranco Maria, aunque no
compartía la ideología fascista, se afilió a la República Social Italiana.
También trabajó para salvar a judíos y partisanos, posteriormente fue detenido,
liberado y más tarde reintegrado en el Ejército. Mientras cumplía el servicio
militar, sintió siempre un revuelo de conciencia, realizó generosamente actos
de caridad en defensa de la vida humana y mostró respeto por el enemigo y
benevolencia hacia los perseguidos políticos; cariñoso y abierto al perdón, no
descuidó rezar por los soldados que veía morir. En 1950 se ofreció voluntario
para la misión militar italiana en Somalia, regresó a Italia cuatro años
después y continuó su carrera militar hasta su jubilación en 1978. Entonces
decidió ingresar en los Frailes Menores Capuchinos, en el convento de Rieti.
Fue ordenado sacerdote el 12 de septiembre de 1982 y se ocupó de los novicios,
convirtiéndose después en padre espiritual de la Asociación Nacional de
Granaderos de Cerdeña. Más tarde se le confió la tarea de restaurar el Convento
de Orvieto, que se convirtió, gracias a él, en un lugar acogedor y un punto de
referencia para quienes buscaban tranquilidad y recogimiento. Falleció el 20 de
noviembre de 2004 en el Hospital Militar Celio de Roma, a consecuencia de un
accidente de coche.
Un sacerdote
cercano a los niños y a los pobres
Sebastián Gili Vives, español, nació el 16 de enero de
1811 en Artà, municipio de Mallorca. Ordenado sacerdote en 1835 en Ibiza, se
dedicó especialmente a los niños abandonados y, debido a esta sensibilidad, fue
nombrado prior de un hogar infantil que acogía de 250 a 500 niños. Para
atenderlos cada vez mejor, el padre Sebastián fundó la Congregación de las
Agustinas Hijas del Socorro, y luego, en 1860, fue nombrado director del
Hospital de Palma. Se distinguió especialmente durante una grave epidemia de
cólera, en 1865, por la valiosa contribución que él y su congregación hicieron
en la asistencia a los más pobres. Dedicó mucho tiempo a la oración, y también
se preocupó por la condición de la mujer, muy discriminada en aquella época.
Como canónigo de la Catedral de Palma de Mallorca, a partir de 1883, promovió de
manera especial el culto al Sagrado Corazón de Jesús, instituyendo, entre otras
cosas, la piadosa práctica de los "Cuarantores", al tiempo que
continuaba su compromiso con la familia religiosa que deseaba. Obligado a
renunciar a su función de superior y director de las hermanas debido a su mala
salud, murió el 11 de septiembre de 1894, a la edad de 83 años.
Una vida
dedicada a la oración
Maddalena di Santa Teresa di Gesù Bambino, nacida
Maddalena Rosa Volpato, nació el 24 de julio de 1918 en Sant'Alberto di Zero
Branco, en la provincia de Treviso, y percibió la vocación religiosa desde su
adolescencia. Tras experiencias en dos familias religiosas, vivió un período
como laica consagrada, y luego, en 1943, ingresó en el Instituto de las Hijas
de la Iglesia. El 18 de enero de 1945, al comienzo del octavario de oración por
la unidad de los cristianos, hizo voto al Señor, ofreciendo su vida "por
la unión de los hermanos separados". Siete días más tarde, el 25 de enero,
quedó postrada en cama y se le diagnosticó un absceso de la quinta vértebra
cervical debido al mal de Pott, comúnmente llamado espondilitis tuberculosa.
Ingresada en el hospital del Lido de Venecia, vivió su dolorosa enfermedad con
una serenidad ejemplar, renovando continuamente su ofrecimiento por la unidad
de los cristianos. El 18 de mayo de 1945 pudo emitir su profesión religiosa,
pero murió poco más de un año después, el 28 de mayo de 1946, a la edad de
veintisiete años. La suya fue una vida sencilla, marcada por el sufrimiento.
Especialmente devota de la Virgen María y de Santa Teresita del Niño Jesús, su
santidad fue pronto conocida por muchos después de su muerte.
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